Agustín Laje, el gurú que une a Abascal y Milei en su estrategia contra la izquierda
El politólogo argentino, teórico de la ‘nueva derecha’, nutre de ideas a Vox en España y a La Libertad Avanza en Argentina
El presidente de Vox, Santiago Abascal, y el vencedor de las elecciones primarias celebradas este domingo en Argentina, Javier Milei, tienen mucho en común. Y no sólo en lo ideológico, sino que también en lo personal, ya que ambos comparten gurú: el politólogo argentino Agustín Laje. Un activista que da la batalla cultural en las redes sociales, que se define como «paleolibertario», y que sostiene una tesis pionera sobre cómo la nueva derecha se debe construir en torno a tres pilares: los liberales «no progresistas», los conservadores «no inmovilistas» y los patriotas «no estatistas».
El asesoramiento de Laje ha sido determinante para que Milei haya seducido a estas tres familias políticas y, con el 30,1% de los votos, se haya impuesto sobre el peronista Sergio Massa, su competidor más inmediato. La nueva derecha imponiéndose a la nueva izquierda. Un éxito que Abascal aún está lejos de replicar.
¿Qué defiende?
Laje sostiene que la «nueva izquierda» comprendió la importancia de la cultura, que ahora parasita, frente a una derecha que la menospreció por su pulsión «economicista» hasta el punto de que la situación se tornó peligrosa para las libertades, con instituciones como la familia en jaque por la «agenda proabortista». Así lo sostiene en su libro La batalla cultural: reflexiones críticas para una nueva derecha (Harpercollins México, 2022), que fue recomendado por el propio Abascal.
En su contraportada, el presidente de Vox riega de elogios a su gurú («Laje demuestra una vez más su clarividencia a la hora de analizar una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo»), y dice tomar nota de sus recetas: «Debemos hacer frente común al rodillo ideológico impuesto por la izquierda, que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, y oponernos a la asfixiante corriente que vulnera el derecho a disentir y que pretende imponernos un discurso único».
La «nueva derecha»
En la teoría política de Laje, liberales, conservadores y patriotas tienen que cooperar en un frente común contra la nueva izquierda. Y es que todos tendrían algo interesante que aportar. Los primeros estarían pendientes de que el Estado no crezca: menos casta política y menos burocracia. Los segundos tienen «un olfato particular para lo cultural», ya que detectan «cuándo hay ataques culturales de las izquierdas» a las tradiciones, las costumbres o las «instituciones espontáneas». Y los patriotas añaden una preocupación por la «soberanía» ante organismos supranacionales que se estarían convirtiendo en un nuevo y poderoso Leviathan.
Esta nueva derecha debe, además, ser «juvenil» (políticamente incorrecta), «popular» (que apele a las clases obreras) y con «solidaridad internacional» (con aliados en otros países). El propio Laje vislumbra esta nueva derecha en Vox, pese a la división interna que sufre la formación que preside Santiago Abascal, pero que responde más a luchas internas por el poder orgánico que a diferencias ideológicas.
Su labor de asesoramiento
Estos son algunos de los consejos que Agustín Laje proporciona a La Libertad Avanza y Vox. Fuentes cercanas al politólogo argentino aseguran a THE OBJECTIVE que él dota de «contenido ideológico» a Javier Milei para que «no sea un liberal más con un discurso meramente economicista». También lo alejó de «la tentación de acercarse al colectivo LGTB» en campaña. Por otro lado, es uno de los intelectuales de cabecera dentro de Vox. De hecho, estuvo en el Viva 22 celebrado el pasado octubre, y presentó su libro junto a Carla Toscano y Jorge Buxadé en noviembre.
Tras el retroceso de Vox el pasado 23-J, cuando la formación que preside Santiago Abascal perdió 19 escaños, Agustín Laje señaló al Partido Popular y a los medios de comunicación, en la línea de la dirección nacional. «La campaña del PP y de todos los medios de comunicación vinculados al centroderecha consistió en construir el relato del voto útil para sacar al sanchismo», aseveró Laje en una entrevista concedida a Semana, donde abundó: «Hay que votar al PP, no hay que votar a Vox; entonces el votante de Vox, que antes votaba por el PP, llegó a creer que debía volver a votar por el PP para sacar al sanchismo; votó finalmente por el PP y el PP, como vemos, no ha podido sacar al sanchismo como creíamos que lo haría».
«Por otra parte, ha habido una campaña mediática muy sucia contra Vox. Ha habido una campaña muy sucia de fake news, de muñecos de paja, en la que se dijeron cosas totalmente falsas como que es un ‘movimiento político en contra de las mujeres’, ‘como que es un partido político xenófobo’ que odia a los migrantes, cuando, en verdad, está lleno de hispanoamericanos cubanos, venezolanos, colombianos, argentinos, chilenos… que son militantes de Vox», reflexionó.
Pero el intelectual de la nueva derecha también señaló a un contexto «distinto» al de 2019, cuando «vimos las elecciones hacerse una y otra vez»: «Eso generó un gran hastío con los partidos hegemónicos, o sea, contra el PSOE y contra el PP, que se había corrido mucho hacia el centro, incluso hacia el centroizquierda, y eso molestó a las bases y al votante tradicional del PP que optó por una nueva alternativa».
De las redes a la política
Agustín Laje (Argentina, 1989) es Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba y Máster en Filosofía por la Universidad de Navarra. Saltó a la fama en redes sociales por sus intervenciones contra la ideología de género, el proabortismo o el feminismo hegemónico, al que tilda de «radical y neomarxista». Más adelante plasmó estas ideas en El Libro Negro de la Nueva Izquierda: Ideología de género o subversión cultural, un bestseller internacional. La tesis del libro es que la nueva izquierda ha abandonado la lucha de clases por la «lucha de sexos».
Desde entonces, Laje ha publicado sus columnas en medios locales, nacionales e internacionales. Entre ellos, La Gaceta de la Iberosfera, El American, PanAm Post, Alt Media y El Liberal. Sus ensayos sobre filosofía política han sido premiados cinco años consecutivos en México por Caminos de la Libertad. Ha dictado conferencias en distintos países como Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Paraguay, Ecuador, Bolivia, México, El Salvador, Colombia, Puerto Rico, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Estados Unidos y España. Con este cursus honorum se ha ganado ser escuchado por los líderes de la derecha hispanoamericana.
Abascal escuchar? Lo dudo, lo veo narcisista, con poca paciencia, impulsivo y soberbio. Características que juntas hunden a un partido. Por qué? Por demasiado personalista.
El conservadurismo extremista o extrema derecha, como se quiera llamar, al que ha derivado VOX nada tiene que ver con el liberalismo.
El liberalismo clásico no se opone totalmente al conservadurismo pero al mismo tiempo es contradictorio con él. Hayek lo explica en su magnífico artículo ¿Por que no soy conservador?
El liberalismo se basa en la evolución libre de la sociedad, por eso hay que aceptar en principio lo que existe porque es el resultado de siglos de experiencia del ser humano pero al mismo tiempo la sociedad está en continuo cambio para dar respuesta a nuevos desafíos.
Desafíos no solo económicos sino también de libertades individuales.
Los partidos ultraconservadores como VOX se oponen al cambio y entran en contradicción con la libertad.
Milei era ultra liberal, también en lo social, no se como lo han convencido para adoptar ideas muy conservadoras que atañen al campo de lo personal, caso aborto, homosexualidad, etc.
Una cosa son los excesos cometidos por nuestros políticos neo comunistas y otra es decir que la violencia de género no existe o que la homosexualidad es una perversión.
Quien no tiene mucho que ver con el liberalismo creo que eres tú. La esencia del liberalismo es la no agresión al pacífico y al inocente ¿Quién más inocente e inofensivo que un ser humano en el vientre de su madre?
Tus clichés y prejuicios son ridículos y antiliberales. Vox no se opone ni a las mujeres ni a los homosexuales, sino que se convierte en su principal valedor en tanto que no pretende sobreprotegerlos, que es la peor y más ofensiva discriminación. Correctamente se opone al feminismo y al homosexualismo agresores que pretenden ejercer una sistemática coacción para cambiar la sociedad en la dirección que se les antoje.
Tú puedes creer en la violencia de género, en que la homosexualidad es una perversión o en cualquier otra estupidez que se te ocurra, pero si intentas imponer ese particular punto de vista a los demás mediante coacción política serás un agresor del que habrá que defenderse
Entiendo que el aborto no puede ser un derecho, pero a estas alturas no lo podemos evitar. Lo que sí que se podría hacer, sería volver a los tres supuestos de la época felipista. Pero las sociedades evolucionan a veces a pesar de nuestra forma de entender. Si no pues aún estaríamos quemando brujas.
Antes quemábamos algunas brujas y ahora asesinamos masivamente niños muy pequeños ¿Dónde está la evolución? Argumentar que debemos aceptar y dejar de perseguir aquello que no podemos evitar nos llevaría a absurdos como tener que legalizar los robos y otro tipo de asesinatos que resulten harto recalcitrantes. No se trata de particulares formas de entender, sino de la necesidad de consensos muy básicos que si no se respetan a rajatabla imposibilitan tarde o temprano la convivencia y que no podemos sacrificar frívolamente por nuestra comodidad irresponsable.
Pero gracias por tu respuesta, que siempre dan pie a aclaraciones y a desarrollos.
Desde que tomó el mando de Vox el OPUS DEI, con Buxadé a la cabeza, estos ideólogos liberales han sido arrinconados en favor de una línea económica cercana al autarquía patriotica identitaria.
Este Vox no es el mismo que el de hace cuatro años.
Vox con estos ideólogos no tiene futuro. Solo lo tendrá si vuelve a los principios fundacionales del partido.