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Vox se conforma con que la moción no afecte negativamente a sus expectativas para el 28-M

Los problemas a la hora de controlar a su candidato, así como la imposibilidad de sumar apoyos, hacen que los de Santiago Abascal se resignen a salvar mayo

Vox se conforma con que la moción no afecte negativamente a sus expectativas para el 28-M

El presidente de VOX, Santiago Abascal (i), y el candidato de la moción de censura, el profesor Ramón Tamames (d). | Europa Press

La suerte está echada. Santiago Abascal cruzó el Rubicón cuando anunció su intención de presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, liderada por un candidato independiente y de consenso, y justificada en que el Gobierno estaba dando un «golpe a la Constitución» con su reforma del Tribunal Constitucional. No había marcha atrás, y Vox activó la búsqueda de un perfil con el que intenta aglutinar el apoyo de PP y Ciudadanos para descabalgar al presidente.

Los dos partidos del centro-derecha liberal se desmarcaron rápidamente de la maniobra, y desde Bambú constataron serios problemas a la hora de encontrar a una persona dispuesta a aceptar el encargo. Tardaron dos meses en encontrarlo en Ramón Tamames, prestigioso economista y exdirigente del PCE durante la Transición.

Desde la formación conservadora admiten que Tamames se ha ganado a los dirigentes con su carácter «afable», pero también confiesan su malestar por lo lenguaraz que su candidato se ha mostrado en los medios de comunicación, aireando sus desavenencias con Vox, así como por su «descuido» a la hora de filtrar íntegro su discurso a la prensa (envió el documento a un grupo de amigos de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la que él también es miembro, para pedirles feedback, y este terminó publicado en eldiario.es con una semana de antelación).

Obviamente el transcurso no ha sido el idóneo ni el deseado por los de Abascal, que ya sólo aspiran -constatado que nadie va a apoyarles en el Congreso de los Diputados, y que todo el mundo conoce el contenido del discurso de la moción- a minimizar daños de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Fuentes internas confiesan que aspiran a obtener un buen resultado «a pesar de la imagen» proyectada estas últimas semanas, aunque culpan de esta misma a la prensa.

¿Cuál sería un buen resultado para Vox en los próximos comicios? Obtener más votos que en mayo de 2019. Y lograr cogobernar en alguna región y municipio, ahora que Alberto Núñez Feijóo asume que deberá sumar con la fuerza política a su derecha, como antesala para una hipotética entrada en Moncloa a partir de diciembre de 2023.

La moción, diluida

Es obvio que con la moción de censura Vox buscaba publicidad, así como mostrarse ante los españoles como la verdadera oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero resulta igual de evidente que las polémicas suscitadas por las declaraciones actuales -e históricas- de Ramón Tamames han impedido a los de Santiago Abascal colocar su mensaje, teniendo que adoptar la mayoría del tiempo una estrategia defensiva.

Eso mismo sucedió en la rueda de prensa celebrada el pasado jueves, cuando Abascal y Tamames comparecieron juntos para exhibir unidad, y para restar importancia a la filtración del discurso, tirando de ironía. «Estas cosas pasan, pues ya está. Que se enteren mejor, que se lo estudien», dijo el profesor. El presidente de Vox, por otro lado, aprovechó para cargar contra el PP: «Que practiquen ahora esa moderación. Que lean con atención el borrador y se planteen si deben cambiar su voto».

Tal y como contó este medio, la filtración cayó como un jarro de agua fría. Ni la esperaban ni, obviamente, la deseaban, por cuanto «ahora el resto de partidos lo tiene más fácil para articular una respuesta». El propio Fernando Sánchez Dragó, muñidor de la moción junto a Kiko Méndez Monasterio, admitió que la revelación era «un jarro de agua fría que da armas al Gobierno».

El PSOE apostará por ningunear a Vox y señalar al PP de Feijóo por su supuesta connivencia con la «ultraderecha», en referencia a la abstención de los populares. Estos, precisamente, también van a apostar por quitarle importancia a la moción de censura, por cuanto el argumentario de Génova consiste en subrayar que a Pedro Sánchez hay que censurarle «en las urnas». Y la estrategia de Podemos, según ha trascendido, se reduce a que intervengan sus mujeres.

Contención de daños

Por lo expuesto, la moción de censura nace muerta y queda especialmente diluida tras conocerse el discurso del candidato y la posición que, grosso modo, mantendrán los distintos grupos parlamentarios. Desde Vox se conforman con aguantar su proyección en las encuestas y mantener su ritmo de afiliación, que batió récords la segunda semana de marzo (entre el 7 el 14 se afiliaron 153 personas, cuando la media semanal se sitúa aproximadamente en la treintena). Contención de daños.

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