Sánchez arenga a sus diputados al borde de la lágrima: «Tomé la decisión con mi conciencia»

En el presente momento de duelo en el que está sumido el PSOE tras la hecatombe electoral del 28-M, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visto necesario reunir a sus diputados y senadores en el Congreso para insuflar moral a la tropa de cara a una campaña electoral que ya ha comenzado de facto. En un discurso emocional, casi lacrimógeno, ha justificado su decisión de disolver las Cortes como una decisión «en conciencia» que pretendía demostrar que «no se desentiende del resultado electoral».

En el interior de la sala Ernest Lluch del Congreso, Sánchez se ha referido a «las informaciones que habéis leído sobre cómo tomé la decisión». Y ha querido explicar que tras la confirmación de la debacle «no podía desentenderme de su suerte, no podía continuar como si no hubiera ocurrido nada . Os tengo que decir que tomé la decisión con mi conciencia», ha dicho recibiendo una ovación cerrada de sus compañeros. 

En una intervención plagada de silencios marcados e impostura, el presidente del Gobierno ha desvelado que «por supuesto que me gusta ganar pero me duele perder. Y tengo que confesaros que cuando más me duele perder es cuando las consecuencias de la pérdida recaen sobre las personas a las que quiero. Tenía que asumir el resultado del pasado domingo, sin desentenderme. Tampoco lo iba a hacer ahora».

Salpicado por los aplausos constantes de su bancada en la cámara baja y alta, el jefe del Ejecutivo ha esbozado las líneas generales de su estrategia de campaña con la idea fuerza centrada en «parar la ola reaccionaria» del «tándem de la derecha con la ultraderecha». Aludiendo a las «fuerzas muy poderosas» que empujan en todo el mundo para que triunfe esa «corriente reaccionaria», Sánchez ha confiado en que «en España la podemos parar… por nuestros hijos y nuestras hijas… por nuestros mayores que tienen muy presentes lo que representa ese pasado. Por todos ellos debemos parar esta corriente reaccionaria . En España no va a suceder lo que esta ocurriendo en otras naciones. Así que ¡vamos a ganar estas elecciones!», solemnizó poniendo en pie a la sala parlamentaria.  

Recuperando el discurso más extremista de Sánchez, el de los poderes fácticos y los poderosos, señaló nuevamente a los medios de comunicación a quienes atribuyó una inminente ofensiva contra él. «Se va a desatar una campaña aun más feroz. Tenemos en máxima audiencia a gente que solo se representan a sí mismos. Hablaran de pucherazo y otros dirán que hay que detenerme como responsable de ese pucherazo. Ya lo han hecho. No es nuevo, sus maestros norteamericanos lanzaron a una turbia asesina para denunciar ese pucherazo en EEUU». 

«Os pido que estéis tranquilos, determinados, y que así respondamos a esa catarata de insultos», señaló un presidente emocionado que apeló de nuevo al voto de la gente humilde. Porque «vale lo mismo el voto de una persona humilde que el de los dueños de los grandes medios de comunicación o los grandes banqueros».