Podemos, ante el problema del envejecimiento: los mayores de 65 son sus votantes más fieles
Los morados confían en recuperar el voto de los jóvenes gracias a las leyes trans y solo sí es sí aunque el segmento más fiel es el de los mayores
El pasado cinco de febrero la ministra de Igualdad Irene Montero celebró un acto en Madrid para defender su ley estrella del solo sí es sí. Un reducido grupo de manifestantes de izquierdas del llamado Frente Obrero se levantó en el medio del acto para abuchear a la ministra. Intervino el equipo de seguridad para aislar a los críticos. Mientras, los asistentes se levantaron y aplaudieron para evitar que los gritos se oyeran en el directo streaming del evento. Más allá de las críticas, lo que llamó la atención entre los observadores fue el número de personas mayores presentes en el acto de Podemos. En los últimos cuatro años, el segmento de votantes de más de 65 años se está convirtiendo en el núcleo duro demoscópico del partido de Montero y Ione Belarra.
Los datos señalan que desde la entrada en el Ejecutivo de Pedro Sánchez el baricentro electoral de Podemos se ha movido cada vez más hacia las personas mayores de 65 años. Es una deriva que se refleja claramente en los actos públicos organizados por el partido morado, donde los mayores han suplantado a los jóvenes. Aunque las últimas polémicas sobre las leyes trans y el sí es sí, están permitiendo recuperar cierto fuelle en ese segmento, según creen en el partido morado.
En diciembre de 2020, un mes después del pacto del abrazo entre Sánchez e Iglesias, el Centro de Investigación Sociológico (CIS) vaticinaba una intención de voto al 7% por el partido morado, que se distribuía de forma de forma decreciente desde los votantes menores de 24 años hasta los mayores de 65. La franja de 18 a 24 años representaba el 13,4% de los votantes de Podemos, mientras que los mayores de 65 eran tan solo el 3,5%.
Del 3,5% al 13% en tres años
El año siguiente, en noviembre de 2021, los electores más jóvenes se mantenían alrededor del mismo porcentaje (un 13,9%), mientras que los mayores de edad subían al 5,6%. Cabe señalar que por aquel entonces el centro demoscópico liderado por el socialista José Félix Tezanos vaticinaba para los morados un incremento notable de su estimación electoral, hasta el 10,6% global. En ese crecimiento, se duplicaban los posibles votantes de entre 55 y 64 años, que pasaban del 5,7% de 2020 al 10,8% de 2021.
En noviembre de 2022, el incremento de los votantes de mayor edad de Podemos creció de manera exponencial. Con una estimación global del 9,1% de votos, los menores de 24 años bajaron al 8,2% (cinco puntos menos que en 2020), mientras que los mayores de 65 años alcanzaron la cota del 13% (tres puntos más que en 2021, y tres veces más que en 2020). Es posible que el repunte del pasado mes de noviembre sea algo puntual, aunque la tendencia de los demás barómetros del CIS, por ejemplo del último de enero de este año, incide en que el 8,2% del voto morado proviene de la tercera edad, aunque tal y como confían los dirigentes morados, la polémica sobre el sí es sí ha logrado recuperar parte del voto joven perdido en los últimos meses.
Sorprendentemente, a medida que estallaba la polémica del sí es sí, se reducían las condenas de los agresores y Podemos se enrocaba en la defensa cerrada del trabajo de Montero y su equipo, el partido morado ha ido subiendo en las encuestas del CIS. Sobre todo en la franja de edad de los más jóvenes, donde en 2021 y 2022 había perdido fuelle. En el barómetro de enero de 2023, el CIS recoge un 14% de votos de los menores de 24 años, recuperando sus niveles de enero de 2020, cuando acababa de entrar en el gobierno de coalición. En el último barómetro de febrero, esta cifra volvía no obstante al 8,2%.
Defensa de las pensiones
La pregunta demoscópica, no obstante, atañe más a la tendencia que al dato puntual. De ahí que si bien se puede concluir que en este comienzo de año Podemos parece haber recuperado parte de confianza entre los más jóvenes, a lo largo de los últimos tres años lo que más se ha consolidado es el apoyo de los mayores de 65 años. Y, a la vez, la pérdida de votos entre los votantes de entre 25 hasta 54 años, es decir, el núcleo más numeroso a nivel poblacional. En el barómetro de febrero, por ejemplo, los mayores de 65 años que se decantarían por Podemos si se votara hoy son el 10,2%.
Quedará por ver si este repunte se mantiene en el tiempo o si es el resultado de una pequeña luna de miel con los más jóvenes. Los datos de los barómetros del CIS de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, de hecho, insisten en esta tendencia al envejecimiento del electorado de Podemos. En definitiva, Podemos envejece y su estrategia ya de nicho (tal y como se comenta internamente en el partido) parece de momento consolidar esta dinámica.
La defensa cerrada del aumento de las pensiones responde a esta percepción. Las próximas autonómicas y municipales representan una verdadera encrucijada antes de la difícil negociación con Yolanda Díaz para las listas de las generales como último acto de un partido nacido para cambiarlo todo y que, tras lograr entrar en el Consejo de Ministros, tiene el objetivo de reinventarse o admitir que su marca está en clara decadencia.