Podemos ignora las primarias de Málaga e impone a una afín a Montero de candidata
Los morados piden a Yolanda Díaz un proceso de «primarias abiertas» para la coalición con Sumar, pero ignoran el voto de sus bases en Asturias y Andalucía
Primero Asturias, ahora Málaga. Podemos desoye el resultado de sus primarias en dos territorios clave de cara a las elecciones del 28 de mayo, y todo ello mientras exige a Yolanda Díaz «primarias abiertas» para llegar a un acuerdo de coalición. La dirección nacional intervino en Asturias para alejar a Covadonga Tomé como cabeza de lista, tal y como adelantó THE OBJECTIVE, y ahora el guion se repite en Andalucía. Podemos ha preferido colocar como candidata a la alcaldía de Málaga a una excolaboradora de Irene Montero y no a la ganadora de las primarias del pasado mes de diciembre.
La coordinadora ganadora de las primarias que se celebraron en diciembre ha sido «amenazada» y «apartada» para imponer a Toni Morillas, excolaboradora de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, como nueva candidata a la alcaldía de Málaga. La dirigente desplazada ha sido Remedios Ramos, quien en diciembre ganó el proceso de votación interna del bloque de izquierdas. Ramos, de hecho, no acudió a la presentación de la nueva lista electoral, que se ha sellado en los despachos de Izquierda Unida y Podemos y se ha ofrecido a la opinión pública como un pacto necesario para «disputar la Alcaldía».
«Tragaba o se quedaba fuera»
La nueva lista electoral impuesta desde arriba coloca a Toni (Antonia) Morillas como cabeza de la misma, en cuota de IU, y a Nicolás Sguiglia, de número dos al ser miembro de Podemos. Ramos ganó las primarias, pero ha sido desplazada «en los despachos», según explican fuentes conocedoras de dicho proceso que, además, apuntan a una «amenaza con que o tragaba con ir de número tres o imponían una gestora en Málaga y se quedaba fuera de las listas». La paradoja, agregan estas fuentes, es que Podemos exige a Yolanda Díaz convocar unas «primarias abiertas» para sellar un acuerdo de coalición de cara a las generales.
Morillas ha trabajado hasta ahora en el Ministerio de Igualdad con Irene Montero, concretamente en el Instituto de la Mujer. Vuelve a Málaga después de haber sido edil entre 2011 y 2015, y lo hace presumiendo de haber logrado una confluencia de todos los partidos de las izquierdas alternativas al PSOE, con la única excepción de los anticapitalistas de Teresa Rodríguez. Pero también con la losa de no haber respetado el resultado de las primarias entre los militantes que se celebraron en diciembre.
Lo cierto es que Toni Morillas estaba desde hace tiempo entre los dirigentes del Ministerio de Igualdad en la cuerda floja. Después de la salida de Enrique Santiago del ministerio de Ione Belarra y de Amanda Meyer del de Irene Montero, se esperaban otras salidas. Morillas figuraba en el listado de los nombres posibles. Sin embargo, su nombramiento a dedo como candidata a la alcaldía de Málaga aparece ahora más como un «premio» que como una punición, según fuentes tanto de IU como de Podemos.
Podemos exige «primarias abiertas» a Yolanda Díaz
El problema, señalan algunos, es el proceso de elección, máxime porque Podemos defiende un proceso de «primarias abiertas» como condición para llegar a un pacto con Díaz. En el frente sindical cercano a Díaz, de hecho, subrayan este elemento para poner en duda la honestidad de la propuesta de Podemos. Y recuerdan que, antes de Málaga, el partido morado también ha desoído el proceso de primarias en Asturias.
La ganadora de aquella votación, Covadonga Tomé, ha criticado públicamente a su partido, a la vez que el exbarón de Podemos Asturias, Dani Ripa, ha acusado a la dirección madrileña de pucherazos en otras votaciones internas. Ahora se suma también la andaluza Remedios Ramos, aunque con tonos más medidos que su homóloga en Asturias. Ramos mantiene su puesto en la lista electoral, aunque ha mantenido en la prensa local su deseo de que la nueva confluencia también se sometiera a votación de las bases.
Con respecto a Toni Morillas, además, las fuentes consultadas señalan un presunto trato de favor y, a la vez, la demostración de que Podemos, tal y como desveló en exclusiva este diario, ya hace cálculos de cara a una posible derrota electoral del Gobierno de Pedro Sánchez. «Hablamos de un cargo de confianza de Irene Montero a la que designan a dedo sin primarias abiertas ni nada. Se trata de ir colocando a su gente porque lo tienen crudo en las generales de 2023«, afirman.