Marruecos amenazó a Sánchez con represalias si el PSOE votaba en su contra en la UE
Rabat avisó a Albares de que una «acción negativa» en el Parlamento Europeo afectaría a la cumbre hispano-marroquí del 1 y 2 de febrero
Marruecos trasladó a las autoridades españoles que una votación del PSOE a favor de la resolución del Parlamento Europeo en la que se denuncia la posible participación de Rabat en la trama de sobornos Qatargate tendría consecuencias en la próxima Reunión de Alto Nivel (RAN) hispano-marroquí que se celebrará los próximos 1 y 2 de febrero en la capital del Reino alauí.
La amenaza con represalias corrió a cargo del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, quien comunicó a su homólogo español, José Manuel Albares, que el ‘sí’ de los 17 eurodiputados del PSOE a la resolución de la Eurocámara sería visto en Rabat como una «acción negativa» que afectaría a la cumbre bilateral de dentro de dos semanas, según desvelan fuentes diplomáticas españolas a THE OBJECTIVE.
Desde la Oficina de Información Diplomática (OID) se evitó confirmar la conversación telefónica entre Bourita y Albares. «Con carácter general, no todos los contactos que mantiene el ministro, ni el contenido de los mismos, se hacen públicos por la necesaria discreción que requiere la diplomacia», subrayó un portavoz a este periódico.
El periodista marroquí Ali Lmrabet, condenado y represaliado en su país aunque con buenas fuentes en el Mazjén que rodea a Mohamed VI, dio este jueves más detalles del mensaje que Bourita trasladó a Albares en vísperas de la votación en Estrasburgo. Si los eurodiputados del PSOE votaban a favor de la resolución europea, «entonces la RAN prevista para el 1 y 2 de febrero en Rabat se resentiría, no tanto con una anulación pura y simple, sino con una representación marroquí reducida, es decir de segunda categoría».
Albares anunció el pasado martes en Níger que junto a Sánchez irían a Marruecos una decena de ministros, todos ellos del ala socialista del Ejecutivo puesto que los de Podemos no quieren participar en esta cumbre hispano-marroquí por el giro que tuvo el presidente del Gobierno en el contencioso del Sáhara hace un año para cerrar la crisis diplomática originada a raíz del caso Ghali.
La acogida del líder del Frente Polisario en abril de 2021 en un hospital español para ser tratado de covid-19 terminó costando a la postre el cargo a la entonces jefa de la diplomacia, Arancha González Laya, y fue la espoleta que provocó un mes después la entrada ilegal en Ceuta de cerca de 8.000 personas, muchas de ellas menores de edad, en lo que fue la peor crisis migratoria y diplomática entre ambos países desde la ocupación del islote de Perejil.
De cumplirse la amenaza de Marruecos que relató Lmrabet este jueves, el presidente del Gobierno podría encontrarse con una cita descafeinada sin apenas contenido. Sánchez tiene prevista una reunión de trabajo con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, pero la guinda protocolaria es terminar este tipo de cumbres -la última fue en 2015- con una audiencia real concedida por Mohamed VI. Y el rey sería poco dado a tener ese gesto con el jefe del Ejecutivo tras recibir el golpe de la votación del PSOE.
Además, el próximo 25 de enero, dentro de una semana, está prevista la reapertura de las aduanas de Ceuta y Melilla para un tránsito «limitado» de mercancías, una concesión política que ha costado sacar a Marruecos por su reclamación de ambas plazas norteafricanas. En realidad, Ceuta nunca ha tenido puestos aduaneros para el comercio, pero sí Melilla, que los tenía desde el siglo XIX, por lo que el cierre unilateral al tránsito de mercancías que Rabat decretó en agosto de 2018 -nada más llegar Sánchez al poder- fue muy traumático para esta ciudad.
La reapertura ha costado casi un año de arduas negociaciones después de la declaración conjunta entre Mohamed VI y Sánchez del 7 de abril del año pasado, en la que ambos países se comprometieron a alcanzar la «plena normalización de la circulación de personas y mercancías de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero, de personas a nivel terrestre y marítimo».
Inicialmente, se pensó que esa normalización comercial se conseguiría en apenas unos meses, pero Marruecos se ha resistido a dar el paso. La RAN estuvo fijada para mediados de noviembre, pero se aplazó a febrero. Por lo que el Gobierno español temía ahora que un voto afirmativo del PSOE a la resolución que condena al Reino alauí por encarcelar a periodistas tuviera como efecto más inmediato la cancelación de la reapertura de las aduanas en Ceuta y Melilla por parte marroquí. Una posibilidad que hubiera dejado muy tocada la cumbre bilateral.
Así que los eurodiputados del PSOE cumplieron la orden de Madrid a costa de quedarse en completa soledad en el hemiciclo. Ningún otro representante español se sumó al ‘no’. El texto que pone en cuestión los Derechos Humanos en Marruecos fue consensuado entre las principales grupos políticos, inclusive el socialista, por lo que el sentido del voto del PSOE fue muy llamativo. En la Eurocámara no se recordaba precedente alguno de una votación en la que los socialistas españoles se hubieran quedado tan solos.
En el ‘no’ a la resolución junto al PSOE solo estuvieron 12 eurodiputados de la Agrupación Nacional (AN) de Marine Le Pen y tres del grupo de los no adscritos: los franceses Philippe Juvin y Nicolas Bay -el primero salió de las filas del PPE al principio de la legislatura y el segundo se separó de Le Pen hace un año para aliarse con Éric Zemmour- y el holandés Marcel de Graaf, uno de los 13 eurodiputados que hace un año no condenaron la invasión rusa de Ucrania.
La relación con Marruecos «goza de buena salud»
Sánchez quiso restar importancia este jueves a la decisión de los eurodiputados del PSOE de desmarcarse en esta votación tan delicada para Marruecos, al explicar que el PSOE no compartía «algunos elementos» de esa resolución del Parlamento Europeo y que por eso, los socialistas españoles no habían compartido posición con sus ‘colegas’ europeos.
«Suele pasar en muchas votaciones», subrayó en la rueda de prensa de Barcelona con Emmanuel Macron para restar importancia a lo ocurrido en Estrasburgo, que el propio PSOE justificó por «responsabilidad y en pro de unas relaciones bilaterales francas basadas en el diálogo y el entendimiento». En este mismo sentido, el presidente del Gobierno hizo hincapié en que las relaciones bilaterales con Marruecos «gozan de buena salud».