Sánchez calcula que saldrá reelegido en otoño una vez que Feijóo haya fracasado
«No tiene ninguna prisa», según fuentes gubernamentales, y pretende una investidura «en octubre o noviembre»
El presidente del Gobierno en funciones «no tiene prisa» por acortar los plazos. Pedro Sánchez irá a la investidura y no contempla el escenario de una repetición electoral, pero la clave serán los tiempos. «Seguro que esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad», señaló el propio Sánchez en la reunión en la Ejecutiva Federal descartando un bloqueo político en España. De hecho, cada vez son menos los que ven la posibilidad de acudir a las urnas y confían en gobernar y los pocos que aún barajan este escenario lo posponen en el tiempo: «Si hubiera elecciones, serían en enero». Porque el calendario temporal que maneja Pedro Sánchez pasa por una investidura en el otoño, en «octubre o noviembre», siempre y cuando el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se retrate presentándose a una investidura que prevén fracasada.
La dirección federal del PSOE presupone que Feijóo no querrá llegar a un acuerdo con Vox porque han sido precisamente los pactos post-electorales con la formación de Santiago Abascal los que han rebajado los resultados del 23-J. Si esto ocurre, dudan si se presentaría o no a una investidura, aunque dan por descontado que ésta se traduciría en una primera votación fallida. Pero la estrategia pasa por dejar que el foco se instale en el PP y que «Feijóo se cueza a fuego lento con Vox». Ésa es la palabra clave: «lento».
Sánchez: «Estoy muy contento»
Porque el mensaje que trasladó ayer Sánchez a su Ejecutiva fue triple: «Alegría, agradecimiento y vacaciones». La reunión de este lunes en Ferraz fue «muy emotiva», según fuentes presenciales, en la que el líder socialista manifestó estar «muy contento» ante la capacidad de remontada del PSOE en una campaña en la que el partido echó los restos para conseguir recuperar el pulso de la sociedad. Una heroicidad, a juicio de muchos socialistas, que el presidente agradece y por el que pidió a los suyos irse de vacaciones y «reposar y analizar con tiempo» los resultados electorales. «Hasta septiembre no se espera nada», relatan desde Ferraz.
Sánchez enfrió las prisas, comunicó que no habrá convocatoria del Comité Federal para analizar los resultados ni reuniones del propio secretario general para avanzar en la gobernabilidad. La única lectura del 23-J la hizo el líder del PSOE y el resto de miembros de su dirección federal coincidiendo en la estrategia política de hablar en términos de bloque: «Nos han votado 11 millones de personas (entre PSOE y Sumar). Ha habido un avance», que experimenta especialmente el PSOE. Fueron muchos los que pusieron en valor el 32% de voto que obtienen, que convierte al PSOE en «una referencia en Europa por ser el primer partido capaz de frenar a la ultraderecha».
El mensaje de Sánchez a Felipe VI
Este dato genera «un subidón» en Ferraz, porque «la campaña ha funcionado y fue un éxito». El efecto balsámico del 23-J les ha hecho sentirse fuertes y confiados, hasta el punto de que Pedro Sánchez quiere potenciar su victoria de bloque ante el rey Felipe VI, en la segunda ronda de consultas que convocaría tras la investidura fallida de Feijóo. El mensaje que trasladará Sánchez al monarca es que «él tiene más votos que Feijóo. 153 de PSOE y Sumar que, con sus socios, asciende a 172 escaños».
«Somos más, muchos más los que queremos que España avance», vociferó el presidente en funciones en el balcón de Ferraz en la noche electoral. La guinda de una nueva alianza Frankenstein sería la abstención de Junts, que confían en alcanzar habida cuenta de la «predisposición» que perciben. Y consideran que las apelaciones de exdirigentes de Junts como Laura Borrás o Jordi Turull en relación a un referéndum de independencia en Cataluña son fuegos de artificio de cara a la galería porque no serían aceptados por el Gobierno de Pedro Sánchez.