Sánchez ve «imposible» que Puigdemont abandone la vía unilateral por la amnistía
«Eso ha muerto por inanición», explican fuentes gubernamentales. Desde ERC manifiestan su sorpresa por el avance
Era el principal escollo en la negociación y su renuncia es un salto cualitativo del Gobierno en la negociación. El compromiso explícito del abandono de la vía unilateral lleva semanas centrando las conversaciones entre el Gobierno y Junts. Las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE explican que el «forcejeo» existente sobre este punto ha decaído ante la incapacidad de avanzar y cumplir con las expectativas socialistas. En Moncloa aseguran que Pedro Sánchez es consciente de que «es imposible» alcanzar el objetivo inicial de un «acuerdo recíproco» que suponga el abandono de facto de la vía unilateral por parte de Carles Puigdemont. Un compromiso explícito de Carles Puigdemont de no volver a convocar un referéndum ilegal sin acuerdo con el Estado del que ha desistido finalmente el Ejecutivo.
Según ha podido saber este periódico, las negociaciones con Junts han constatado que «no es posible» que Junts asuma este compromiso porque sería «regalarle todo el espacio político a su competidor, ERC». Y todo, pese a haber contado con la ayuda de los negociadores de Sumar, que también han constatado que esta es una vía muerta en la negociación y era necesario ofrecer otras opciones como la posibilidad de que el compromiso fuera «verbal» y no por escrito, como hizo hace una semana el presidente catalán, Pere Aragonés, para forzar un pronunciamiento similar de Carles Puigdemont.
Pero tampoco este ha sido posible. Ni escrito ni verbal, los independentistas de Junts han dejado clara su voluntad de que no se comprometerán a ninguna «reciprocidad» en el acuerdo con el Gobierno a cambio de una amnistía. Y la novedad es que Moncloa no ha puesto objeciones a su negativa. Tras el pronunciamiento del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, desde Nueva York, fuentes gubernamentales asumen que «la unilateralidad ha muerto por inanición».
«Ha muerto por inanición»
Según un relevante ministro del Gobierno preguntado por el abandono de la unilateralidad, «eso lo descarta la gente». Unas palabras en línea con lo dicho por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, al ser preguntado por esta cuestión: «Miren al 90% de los catalanes que rechaza la unilateralidad». Dicho de otra forma, es el Gobierno quien ha rebajado sus posiciones maximalistas y ha asumido en parte los postulados independentistas, renunciando a que éstos hagan cesiones para ser beneficiarios de una amnistía.
Fuentes republicanas consultadas por THE OBJECTIVE explican que los argumentos que ellos mismos han trasladado al Gobierno es que «la unilateralidad es una posición retórica» porque el mero hecho de que ERC y Junts se sienten a la mesa de negociación ya supone de facto el abandono de la vía unilateral. «En 2017 el referéndum se produjo porque no hubo una alternativa política. La mesa de negociación por la amnistía es una alternativa y nadie actuaría unilateralmente inmerso en este proceso».
Pero tampoco nadie asume el coste de la negociación o de la cesión de sus posiciones iniciales para llegar a un acuerdo. De momento, es el Gobierno quien rebaja los suyos y lo hace con prisas y ceremonia. Cuando el Presidente Sánchez entonó este miércoles la frase: «Voy a ser coherente con lo hecho. Y ya estoy diciendo mucho», no dijo realmente grandes cosas. Ni mentó la amnistía ni desveló su formulación. Pero al termino de su comparecencia, los responsables de prensa se afanaron en vender que se allanaba el acuerdo y que la negociación avanza: esto va para adelante». Así se explica que la palabra empleada por Moncloa -«allana»- sea la misma que se repetía este viernes en las portadas de los medios de comunicación.
Moncloa: «Necesitamos dar un paso más»
Según fuentes de Moncloa, «necesitamos dar un paso mas», habida cuenta de que el Gobierno quiere que la investidura de Sánchez se celebre cuanto antes, en la tercera semana de octubre. Y esto pasa por la renuncia de una unilateralidad que hace 48 horas era crucial para alcanzar un acuerdo. El propio ministro de Cultura, Miquel Iceta, rompió el lunes la consigna gubernamental del silencio para pronunciar la palabra prohibida: «La amnistía significa volver a empezar. No tiene sentido volver a empezar para repetir, haciendo lo mismo». El Gobierno mostró malestar con Iceta y admitió que «a Iceta se le permiten cosas que a otros no se les permiten». Un verso suelto que carece de la visibilidad y la autorización gubernamental reservada a «los cuatro ministros políticos»: María Jesús Montero, Félix Bolaños. Pilar Alegría e Isabel Rodríguez.
Pero también es el ministro que anticipó que habría indultos antes de que se concedieran, y cuya voz de autoridad para los temas catalanes le confiere el estatus de conocedor de la negociación, aunque «en ocasiones meta la pata». En esta ocasión, Iceta se saltó el argumentario gubernamental de no mentar la amnistía, pero respetó al pie de la letra el estado de la negociación. El lunes, PSOE y Sumar seguían confiando en que Junts asumiera algún coste a cambio de recibir la amnistía. Pero 72 horas después, el escenario ha cambiado. El Gobierno cede (más), Junts no se mueve y «el acuerdo está más cerca».
ERC manifiesta «sorpresa» por el avance
El «avance» ha sido acogido con «sorpresa» a la par que satisfacción desde ERC, donde dudaban sobre la marcha atrás del Gobierno en este punto. Un movimiento para suprimir el que hasta la fecha constituía el principal escollo de la negociación que, según los republicanos, permite «abrir definitivamente la puerta abierta a la amnistia», ya sin más condiciones añadidas que la redacción misma del texto. Sin embargo, la sorpresa y la satisfacción tienen tintes de escepticismo. ERC duda de que el Gobierno pueda llegar hasta el final de la negociación y no dé marcha atrás en la recta final ante las exigencias de sus rivales de Junts: «A ver si cumple…»
Desde el Ejecutivo, algunos ministros de gran solvencia ponen el acento en la redacción del texto de la futura ley orgánica porque «la amnistía, como todo en derecho, es interpretable» y su encaje en el Constitución, «también». Para eso está, sostienen, el trabajo previo jurídico que se está haciendo para estudiar las posibles vulneraciones que una posible amnistía pudiera tener en el derecho a la igualdad de todos los españoles. «El presidente ha dejado claro que esto va para adelante y no hay mucho más que decir», sostienen miembros destacados del Consejo de Ministros.