El Gobierno negocia con ERC su apoyo al plan anticrisis a cambio de las cuentas catalanas
Fuentes de Moncloa dicen que el voto de los republicanos «está en el aire» pero el decreto está asegurado con la abstención de Bildu y el PP y el sí del PNV.
Nuevo giro de guion en los planes del Gobierno a cuenta de las exigencias de su socio republicano. Las complicaciones de ERC en el Parlamento de Cataluña para negociar los presupuestos para 2023 han obligado al Ejecutivo a afanarse en la negociación con uno de sus aliados preferentes. Las negociaciones se vienen produciendo desde hace días pero, a última hora de este lunes, el voto de ERC estaba «aún en el aire». Según fuentes de la negociación consultadas por THE OBJECTIVE, el motivo de su retraso para confirmar su voto a favor es que los republicanos han introducido la cuestión interna de sus presupuestos regionales, exigiendo un intercambio: votarán a favor del decreto anticrisis a cambio de que el PSC apoye las cuentas públicas de la Generalitat.
«Quieren atar un acuerdo político cuanto antes en el Congreso y el Palau. Se han puesto muy nerviosos y no van a desbloquear el decreto si no hay presupuestos», explican las fuentes consultadas a THE OBJECTIVE. Por este motivo, las negociaciones se están llevando con sumo secretismo.«No comentamos nada. No vamos a dar detalles», decían en la tarde/noche del lunes las dos partes de la negociación PSOE y ERC. Los dos flancos negociadores insistían en que «seguimos negociando» pero la memoria devolvía también a las dos formaciones políticas a la negociación del ultimo decreto anticrisis, que salió adelante gracias al apoyo de Bildu y sin ERC.
Sin embargo, desde el Gobierno aseguran a este periódico: «No vamos a entrar en el chantaje de ERC». Añaden que será el PSC quien decida en Cataluña. En Moncloa se desvinculan de las exigencias de sus socios, porque aseguran que los apoyos «están cerrados», aunque evitan mencionar a las formaciones que sustentan la mayoría en el Congreso. El PNV confirma a THE OBJECTIVE liderar el bloque de los síes gracias a que «hemos conseguido incluir la prórroga de las ayudas al transporte», cuestión que estaba en cuestión y que no incluyó el presidente Pedro Sánchez en su última rueda de prensa del año en diciembre, al anunciar los 10.000 millones de euros de ayudas a familias y trabajadores.
Abstención del PP
En Moncloa dan por descontado que el tercer plan anticrisis «sale seguro con los socios habituales», dando por hecho que Bildu y Más País votarán a favor, o a lo sumo, se abstendrán. Un sentido del voto en el que también ubican al PP. Las fuentes parlamentarias consultadas confían también en la abstención del PP como mecanismo de seguridad en caso de posibles sorpresas de sus socios, aunque los populares no han querido confirmar aún el sentido de su voto.
La votación tendrá lugar este martes en el Congreso, después del debate que se inicia a las 12:00 horas en un pleno extraordinario en el hemiciclo, dado que enero es un mes inhábil en las Cortes. Se trata de un debate en el que será el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien intervendrá en la tribuna de oradores en defensa del decreto de medidas gubernamentales que el Gobierno quiere capitalizar política y electoralmente en este inicio de curso político. No en vano, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intervendrá al término del primer debate en una comparecencia a petición propia.
Sobre el guion del orden del día figura la obligatoriedad reglamentaria de rendir cuenta del último Consejo Europeo en Bruselas, pero la hoja de ruta de Moncloa es que el presidente saque pecho por las medidas que se aprobarán justo antes de su intervención para paliar las medidas económicas y sociales derivadas de la guerra de Ucrania.
Movilización del PSOE
Se trata e un plan electoral trazado conjuntamente entre el Gobierno y el partido. De hecho, este mismo lunes se constituyó el Comité electoral en Ferraz esbozando la estrategia de la campaña para las municipales. Según explicó posteriormente en rueda de prensa, la ministra de Educación y portavoz de la Ejecutiva, Pilar Alegría, «el PSOE se va a movilizar por todos los territorios para explicar la gestión del Gobierno», desde la subida de las pensiones, las medidas para contener la inflación, la prórroga de la rebaja del IVA, la luz y el gas, los 200 unos de ayuda a las familias y la rebaja del transporte público. Unas medidas ante las que Alegría se preguntó «¿Qué va a hacer el PP y el señor Feijóo? ¿Qué excusas va a utilizar el señor Feijóo para no apoyar» este tercer plan anticrisis y evitar convertirse en un «partido útil y partido de Estado en un momento tan complejo como el que estamos viviendo».
No obstante, el plan del Gobierno, además de aprobar y sacar pecho de sus nuevas medidas económicas como arma preelectoral, era que la comparecencia de Pedro Sánchez en el primer gran debate del año viniera precedido de la reedición de su alianza Frankenstein: empezar 2023 testando su fortaleza parlamentaria a las puertas de la campaña electoral, con el ánimo de evidenciar la vocación de futuro en las relaciones con sus socios. Unos planes que han vuelto a truncarse. Apenas un mes después de aprobar a finales de diciembre la reforma del Código Penal con la derogación del delito de sedición y la reforma de la malversación pactada con ERC, los republicanos le exigen nuevos compromisos. Tras advertirle de que «el procés no ha acabado», la operación que dirige ahora el presidente catalán, Pere Aragonés, desde Barcelona, vuelve a poner un nuevo precio a las alianzas que Sánchez quiere reeditar en la próxima legislatura.