El presidente de la Heritage Foundation: «La izquierda se centra en lo que divide a España»
Kevin D. Roberts advierte de los peligros de la «izquierda totalitaria» y llama a la acción al sector conservador
«España está en la encrucijada». Es el diagnóstico que hace Kevin D. Roberts, presidente de la Heritage Foundation, el think tank conservador más grande del mundo. Roberts ha pasado los últimos días en España ‘pasando revista’ a distintos organismos vinculados a la derecha, incluyendo encuentros con dirigentes de PP y Vox. Aprovechando su paso por nuestro país, Roberts participó en un encuentro con periodistas organizado por la Fundación Disenso y después atendió en exclusiva a THE OBJECTIVE.
El presidente de la Heritage Foundation sigue con interés la precampaña de cara a las elecciones generales del 23 de julio y confiesa que, en las reuniones que ha mantenido con representantes del PP y de Vox, la conversación no versa tanto sobre una posible victoria del bloque de derecha —algo que dan por hecho—, sino más bien sobre los distintos escenarios en función del número de escaños que saque cada partido. En cualquier caso, Roberts tiene claro que «lo más importante es un cambio, salir del socialismo».
Guerra a la «izquierda totalitaria»
En este sentido, el lobbista estadounidense plantea toda estrategia política en términos de batalla cultural. En esa batalla el gran enemigo es la «izquierda totalitaria», cuyo objetivo primordial es «deconstruir la sociedad estadounidense y española» centrándose «en lo que nos divide y no en lo que nos une». Esa izquierda woke, apunta, también quiere «socavar la familia nuclear», tal y como recogía el primer punto del manifiesto original del movimiento Black Lives Matter.
Para ello, asegura Roberts, la izquierda ha copado las instituciones en los países occidentales, tales como asociaciones de vecinos, colegios, universidades o los medios de comunicación. En este último sector, advierte el presidente de la Heritage, llevan haciéndolo desde hace cincuenta años, por lo que ve necesaria la puesta en marcha de alternativas informativas, como lo fue en su día Fox News en Estados Unidos. En el caso concreto de España, Roberts añade la colocación de banderas LGTB en edificios oficiales a esa lista de ámbitos en los que la izquierda se ha «colado».
Con todo, la receta de este think tank conservador no es necesariamente la colisión frontal en estos entornos. Siguiendo a Edmund Burke, Roberts apuesta por que los conservadores se centren en aquellas «cosas más importantes que la política», como «formar familias, construir comunidades» y, añade entre risas, «ayudar a nuestros vecinos, aunque sean progres».
La división de la derecha
Ante este panorama, la Heritage Foundation asume como propia la tarea de tender lazos internos en una derecha que ve dividida. Esa segmentación, apunta Roberts, se produce entre los conservadores más preocupados por los asuntos económicos y los más centrados en temas sociales. En clave española, Roberts reconoce esa tensión entre el PP y Vox, pero apela a que no es imposible superarla. «Necesitas a las dos partes de la derecha», afirma mientras las anima a que se centren en las posturas que comparten en seguridad o economía.
Al calor de esta unión deseable, la Heritage Foundation se muestra «razonablemente optimista» en ganarle la guerra a la izquierda. «No sólo en Estados Unidos, sino en un creciente número de países, el sentido común está volviendo. Estamos remontando el partido tras el descanso».
Preguntado por si el sector conservador se ajusta al concepto de «minoría creativa» acuñado por Benedicto XVI, Roberts afirma que más bien se consideran una mayoría silenciosa. Dicho esto, reconoce que «los conservadores no somos suficientemente creativos»; para el presidente de la Heritage, los principios deben permanecer, pero debe innovarse en las políticas y en los mensajes deben cambiar, cuestionando el marco narrativo de la izquierda.
El rol de España en el mundo y la guerra contra China
Íntimamente relacionada con la batalla contra la izquierda, a Roberts le preocupa particularmente otro enfrentamiento: la «guerra fría» entre Occidente y China. El presidente de la Heritage Foundation afirma contundente que hacer frente a Pekín es la prioridad número uno para Washington y que, si Estados Unidos fracasa en ese empeño, sencillamente «dejará de existir».
Roberts explica que el Partido Comunista Chino ha «invadido» las universidades norteamericanas, se ha infiltrado en sus departamentos de policía y se ha gastado al menos 100 millones de dólares en los últimos dos años en lobbies en el Congreso estadounidense. «Los chinos se dieron cuenta mucho antes que nosotros de que esto es una guerra fría. Tanto por su maldad como por su visión a largo plazo de la historia, fueron más listos de nosotros», remacha.
Todo esto lleva a un enfrentamiento que probablemente no será militar, pero que se librará «con armas económicas y culturales». La primera de ellas, apunta Roberts, que Occidente exhiba «una unidad y una cohesión mucho mayores».
En esta contienda, la Heritage Foundation desearía una España con una voz más fuerte en el panorama internacional, lo que para este think tank pasa por no depender en exceso de Bruselas: «Cuanto más se acerque España a coordinar toda su política exterior y de defensa con la UE, menos relevante será con un gobierno conservador en Estados Unidos». En este sentido, Roberts apela a una relación bilateral fuerte entre Madrid y Washington, al estilo de la etapa de José María Aznar.
El presidente de la Heritage, además, no esconde su escepticismo hacia la Unión Europea: «Se ha alejado mucho de sus orígenes. Es un enemigo del autogobierno y de la soberanía nacional».