Vox se fija como prioridad cuatro ministerios: Cultura, Educación, Interior y Defensa
Fuentes cercanas a Santiago Abascal aseguran que este no codicia la Vicepresidencia del Gobierno de España
Habrá o no habrá coalición, esa parece la cuestión. El Partido Popular insiste en su voluntad de «gobernar en solitario», mientras Vox se presenta como la única garantía de «desalojar las políticas del sanchismo», y no sólo «desalojar a Pedro Sánchez», forzando la mano de los populares en Moncloa. Todo dependerá de los resultados que arrojen las urnas el próximo domingo, y de hasta dónde llega su capacidad negociadora, pero el partido que preside Santiago Abascal, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ya sueña con cuatro ministerios: Cultura, Interior, Educación y Defensa. No necesariamente en ese orden de preferencia.
Eso es lo que, en una apuesta de máximos, exigirían los conservadores a la hora de rubricar un pacto de Gobierno. Sin embargo, no tendrían problema en renunciar a la Vicepresidencia. «A Santiago no le apetece lo más mínimo ser vicepresidente», admite una fuente muy cercana al líder de Vox. Vía libre para Cuca Gamarra.
Aunque desde Bambú se niegan a fijar un umbral, si que confían en obtener un resultado «cercano» al obtenido en las últimas elecciones generales, donde cosecharon el 15,2% de los votos, que se materializaron en 52 diputados. «La horquilla que manejamos está entre 30 y 50», dicen. Esta es tan amplia, admiten, porque hay una quincena de provincias en la que el último escaño depende de un puñado de votos. El PP, por otro lado, sí marca una barrera: sus líderes admiten en privado que no darán entrada a Vox en el Ejecutivo con menos de 30 diputados.
Las encuestas internas
Que Vox coseche unos resultados más cercanos a los 30 diputados o a los 50 dependerá de lo que suceda en quince provincias donde un puñado de votos pueden ser decisivos. El último diputado se lo podrían disputar Santiago Abascal y la izquierda en Albacete, Alicante, Ávila, Badajoz, Barcelona, Burgos, Cádiz, Cantabria, Castellón, Jaén, León, Madrid, Murcia, Tarragona y Valladolid. Por eso la formación conservadora afirma ser «el voto útil» en esas circunscripciones, y no el PP.
Es decir, el problema de Vox no radica tanto en la pérdida de voto, sino en la optimización del mismo. La caída no sería tan acusada en porcentaje como en escaños. De todos modos, desde Bambú fían la remontada al debate electoral de este miércoles por la noche, cuando Santiago Abascal se medirá ante Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. La ausencia de Alberto Nuñez Feijóo es «una oportunidad de oro».
Vox se está cuidando mucho de controlar las expectativas, en contraste con el optimismo previo al 28-M, cuando blasonaban de que iban a ser la fuerza que más iba a crecer con respecto a las municipales y autonómicas de 2019. El último Votómetro elaborado por Redlines para THE OBJECTIVE les augura tan sólo 26 diputados, pero los dos motivos antes descritos -escaños a un puñado de votos en quince provincias y el debate televisivo- llenan de esperanza a Vox, que espera ser «decisivo» para exigir la entrada en un futurible Gobierno de coalición con el Partido Popular.
Lucha por la cultura
En caso de que finalmente ambos partidos se necesiten, podría haber una disputa por Cultura, que es un gabinete muy codiciado. Tal y como adelantó este medio, Vox se ha marcado como prioridad controlar este ministerio para «combatir la cultura de la cancelación» e impulsar una agenda cultural alternativa a la woke.
En un acto sobre la cultura celebrado el pasado lunes en la Fundación Carlos de Amberes, Abascal deslizó cómo sería el Ministerio de Cultura si dependiese de Vox. Este se comprometería con una «alta política de Estado» y tendría como lema «proteger y recuperar las cosas de España»; defendería «la herencia compartida en la que pueden reconocerse todos los compatriotas (incluida la tauromaquia)»; pero, sobre todo, se comprometería en acabar con «censuras y cancelaciones». Y lanzó un aviso: «Abandonen la esperanza todos los profesionales de la subvención».
Pero el PP también está interesado en controlar este gabinete. Borja Sémper y Jaime de los Santos, secretario general de Cultura, suenan como ministros de la rama. Este último, en una entrevista concedida a El Confidencial, avisó de que «Feijóo nunca cederá ningún ministerio estratégico a Vox», así como de que para el líder gallego «la cultura es sagrada». Unas declaraciones con las que los populares marcaron terreno.
¿Y una abstención del PSOE?
También ha marcado terreno el propio dirigente del PP, que, en una entrevista con El Español, aseveró que no quiere al partido a su derecha como socio porque «provocaría unas tensiones innecesarias». «Sus ideológicos me producen mucha intranquilidad. No me siento cómodo con ese partido», unas declaraciones que, mutatis mutandis, recuerdan en Bambú a las que Pedro Sánchez dedicaba a Podemos antes de gobernar en coalición. «Cuidado no se las tenga que tragar…», deslizan.
Los de Santiago Abascal opinan que Alberto Núñez Feijóo no va de farol cuando ofrece una abstención al PSOE para que gobierne la lista más votada, y creen que ese será su primer movimiento tras el 23-J. Pero fuentes de la dirección vaticinan que los socialistas rechazarán la oferta. «El PSOE de Pedro Sánchez no aceptará, pero si la derrota es contundente, un PSOE ya sin Sánchez podría hacerlo». Aunque todo esté por decidir, Vox ya tiene claras sus prioridades en forma de ministerios. Por si acaso.