Mohamed VI desespera a Moncloa: Sánchez viajará a Marruecos sin tener la cita confirmada
El presidente del Gobierno permanecerá en Rabat jueves y viernes pero la agenda aún «no está cerrada», a la espera de que el rey de Marruecos dé el visto bueno
Una muestra más de la subordinación de Pedro Sánchez al régimen de Mohamed VI. Su bandazo en torno al Sáhara no ha sido suficiente para que Mohamed VI le reciba con honores. Más bien al contrario, el rey del régimen alauí sigue haciéndose de rogar y aún no ha confirmado públicamente lo que sí se ha aceptado y trasladado en privado: el viaje del presidente del Gobierno a Marruecos comenzará el jueves y se prolongará hasta el viernes de esta misma semana, como adelantaron fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE.
Según anticipan fuentes del Ejecutivo a este periódico, en el Palacio de la Moncloa están a la espera de esa confirmación oficial por parte de la casa del rey Mohamed VI para poder decidir el resto de la agenda gubernamental que «no está cerrada». Uno de los motivos es que no se descarta un nuevo desplante del soberano alauita como el que, recuerdan estas fuentes, se produjo en la anterior legislatura en la primera visita de Pedro Sánchez a Mohamed VI.
Temor a un nuevo desplante
Entonces, en junio de 2018, Rabat no confirmó la hora de la recepción entre el Rey marroquí y el presidente español hasta varias horas después de que Pedro Sánchez hubiera aterrizado en el país vecino. Algo que provocó varias horas de espera por parte de la delegación española impidiendo el encuentro con otros colectivos. De hecho, fuentes gubernamentales explican que, en esta ocasión, han cerrado una serie de citas ‘blandas’ que permiten cierta flexibilidad, por si acaso Marruecos adelanta o pospone el esperado encuentro y esto les deja en evidencia.
Porque el Gobierno es consciente de que es Mohamed VI quien marca los tiempos y éste, según Moncloa, ha pedido una visita «diferente» en la que se produzcan más reuniones al margen de la oficial al más alto nivel. En principio, según el entorno del presidente y el ministerio de exteriores, Sánchez y su ministro del ramo, José Manuel Albares, mantendrán la «misma agenda», no habrá encuentros paralelos ni división de la delegación española. Pero el secretismo es máximo por parte del Ejecutivo. Tanto que oficialmente La Moncloa ni siquiera confirma el viaje en sí, a la espera de que el anfitrión marroquí de el visto bueno.
Mohamed VI veta a Albares
La supeditación del Gobierno español se evidenció con claridad la semana pasada cuando Mohamed VI impuso la cancelación del viaje oficial del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a Marruecos para entrevistarse con su homologo marroquí, Nasser Bourita. Una cita que se suspendió tras la conversación telefónica entre Sánchez y Mohamed VI en la que se fijo una cita en los «próximos días» para cerrar «una nueva etapa».
El sometimiento de España a los caprichos de la casa real de Marruecos llega después de casi cuatro años de conflictos diplomáticos entre ambos países. Todo empezó con la ruptura de la tradición española por parte de Pedro Sánchez de realizar su primer viaje internacional a Marruecos, eligiendo París como primer destino. Algo que provocó el malestar de Mohamed VI que pospuso cinco meses la visita entre ambos y canceló incluso la visita de los Reyes Felipe VI y Leticia iban a realizar en enero de 2018.
Iglesias provocó la suspensión de la RAN
Fue el principio de una serie de cancelaciones que afectó posteriormente a la cumbre bilateral entre ambos países, llamada RAN (Reunión de Alto Nivel). La causa de la primera suspensión fue motivada por el anuncio del Frente Polisario, en noviembre de 2020, del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, de una ruptura del alto el fuego firmado por Marruecos en 1991. Marruecos guardó silencio pero quien fuera vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, se precipitó a pedir un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.
En diciembre de 2020, España y Marruecos emitieron un comunicado conjunto aplazando la cumbre a febrero de 2021 por razones de «seguridad sanitaria» por el Covid-19. Pero la posterior convocatoria nunca se produjo. Algo que abrió una crisis diplomática durante quince meses cuyo clímax se alcanzó con la acogida del líder del Frente Polisario en un hospital español y la consiguiente llegada intermitente de varias oleadas de inmigrantes menores de edad a las fronteras de Ceuta.
Algo que sirvió para que Sánchez diera, en mayo de 2021, un golpe en la mesa acusando a Marruecos de utilizar desavenencias en política exterior para atacar las fronteras», lo cual calificó de «absolutamente inaceptable». La estrategia de puño de hierro no sirvió y abrió paso a una fase de guante de seda que, según Moncloa, ha servido para garantizar la integridad territorial de Ceuta y Melilla. Pero esto es algo que el régimen alauí no ha concreto en ningún documento o declaración oficial o extraoficial.