Garzón trabaja para que las elecciones de mayo decreten el fin de la marca Unidas Podemos
El líder de IU quiere crear mesas de negociaciones con Podemos para que los ‘morados’ se descuelguen y así culparse de la falta de unidad con Sumar
El ministro de Consumo, Alberto Garzón. | Europa Press
El partido de Alberto Garzón quiere urdir una trampa a Podemos para que las elecciones municipales y autonómicas se conviertan en el fin de la marca Unidas Podemos. Los de Izquierda Unida están forzando acuerdos en diferentes comunidades autónomas en los que los morados se ven obligados a negociar en posición de debilidad. En Murcia, los morados e Izquierda Unida han acordado concurrir juntos a los comicios, pero sin la marca Unidas Podemos. Es un proceso parecido a lo que ocurrió en Andalucía, y que en el partido morado se interpreta como la vía que tiene Yolanda Díaz para culparles de un posible desencuentro en el futuro.
El ministro de Consumo y coordinador federal de IU propuso la semana pasada abrir una mesa de negociación para la entrada de IU y Podemos en Sumar, el nuevo artefacto político de Yolanda Díaz. Garzón dijo que la izquierda necesita «un revulsivo organizativo y un nuevo estímulo de participación». Y apeló a que en Sumar también se integren asociaciones y sindicatos.
La oferta de Garzón, sin embargo, está envenenada. Podemos no tiene ninguna intención de diluirse en Sumar. Los morados amagaron hace un año con la construcción de un nuevo actor político, integrado bajo el liderazgo de la política gallega. Se habló internamente incluso de la posibilidad de perder la marca política que fundó en 2014 Pablo Iglesias con otros compañeros, algunos de los cuales ya están fuera del partido. Ahora, sin embargo, en pleno choque con Díaz, el partido morado no tiene ninguna intención de ceder su bandera. Es por ello por lo que Garzón, de acuerdo con el núcleo duro de Díaz, ya está preparando el terreno para culpar a Podemos de un posible fracaso de la alianza.
Decretar el fin de Unidas Podemos
En Murcia, Podemos e Izquierda Unida han llegado a un acuerdo para una candidatura conjunta de las autonómicas de mayo. Para ello, sin embargo, se usará una nueva marca: Podemos-IU en lugar de Unidas Podemos. La candidata será la diputada autonómica de la formación morada, María Marín. Con respecto a los otros nombres de la lista, el acuerdo prevé que el número dos sea del partido de Irene Montero, pero que se rotará con Izquierda Unida a mitad del mandato si solo logran dos escaños.
Aunque los morados se declaran satisfechos con el acuerdo, en Izquierda Unida sostienen que las maniobras de Garzón aspiran a decretar el fin de Unidas Podemos por la vía de los hechos. Y que el acuerdo de Murcia, que podría alcanzarse en otras comunidades autónomas como Extremadura, tiene el objetivo de dinamitar todas las fórmulas de confluencia después del pacto del botellín de 2016.
Regreso de Iglesias
En el trasfondo se halla la intención de Yolanda Díaz de sentar a todos los partidos en posición paritaria para llegar a una candidatura conjunta para las generales. Podemos tiene el objetivo de lograr puestos de salida nobles en dichas listas. Y ya están amenazando a Yolanda Díaz con sacar toda la artillería. Incluso se comenta internamente la posibilidad del regreso a las listas de Pablo Iglesias si no se llega a un acuerdo satisfactorio para los morados, tal y como desveló en exclusiva este diario.
El movimiento de IU responde a la voluntad de obligar a Podemos a sentarse a la mesa de negociación con los demás partidos, renunciando a su plan de coalición con Sumar. Se trata de un movimiento táctico que impediría a los morados descolgarse de un eventual acuerdo entre todos los demás actores, señalando a Irene Montero y Ione Belarra como las culpables de ese fracaso. En la guerra del relato entre Díaz e Irene Montero ese punto es esencial: quien rompa el acuerdo unitario, y así lo perciba el electorado de izquierda, lo pagará en las urnas. En eso hay coincidencia entre Podemos y la ministra gallega.
