Sánchez propone una conferencia de paz en seis meses e insiste en reconocer a Palestina
Los socios europeos tienen dudas sobre una iniciativa de este tipo en un momento de máxima tensión en Oriente Próximo
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha propuesto celebrar una conferencia de paz para Oriente Próximo «en seis meses». Además, ha insistido en la solución de dos Estados, aunque ha precisado que el único que falta por reconocer es el pueblo palestino.
Sánchez considera que esa conferencia de paz servirá para que toda la comunidad internacional se sienta implicada y puedan encontrar «definitivamente» una solución de dos Estados para Israel y Palestina. En este punto ha precisado que Israel ya tiene el aval de la mayoría de países y por tanto «quien tiene que ser reconocido es el pueblo palestino».
En declaraciones a los medios a la entrada de la cumbre de líderes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas este jueves y viernes, ha señalado que este es uno de los principales temas que tratarán los 27 socios. Sánchez sólo ha respondido preguntas en inglés de medios internacionales y ha evitado contestar a las cuestiones de la prensa española.
Recogido en el pacto con Sumar
Por el momento la idea de una conferencia internacional de paz no ha generado entusiasmo entre los socios europeos que tienen dudas sobre el propósito de este tipo de foros en un momento de máxima tensión en Oriente Próximo. De hecho la cuestión de una conferencia de paz se ha caído de la última versión de las conclusiones de la cumbre después de que en los primeros borradores se acogieran iniciativas diplomáticas como la cumbre organizada por Egipto.
Sánchez, que también es secretario general del PSOE, acaba de firmar un acuerdo de Gobierno de coalición con Sumar, que incluye que ambos partidos «apostarán» por reconocer el Estado palestino, «conforme a la resolución del Congreso de los Diputados del 18 de noviembre de 2014», según recoge el texto.
Antes de firmar el acuerdo, el partido de Yolanda Díaz pedía el reconocimiento incondicional, unilateral y sin esperar al consenso previo en el seno de la Unión Europea.