Júbilo en Moncloa por la actuación de Sánchez en la OTAN: «Las imágenes son impagables»
Sin disimulo ni contención, el Gobierno se deja llevar por la euforia: «Borramos de un plumazo el ridículo de Redondo y la crisis de Zapatero»
Asediado por las crisis nacionales, desde Pegasus hasta el fracaso en Andalucía y la incapacidad de recuperar a ERC entre sus aliados de legislatura, el Gobierno se ha embriagado del éxito en la cumbre de la OTAN: están convencidos de que este será el revulsivo que necesitaban para superar los baches del presente. Fuentes de Moncloa consultadas por THE OBJECTIVE destilan euforia tras las «imágenes impagables» que sitúan a Pedro Sánchez en el epicentro del liderazgo mundial de la Alianza Atlántica y -lo que es mejor- le permiten esquivar polémicas nacionales como la tragedia humana en Melilla, o las destituciones y dimisiones que persiguen controlar compañías como Indra y organismos como el INE.
«Las imágenes son impagables», proclaman con júbilo en Moncloa tras las dos primeras jornadas, con la deseada reunión bilateral con el presidente estadounidense, Joe Biden, y la primera jornada de trabajo en la que Sánchez ejerce de anfitrión ante los mandatarios de los países de la Alianza Atlántica. «Ha ido incluso mejor de lo que pensábamos» tanto en las cuestiones organizativas y de seguridad, ante la ausencia de protestas reseñables, como en el contenido de los acuerdos pactados a nivel global y bilateral.
En Moncloa presumen especialmente del «acuerdo histórico» cerrado con Joe Biden en ese encuentro que tanto se le ha resistido al equipo de Sánchez desde su llegada al Palacio de la Moncloa. Trabajos diplomáticos previos que ha realizado uno de los hombres de mayor confianza del presidente en el plano internacional, José Manuel Albares, que fue primero Secretario General de Asuntos Internacionales en la primera legislatura tras la moción de censura y ahora se desempeña como ministro de Exteriores tras su incorporación al gabinete en julio del año pasado.
«Olvidamos el ridículo de Redondo»
El diagnóstico del núcleo duro del presidente no puede ser más favorable: «Sánchez ha borrado de un plumazo los diez segundos del ridículo paseíllo de Iván Redondo», en referencia al bochorno que supuso para el Ejecutivo hace un año la venta de un encuentro bilateral histórico que quedo reducido a un mero saludo en la recepción de la cumbre de la OTAN. Para Moncloa, la trascendencia es mucho mayor y abarca un amplio horizonte temporal: «Se ha cerrado la crisis de Zapatero hace 20 años con la retirada de las tropas de Iraq».
«Eso se ha borrado y lo ha hecho un presidente socialista como Pedro Sánchez. Solo lo podía hacer él, a diferencia de Feijóo o Rajoy», porque tenía que enmendar ese gesto un presidente del Gobierno con adscripción al PSOE y con «grandes habilidades en el plano internacional».
El Gobierno en general, y el gabinete del presidente en particular, está pletórico por el resultado de la reunión con Biden con la que «el presidente estadounidense anuncia generación de riqueza para España» porque «en eso se traduce la llegada de dos nuevos destructores: cada buque de esos es personal, consumo y generación riqueza para la base de Rota, y la provincia de Cádiz». Y advierten de que «Marruecos había ofrecido sus costas a Trump» para acoger una base alternativa a Rota y «EEUU ha decidido no solo mantener, sino ampliar su flota», reforzando por tanto la colaboración geopolítica entre ambos países.
La ‘operación europea’ en diferido
Pero, sobre todo, lo que más congratula a Moncloa es el efecto balsámico que está teniendo la celebración de la cumbre de la OTAN en un momento en el que el Gobierno se ve asediado por diferentes escándalos y polémicas nacionales que, a su juicio, están consiguiendo esquivar. El propio Sánchez justificó este miércoles en la cadena SER su defensa de la actuación marroquí en la valla de Melilla el pasado viernes porque no vio las imágenes de la tragedia cuando hizo su declaración en el Consejo Europeo en Bruselas. Pese a que sigue sin condenar lo sucedido, Moncloa resta importancia al coste que pueda tener esto en el electorado socialista y cree que queda eclipsado por las «potentísima imagen de la OTAN y el liderazgo internacional de Sánchez».
También niegan la máxima de que la política internacional no da votos: «Sí los da en nuestro electorado, porque desmiente la idea de que estamos agotados. Recuperamos imagen de seriedad y solvencia». Por ello, el presidente del Gobierno está decidido a ‘vivir de la cumbre’ esta semana y la que viene, reservada para una auténtica tournée mediática con la que rentabilizar al celebración de la cita del Atlantico Norte.
Una ronda de entrevistas que ya comenzó esta semana con La Vanguardia y la cadena SER y continuará este jueves y viernes en TVE, La Sexta y el diario El País. La semana que viene se ampliará con medios extranjeros para potenciar un perfil internacional en el que es innegable que piensa Pedro Sánchez.
Aunque sus más cercanos, fuentes de máxima solvencia de su entorno, insisten a THE OBJECTIVE en que «la operación europea está pensada para más adelante». «Desde luego, no condiciona los plazos de la legislatura ni su próxima candidatura a La Moncloa en 2024», zanjan.