Vox aprueba a Pepa Millán como sustituta de Iván Espinosa : «Va a ser una digna sucesora»
La apuesta personal de Santiago Abascal para rejuvenecer el partido brilla en el debate sobre las lenguas cooficiales
La sombra de Iván Espinosa de los Monteros era alargada, pero el desempeño de Pepa Millán en su primera semana como portavoz parlamentaria ha sorprendido gratamente. Tanto dentro como fuera de Vox. La joven diputada por Madrid brilló en el debate sobre la reforma del Reglamento para el uso de lenguas cooficiales. Primero, liderando a su grupo en la espantada del hemiciclo, que justificó por cuanto no iban a asistir a una «exaltación de la división», y al día siguiente tuvo una alocución especialmente celebrada por los suyos en la que ridiculizó a un diputado de Sumar que se quejaba de no haber podido hablar el aragonés en el Congreso. «¿De que represión es la que habla? Luego si quiere le damos un abrazo», le espetó ante el aplauso de su bancada.
La apuesta por esta abogada se entendía -en cierto modo, así era- como una decisión forzada con la que se pretendía reforzar la presencia femenina en el Congreso de los Diputados, que era una deuda histórica de la formación desde la salida de Macarena Olona, en un intento de borrar el estigma del machismo que acompaña a la derecha dura. Exclusivamente. Pero nada más lejos de la realidad. Se trata de una «apuesta personal» de Santiago Abascal, que ya se rodeó de ella durante la campaña electoral. El dirigente vasco veía en ella mucho potencial a raíz de sus intervenciones en el Senado, donde entró en sustitución de Coco Robatto.
Ahora el consejero áulico del dirigente de Vox, Kiko Méndez Monasterio, se ha encargado de rodearla de gente joven y brillante que procede de la Fundación Disenso, el think tank del partido. Desde su equipo apuntan a que está demostrando «muchas ganas» y que «ha empezado muy fuerte», algo que no les sorprende porque el suyo es una mezcla de «trabajo y talento»: «No es algo espontáneo, ella dedica mucho a tiempo a prepararse las intervenciones, revisar papeles, escribir, volver a escribir…». La intención de quienes la rodean es «sacar lo mejor de Pepa y hacer de ella una digna sucesora de Iván». La ven preparada para ello.
Fuentes parlamentarias afirman que «Iván fue un grandísimo portavoz que no será fácil de olvidar», pero «Pepa nos va a dar muy buenas lecciones desde la tribuna».
Tándem con Figaredo
Para su más que probable labor de oposición en esta legislatura, Pepa Millán estará flanqueada por José María Figaredo, portavoz adjunto, que también estuvo en la mente de la cúpula nacional para sustituir a Iván Espinosa. Internamente todo son parabienes para este joven abogado, del que se destaca su oratoria y, sobre todo, su ética de trabajo. A él también le toco intervenir en el debate sobre las lenguas cooficiales -regionales, en la jerga de Vox-, denunciando que «la premura que están tomando para tramitar esta ley no la adoptaron para tramitar la ley de la ELA». «Hacen una muy buena dupla», resaltan con las fuentes antes citadas.
A esta joven dupla se encomiendan ahora Abascal y los suyos para hacer olvidar a quien fuera uno de sus cabezas visibles, y apuesta segura para cualquier debate parlamentario y/o televisivo. Una baja sensible que abrió una de las mayores crisis que ha vivido el partido, aunque ya se encuentra más o menos contenida, gracias a la «responsabilidad» y «sensatez» que el exportavoz, dicen sus antiguos compañeros, ha exhibido tras su salida, en contraste con Olona.
Rejuvenecer Vox
Detrás de la colocación de Pepa Millán como portavoz parlamentaria también subyace la vocación de los prebostes de la madrileña calle de Bambú de rejuvenecer Vox. Una apuesta decidida desde principios de 2022, cuando el partido optó por Juan García-Gallardo (Burgos, 1991), un joven y desconocido abogado sin experiencia política, como candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León.
El resultado fue exitoso. Gallardo se convirtió en el primer vicepresidente regional de la formación de Abascal, que desde entonces ha otorgado un mayor protagonismo a segundas espadas como José María Figaredo, Rocío de Meer, Alejandro Nolasco o José Ángel Antelo, entre otros. Todos ellos son millenials.
Un asesor explica a este medio que «hay mucha gente que está en Vox y que no viene del PP, sino que viene de la abstención o de la izquierda», y que por eso los dirigentes han caído en la cuenta de que «no se puede hacer un partido nuevo con personas de un partido viejo». «No podemos estar siempre pescando por ahí, sino que necesitamos nuevos cuadros, nuevos líderes, apostar por gente joven», zanja.