Vox se atraganta con las elecciones gallegas: último en las encuestas y aún sin candidato
Fuentes del partido se muestran desesperadas ante el 18-F: «Ni aunque presentáramos a Abascal sacaríamos escaño»
Las expectativas de Vox de cara a las elecciones gallegas, que se celebran el próximo 18 de febrero, son poco halagüeñas. La formación que preside Santiago Abascal es última en todas las encuestas que se vienen publicando en las últimas semanas y en Bambú 12 no encuentran un candidato con el cual revertir la inercia. El objetivo es entrar por primera vez en el Parlamento autonómico, y tratar así de condicionar las políticas del Partido Popular, pero este parece a un mundo de distancia a un mes de que comience la campaña.
El próximo 15 de enero es la fecha límite que tienen los de Abascal para presentar a su candidato, aunque fuentes de la formación aseguran a THE OBJECTIVE que lo nombrarán la próxima semana, previa deliberación del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). La convocatoria anticipada de Alfonso Rueda, cinco meses antes de la fecha prevista, pilló a contrapié a Vox, Sumar y Unidas Podemos. Sin embargo, estas dos últimas formaciones ya han encontrado cabeza de lista conjunta: Marta Lois.
Los verdes no tienen ni siquiera nombres en las quinielas. «Si llevas cuatro años sin estudiar, lo normal es que el día del examen te lleves un castañazo», explican de una manera muy ilustrativa fuentes conocedoras de la situación en la región, que apuntan a una «debacle» el 18-F: «Ni aunque presentáramos a Santiago Abascal sacaríamos un diputado» en el Parlamento gallego.
Sin rostros conocidos
Detrás de esta «debacle» anunciada subyacen varios motivos. El primero, explican fuentes cercanas a Vox en Galicia, es que «hace falta un equipo con caras visibles que sean identificables con el proyecto». Esto no existe, y es que el partido lleva sin líder en la región desde 2021, cuando dimitió Ricardo Morado. Tampoco han proyectado a ningún miembro de los comités provinciales.
«En Galicia no se conoce a nadie de Vox, y un gallego, que es bastante desconfiado por naturaleza no va a votar a nadie que no conozca», abundan estas mismas fuentes, que critican que en las próximas semanas «vendrán dos o tres días Javier Ortega Smith, Juan García-Gallardo, Jorge Buxadé y Santiago Abascal, pero luego se irán y no volverán hasta dentro de cuatro años, si siguen ahí».
Campaña nacional
El segundo motivo, explican estas mismas fuentes, es que «la estrategia no puede ser la misma en Galicia que en otras regiones», y esto choca con la centralización de las campañas en Bambú 12, donde se busca apostar por la marca y no por los candidatos. Esto funcionó en algunas regiones, como Castilla y León, pero impide explotar particularidades propias de la tierra gallega.
Esta tesis ha sido compartida también en redes sociales por Ricardo Morado, el que fuera candidato a la Presidencia de Galicia por Vox en 2020, que vaticina una «masacre» para el partido porque no tiene «proyecto», «candidato» ni «tiempo para pestañear». Morado, que ahora preside la Asociación Democrática Ciudadana (ADC), fue el último rostro visible del partido en la región.
Según fuentes del partido, Morado fue muy crítico con la dirección nacional precisamente por haber descuidado la región, motivo por el que fue «dejado a un lado» hasta que renunció con una carta en 2021 en la que denunciaba cómo «durante este tiempo he contemplado cómo el proyecto avanza de manera muy desigual dependiendo de la provincia de la que estemos hablando».
Lucha con el PP
El Partido Popular, que lucha por revalidar la Presidencia, ha pedido a Vox que no se presente a las elecciones autonómicas remitiéndose a los resultados del pasado 23-J, cuando el partido de Abascal obtuvo el 4,96% de los votos y ningún escaño al Congreso, pero sí perjudicó al PP, que asegura que si esos votos hubieran ido a parar a Alberto Núñez Feijóo, le habrían quitado un escaño al PSOE en Pontevedra y habrían estado más cerca de obtener el único que obtuvo el BNG en La Coruña.
Para más inri, en las autonómicas hace falta el 5% de los votos para poder aspirar a un escaño y Vox se habría quedado sin él. Es lo que ocurrió en 2020: el partido de Santiago Abascal obtuvo 26.797 votos y no sirvieron para nada. Ahora, según el PP, podría poner en peligro la mayoría absoluta de Alfonso Rueda.
La campaña de Vox, por lo pronto, consiste en asegurar que el PP gallego hace «políticas de izquierdas» y que ellos son la única garantía para que eso deje de suceder. En este sentido, se han comprometido, pero no por voz de su candidato, a acabar con «las políticas feministas estériles, el creciente adoctrinamiento en las aulas o la imposición lingüística del gallego en determinados ámbitos».
Expectativas electorales
El promedio de todas las encuestas publicadas durante esta legislatura otorgan una cómoda victoria al PP de Alfonso Rueda, que podría rozar el 46% de los votos (dos puntos menos que en 2020) y sacarle al BNG una ventaja de unos 20 puntos. Los nacionalistas gallegos, con el 25% de los sufragios (dos puntos más), conservarían sin ningún problema la segunda posición y verían ampliada a ocho puntos su distancia respecto al PSOE, que retrocedería hasta el 17% (dos puntos menos). Vox no obtendría representación, y la gobernabilidad estaría en tres escenarios: gobierno del PP con mayoría absoluta, gobierno del PP con apoyo de 1-2 escaños de Democracia Ourensana o un gobierno de coalición entre BNG y PSdeG.
Con tan poca antelación, y ante estas paupérrimas expectativas electorales, fuentes del partido en Galicia confiesan que «no hay ningún perfil normal que se atreva a dar el paso para ser humillado». Pero también recuerdan que en Navarra se dio una tesitura muy parecida y terminaron logrando dos parlamentarios el pasado 28M.