Sánchez acelerará los contactos con Junts tras la Diada para ser investido después del 12-O
Los socialistas se mofan de la estrategia «a la desesperada» del PP. «Ya les vale cualquier cosa», opinan
El Gobierno presume de estrategia y se felicita porque el PP «está perdido» y en una absoluta soledad parlamentaria en las negociaciones de la investidura. La satisfacción del Ejecutivo radica en que la reunión de este miércoles entre el candidato a la investidura del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, evidenció a un candidato «a la desesperada», según fuentes socialistas, «rogando al sanchismo que le deje gobernar durante dos años» y a quien «ya le vale cualquier cosa; incluso aceptaría los votos de Junts».
El Gobierno se vanagloria de que «a Feijóo le queda un mes para quemarse mientras nosotros seguimos negociando y avanzando», explican a THE OBJECTIVE fuentes gubernamentales y socialistas que ya han marcado en rojo el nuevo calendario previsto para la formación de gobierno. En Moncloa esperan que estas cuatro semanas que restan hasta la investidura de Feijóo el 26 y 27 de septiembre sirvan para cerrar un acuerdo que esté listo para cuando fracase el líder del PP y el rey Felipe VI convoque una segunda ronda de consultas con los grupos parlamentarios, previa al encargo a Pedro Sánchez.
Se despeja la negociación, tras la Diada
Pero también esperan en Moncloa que haya un salto cualitativo en las negociaciones dentro de diez días, el 11 de septiembre, con la celebración de la Diada en Cataluña. Una convocatoria a la que no fueron sus socios de ERC el año pasado y dudan si acudir en esta ocasión. Según fuentes socialistas ocurre porque «no hay tensión en la calle y los republicanos están en pactar» y no en la confrontación callejera. Por el contrario, el Gobierno es consciente de que Junts «tiene que ir» porque están obligados a hacerlo ahora que deben demostrar su fuerza en la negociación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Sin embargo, el Gobierno espera que una vez que pase la celebración de la Diada, que no registrará las algaradas ni los altercados de hace años, antes de que Pedro Sánchez iniciara la llamada política de «desinflamación del conflicto en Cataluña», se registrarán avances en las negociaciones con Junts porque «bajará la presión». A partir de entonces, «será todo más fácil», auguran desde el Gobierno y el PSOE a este diario.
Es un escenario que se despejará aún más después del aniversario del 1 de octubre, conmemoración del referéndum ilegal de 2017, y a partir del cual esperan que se produzca el arreón final de los contactos con sus socios independentistas. Una recta final en las negociaciones que les permitirá cumplir con el objetivo de que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, sea investido nuevamente en la tercera semana del mes de octubre, «después del puente del Pilar», tras la simbólica fecha del 12 de octubre, día de la Hispanidad, en la que el Ejecutivo en funciones asistirá al desfile de la fiesta nacional y acudirá a la recepción en el Palacio Real.
Antes de conocer la tardía fecha de la investidura de Feijóo, fuentes socialistas habían augurado que Pedro Sánchez «volverá a recibir la pitada en el desfile de la fiesta nacional, ya investido como presidente del Gobierno». Pero el mes solicitado por el candidato del PP a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y la intensa agenda internacional del presidente Sánchez en septiembre ha retrasado el calendario previsto y truncado la investidura en esas fechas simbólicas.
«Fase preliminar en la negociación»
El jefe del Ejecutivo en funciones tendrá que asistir los días 4, 5 y 6 de octubre a Granada para la celebración del Consejo Europeo, lo cual imposibilitaría la realización de una nueva ronda de consultas en el Palacio de la Zarzuela en esa semana. Desde el PSOE creen que esas nuevas consultas con los portavoces parlamentarios tendrían lugar la segunda semana de octubre, antes del puente de la Hispanidad. Algo que permitiría agilizar los plazos para la celebración de una nueva sesión de investidura para el candidato del PSOE, una vez que reciba el encargo de Felipe VI.
El Gobierno lleva toda la semana denunciando el «paripé de Feijóo» por solicitar un mes de plazo hasta la investidura, «haciéndonos perder el tiempo a todos los españoles». Pero la crítica a esta «parálisis» de cara a la galería se aplaude en privado, ya que les permite un mes de margen en la negociación con Junts para avanzar en la fórmula de la amnistía para los encausados del procés, habida cuenta de que las propuestas de alivio penal «se encuentran todavía en fase preliminar», según el Gobierno.
En caso de no haber llegado a un acuerdo para esas fechas, el Gobierno pediría tiempo para lograr cerrar el pacto con sus socios de investidura, aunque la dura crítica al líder del PP y la confianza en que el mes que resta hasta certificar su investidura fallida sea fructífero para los negociadores, anticipa que se agilizarán los plazos. «Habrá Gobierno en octubre, en noviembre en el peor de los casos», sostienen, sin descartan el escenario de la repetición electoral que ya se antoja remoto e improbable para los estrategas de Pedro Sánchez. No obstante, admiten que «hay que trabajar para todos los escenarios y se trabaja para evitar la guerra hasta que estalla el primer cañonazo».