El perito que ha salvado a Podemos del 'caso Neurona' es en realidad asesor de Sánchez
El juez, que buscaba a un experto independiente, eligió a un asesor de Sánchez, quien necesita a Podemos para gobernar
Irene Montero, Ione Belarra y Rafa Mayoral
El autor del informe definitivo que ha permitido exculpar a Podemos del conocido como caso Neurona ha ejercido a lo largo de este año como principal asesor de campaña de Pedro Sánchez. El magistrado Juan José Escalonilla derivó toda la investigación sobre los 363.000 euros pagados por Podemos a la consultora vinculada a Juan Carlos Monedero, y que había trabajado para gobiernos de México y Venezuela, a un análisis pericial sobre el contrato de Podemos y los servicios prestados por la consultora. Eligió a Aleix Sanmartín como experto teóricamente independiente. De su informe dependía que siguiera la investigación por caso de corrupción. Sanmartín sostuvo que los servicios prestados correspondían al precio del mercado y el juez archivó la causa. Ahora, sin embargo, se sabe que Sanmartín ha trabajado como asesor de cabecera de Sánchez para el 23-J. El socialista depende de los votos de los cinco diputados de Podemos para permanecer en la Moncloa.
En su documento pericial, Sanmartín concluyó que «los servicios analizados cumplen con los cánones y estándares profesionales». «Mas allá de los gustos personales o la opinión de cada particular en relación a los trabajos analizados en la presente prueba pericial, tenemos que concluir que los trabajos y servicios analizados cumplen con los cánones y estándares profesionales en el ámbito de la comunicación política internacional y el diseño de campañas», recogió el informe sobre el pago de Podemos a Neurona. Y añadió: «En relación al precio de los productos y servicios analizados debemos concluir que se encuentran dentro del rango medio, e incluso levemente por debajo, de lo establecido por los precios del mercado del sector».
Con ese documento, el juez ha decidido dar carpetazo a una investigación judicial que hasta ahora ha mantenido en vilo al partido morado. A lo largo de estos días, Podemos achacó a una campaña de lawfare, es decir, de persecución judicial contra ellos, la investigación sobre el pago de 363.000 euros a Neurona en las elecciones de 2019. El caso explotó cuando dos abogados del partido morado, ambos encargados de vigilar sobre el cumplimiento de las normativas, levantaron la voz de alarma. Avisaron de que se habían producido presuntas irregularidades en las contrataciones de campaña electoral, y acabaron purgados de la formación.
Zapatero y Obrador
A lo largo de los últimos meses, y ante la dificultad de rastrear el recorrido del dinero que desde Podemos acabó en las cajas de una filial de Neurona creada en España ad hoc para los comicios de 2019, y después hasta México, Escalonilla decidió centrar el tiro en el contrato firmado por Podemos. El magistrado quería aclarar si el dinero desembolsado por los vídeos de campaña y otro material de propaganda, que varias fuentes internas de Podemos apuntaban que habían sido realizados por trabajadores del partido y por colaboradores de Neurona que llegaron a España con una documentación laboral dudosa, correspondía a los estándares de mercado. Y delegó a un perito aclarar el asunto.
Escalonilla tuvo cierta dificultad a la hora de encontrar a un experto. En febrero, Sanmartín aceptó el encargo. Por aquel entonces no estaba del todo clara la relación entre el consultor y el equipo de Sánchez. Después del alejamiento de Iván Redondo de la sala de máquinas de la Moncloa, Sánchez entregó a Sanmartín la definición de algunos ejes de su estrategia electoral. Ya en marzo, como adelantó este diario, Podemos empezó a ejercer presión sobre Sanmartín. La defensa de Podemos sabía que dicho informe iba a ser definitivo a la hora de bloquear la investigación.
El partido morado intentó aclarar el perfil de dicho consultor. Sabía que Sanmartín estaba vinculado al PSOE, pero estaba preocupado porque el consultor también había trabajado con el PP. Sanmartín empezó sus trabajos de consultor con el partido socialista de Andalucía, pero después se encargó de diseñar la campaña del actual presidente Juanma Moreno, del Partido Popular. No obstante, Sanmartín también había trabajado para el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ahora muy cercano a Podemos y uno de los principales aliados de Sánchez en el PSOE. Y para el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, a quien también asesoró Neurona. La matriz de Neurona se creó, de hecho, en México y asesoró a Morena, el partido de López Obrador, tal y como se desprende de la documentación interna de la consultora.
Esta relación directa entre el asesor clave en el juicio sobre Neurona y algunos políticos y gobiernos de América Latina vinculados a la misma consultora, así como su papel en el equipo de campaña de Pedro Sánchez, debería haber puesto en alerta a las otras partes involucradas en el juicio, que, sin embargo, avalaron el encargo de Escalonilla. Cuando Sanmartín aceptó la petición del juez, ya estaba colaborando con la Moncloa, aunque su papel no se conocía del todo. Ahora se sabe que Sanmartín lleva ejerciendo desde hace meses el papel de nuevo gurú estratégico de campaña de Sánchez.
Nuevo gurú estratégico
Es el mismo Sanmartín quien desveló esa colaboración en una reciente publicación (25 de octubre) firmada por él en Campaigns and Elections México, y recogida por El Confidencial. En este artículo, Sanmartín sostiene haber definido algunos ejes de la campaña electoral de Sánchez, que le permitió reducir su desventaja del Partido Popular y lograr finalmente los números necesarios para su reelección a la presidencia.
Entre ellos, aprovechar los memes de perrosanxe en favor del presidente; ofrecer entrevistas a medios y programas alternativos (como los podcast de público jóven); difundir los gustos musicales de Sánchez y buscar apoyos de movimientos y colectivos (sobre todo feministas) preocupados por una posible entente entre PP y Vox. Otros puntos clave de la campaña fue el apoyo explícito de Yolanda Díaz y Zapatero a Sánchez, así como la definición de un nuevo «marco» para la imagen pública de Sánchez. El adelanto electoral sirvió para el cambio de la agenda. Sanmartín ayudó a Sánchez en el submundo de las redes sociales, donde su consultora presume tener una herramienta para la segmentación de los mensajes y la construcción de microcampañas específicas, según el modelo 2.0 que inauguró Barak Obama en Estados Unidos.
La vinculación de Sanmartín al equipo de Sánchez servía de argumento ya en el pasado mes de marzo a fuentes del PSOE consultadas por este diario para vaticinar que lo más probable era que el informe definitivo del caso Neurona descartaría posibles ilícitos. Estas fuentes se esperaban, de hecho, un informe muy medido por parte del consultor, puesto que el interés político de Sánchez no coincidía con hundir a Podemos. Y menos ahora que el líder socialista necesita a los cinco diputados de Podemos en el Congreso para su permanencia en la Moncloa.
Podemos, en definitiva, celebra el archivo del caso Neurona y habla de lawfare para desacreditar una investigación judicial que ha tenido el partido en vilo durante los últimos tres años. Lo que los morados evitan recordar es que Escalonilla decidió cerrar todas las pistas paralelas del caso, y que la Fiscalía se mostró más proclive a reducir el impacto de la misma que a ahondar en ella. La propia Fiscalía pidió centrar todo el tiro en el informe pericial final, que ahora se sabe ha redactado el consultor que ha diseñado la campaña electoral de Sánchez para el 23-J. Un posible conflicto de interés que difícilmente encaja con la denuncia de persecución judicial que los morados defienden para desacreditar cualquier tipo de juicio sobre sus gastos de campaña en 2019.
