Puigdemont pidió al PSOE en su cita de Suiza el traspaso de las competencias de inmigración
Junts celebrará una convención interna para fijar posición sobre la inmigración ante el auge de Aliança Catalana
Junts per Catalunya quiere aprovechar su papel determinante en la actual legislatura para forzar a Pedro Sánchez a más cesiones, además de las cuestiones troncales sobre la independencia. Carles Puigdemont quiere avanzar en su plan separatista, pero también sabe hacer de la necesidad virtud. Durante la reunión que se celebró el pasado sábado en Suiza con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, la delegación de Junts capitaneada por el expresident ha puesto sobre la mesa una nueva exigencia: obtener la transferencia de las competencias en inmigración para Cataluña. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, en una reunión con dirigentes de Junts, la diputada Pilar Calvo informó a su partido de esta reclamación formalizada por el exmandatario catalán.
Junts sabe que el debate sobre la amnistía durará meses. Su objetivo principal es alcanzar la amnistía con todas las garantías posibles para la vuelta del expresident a Barcelona (un punto todavía muy delicado), y avanzar también en otras cesiones que podrían resultar útiles de cara al debate que se celebrará el próximo año en coincidencia con las elecciones autonómicas.
Junts tiene un problema. Se trata de la nueva derecha independentista, Aliança Catalana, que en municipios como Ripoll ya ha logrado superarles en las urnas. Es por eso por lo que, más allá de la amnistía y el referéndum (o consulta), los de Puigdemont necesitan recuperar un programa ideológico de derechas después de que en los años del procés intentaran competir con ERC y la CUP con políticas sociales alejadas de los postulados de la extinta Convergència.
Se trata de la vuelta al gen convergente, que recoge también la prensa catalana, en la que también ha aparecido (véase el diario La Vanguardia) en estos días el interés de los de Junts por las políticas migratorias. Es decir, una recuperación de postulados políticos más tradicionales para un partido político que hace unos años conciliaba un control hegemónico de las instituciones catalanas con una presencia activa en los círculos del poder de Madrid. Puigdemont y el procés alejaron a los neoconvergentes de la capital, y ahora el llamado «sector pragmático» de Junts busca recuperar esa función, sin por ello perder el motor independentista.
Convención interna sobre inmigración
El municipio catalán de Ripoll, con sus más de 10.000 habitantes, se ha convertido en el emblema de la pérdida de poder de Junts. En las últimas elecciones municipales, el partido de Puigdemont pasó de ocho a tres concejales en esa localidad de la comarca de Gerona, mientras que Aliança Catalana, con un discurso muy duro sobre la inmigración, pasó de uno a seis representantes. Junts perdió la alcaldía que ostentaba en la ciudad cuna del catalanismo, mientras que ERC y la CUP no vieron su representación perjudicada por el partido de Sílvia Orriols. Esta condición de «vasos comunicantes» entre Junts y Aliança Catalana ha obligado a Junts a redefinir su estrategia y, asimismo, a aprovechar ahora la debilidad de Sánchez para ampliar los márgenes de gobierno de la región.
El tema migratorio se ha convertido en algo muy relevante para Junts. Prueba de ello es que, según ha podido saber este diario, el partido de Puigdemont celebrará en breve una convención interna para fijar posición sobre la inmigración. Cataluña es una de la regiones con mayor presión migratoria y un sector de Junts cree que su partido no puede seguir con el mismo discurso que ERC y la CUP en la materia. En especial, desde que partidos como Vox o la alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, están llevando a cabo una agresiva campaña en las zonas rurales de Cataluña contra la inmigración ilegal.
Calvo informó internamente sobre la petición transmitida por Puigdemont al emisario de Sánchez, aunque queda por ver el efecto de la misma. Según sostienen fuentes de la formación, la misma Calvo avisó de que será difícil que el presidente del Gobierno ceda a una comunidad autónoma una competencia central, que controla el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, de la ministra Elma Saiz Delgado.
Desconexión gubernamental
En el partido de Puigdemont las fuentes consultadas no esconden así su «escepticismo» porque la petición de Junts tenga el visto bueno del Gobierno. Pero insisten en que la formación de derecha nacionalista no se olvide del nicho dejado atrás con el procés, con la incorporación de perfiles en el partido que priorizaban la independencia por delante de la gestión. La convención que el partido está preparando, y que adelanta este martes THE OBJECTIVE, tendrá precisamente el objetivo de afinar la estrategia de la formación de cara a las próximas elecciones para intentar obtener votos más allá del independentismo tradicional.
Como informó este medio, una de las primeras en pedir que se se recuperará el «ADN» de derechas fue la exalcaldesa de Gerona Marta Madrenas. Asimismo, el nuevo acercamiento de Junts a Israel y su amago de unirse a una eventual moción de censura con el PP contra Pedro Sánchez van en esta dirección (así como el acercamiento al PNV que ya se comenta en el partido). Para ello, es fundamental que los perfiles más radicales, como el que representa Laura Borràs, Aurora Madaula o Francesc de Dalmases vayan quedado arrinconados dentro del partido.
Según apuntan algunos en el partido, Puigdemont ya estaría amagando con esa operación. ¿Significa que Puigdemont y Junts per Catalunya están girando desde el eje independentista hacia otro más pragmático y atento a los postulados de la nueva derecha? Es pronto para saberlo, pero la petición de Junts a Sánchez revela que los posconvergentes no concentrarán sus peticiones para mantener a Sánchez en la Moncloa a cuestiones vinculadas con el procés, sino que buscarán todos los márgenes posibles para aumentar el autogobierno de la Generalitat y avanzar así hacia la desconexión desde todos los ángulos.