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Política

El PSOE ve peligrar su estrategia de movilización por el «pinchazo de Olona»

Los socialistas lamentan que la «soberbia de Olona» provoca efectos en su electorado: ni moviliza a la izquierda ni garantiza su entrada en la Junta de Andalucía

Macarena Olona y Santiago Abascal, en un acto de campaña de las elecciones andaluzas. | EP

Era su única baza esta campaña electoral: el miedo a Vox como elemento dinamizador del voto para movilizar a la izquierda. Pero la estrategia de la pinza PSOE/Vox contra el PP ha fracasado. Ni existe miedo a Vox ni un ‘pelotazo’ electoral de su candidata, Macarena Olona, que según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE «ha pinchado» en el arranque de su carrera electoral provocando el efecto contrario al deseado. El proclamado «Macarenazo» es un derrumbe de sus expectativas en el primer tramo de la contienda electoral tras un debate en el que se constató la «soberbia» de una candidata que resta a la marca Vox en lugar de sumar. 

Fuentes socialistas consultadas por este periódico vienen dudando hace semanas de las verdaderas expectativas de Vox en Andalucía por el perfil de su candidata. «Es una mujer agresiva, histriónica, que genera antipatía en el electorado andaluz». «Le pasa lo mismo que a Pablo Iglesias en Madrid», dicen recordando el histórico fracaso del ex líder de Podemos en la comunidad de Madrid, donde se le presuponía un buen resultado. Una aspirante a la Junta que dista mucho del perfil de «pelele» de otros candidatos autonómicos como el del castellano y leonés, Juan García Gallardo, explican en el PSOE.  

Pero la constatación del pinchazo, para el PSOE, se produjo el pasado lunes en el debate electoral de RTVE, donde Olona «sacó los pies del tiesto» frente a la estrategia más moderada y prudente de la dirección nacional de no meter miedo. Este es, a juicio de los socialistas, el motivo por el que Macarena Olona, suspendió por tres días su campaña andaluza: «lo nunca visto en un candidato en campaña electoral». Y el motivo también de la irrupción del líder de la formación, Santiago Abascal, como cabeza de cartel este fin de semana en Huelva y Marbella, al rescate de su candidata a la Junta andaluza. 

Derrumbe de Vox en los trackings

Según fuentes del PSOE, «es una evidencia de que están muy nerviosos» por haber visto mermadas sus expectativas de voto tras el debate. De hecho, algunas fuentes hablan de un «derrumbe» de las proyecciones electorales de Vox, desde los 18-20 escaños hasta loas 12, su actual cifra de representación en el parlamento andaluz. «El debate nos ayudó a movilizar al bloque de la izquierda», explican las citadas fuentes como premio de consolación a la constatación de que son las fuerzas a la izquierda del PSOE las que más se movilizan, Por Andalucía y Adelante Andalucía, en detrimento del PSOE. 

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Los socialistas siguen ocultando deliberadamente el resultado de su tracking interno, que realizan desde el lunes pasado, como muestra de que los resultados «no son buenos». Pero también añaden que «han mejorado ligeramente, yo creo que al final nos quedaremos en 31/32 escaños, por debajo de Susana pero evitando la catarsis de no llegar a 30». Según la dirección nacional «no parece» que la candidatura de Juan Espadas vaya a bajar de los 30 escaños que supondría rebajar el umbral psicológico admisible para la federación andaluza. 

Temor a que Vox entre en la Junta

Es la otra cara de la moneda del nuevo fracaso a la estrategia del miedo a Vox que no ha funcionado en ninguna de las contiendas electorales ni para frenar a Vox ni para movilizar a la izquierda, o al menos a la izquierda del PSOE. Los socialistas confían en que «mantenemos nuestra base electoral mientras el PP absorbe a Ciudadanos y le sustituye por Vox en sus alianzas. Éste era el plan de Casado». Un plan que «le salió mal en Castilla y León porque Vox entró en el Gobierno, le va a salir mal en Andalucía porque también entrará Vox y le saldrá mal a nivel nacional porque no habrá un adelanto electoral».

Sin embargo, la merma en las expectativas de Vox tras el debate electoral hace subir al PP en los trackings internos y abre la posibilidad a que Juan Manuel Moreno Bonilla logre excluirles de la ecuación de los pactos post electorales. Sería el peor escenario para los socialistas, dado que supondría quedarse sin la estrategia de evasión necesaria para desviar el foco de su esperado fracaso electoral. Una supuesta «amenaza democrática» que les sirvió para tapar la derrota de Luis Tudanca en las elecciones en Castilla y León el 13 de febrero y sin la cual el PSOE no tendrá un sostén al que agarrarse. 

3 comentarios
  1. Manuteide

    Nada…todos suposiciones y muchas contradictorias…VOX tenía y tiene un voto fiel que no bajará de 20 escaños y además siempre saca mayor número del que le dan las encuestas…

  2. Techlogic

    Pero aún se creen que los españoles somo unos gilipopoll…s.
    Qué efecto ni qué tendencia ni que ocho cuartos. Este gobierno nos está machacando, traicionando, escupiendo en la cara, robándonos, estorsionándonos y nos los queremos cargar y no hay más.
    Para qué o dónde se meten esta cuadrilla de vividores las manifestaciones y las quejas, pues eso. Votando es la única manera que nos han dejado de meterles una buena patada donde se merecen y a la mala-prensa-medios también.
    Con efecto si se pué.
    .

  3. FGOrza

    Normalmente las campañas electorales no tienen un efecto muy visible en los electores, tengo dudas de que en menos de 10 días los votantes que declaran que votarán a Vox bajen en tal proporción que sean de 18 a 12 escaños.

    Un tracking muestra la tendencia, no la medida exacta, pero lo que creo es que ya de antes las perspectivas de Vox no eran tan buenas, sucede que como en las anteriores se le infravaloró, ahora las encuestadoras no quieren quedarse cortas en la cocina y por eso empezaban atribuyendo 18 escaños. La candidata es histriónica, sí, y si la colocaron como cabeza de cartel es porque no debían tener muy buenas expectativas.

    Hay que tener en cuenta que la campaña es de tono bajo general y que no hay hipermovilización ni tensión suficiente. Vox cree que necesita hacer alharacas y aspavientos, pero lo que demuestran los datos es que no parece funcionar, lo que refuerza el argumento principal: en una campaña de humor lánguido no hay sobresaltos que afecten a las tendencias ya establecidas.

    Asistiremos en estos últimos días de campaña a intentos por seguir movilizando al electorado propio, que es lo principal que se persigue en una campaña y también veremos algún que otro intento por hacer ruido y captar la atención con declaraciones gruesas en los partidos a los extremos y quizá en el PSOE. En una semana salimos de dudas.

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