La cúpula de Podemos se harta de las críticas de Monedero y apunta a una sanción

Ni una, ni dos, ni tres. A lo largo de los últimos meses, el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha expuesto públicamente una serie de críticas públicas que han irritado a la dirección morada. Monedero ha sido a lo largo de estos últimos años uno de los más fieles aliados de Pablo Iglesias. Fue el primero en avisarle del doble juego de Íñigo Errejón, de Manuela Carmena y de Yolanda Díaz. Pero tras el nacimiento de Sumar, ha mantenido tesis y posiciones críticas con la dirección nacional y con dirigentes destacados del partido. Sin ir más lejos, con Irene Montero, recién nombrada secretaria Política de la formación y candidata in pectore a las próximas elecciones europeas. Algunas fuentes hablan de la apertura de un proceso sancionador, que puede desembocar en un «expediente». Nadie niega el «alejamiento» del fundador de la formación de la cúpula.

Todo, o casi todo, empezó con un artículo de opinión publicado en el diario El País antes de los comicios generales de julio. En esa tribuna, del pasado 1 de junio, Monedero apuntaba a la necesidad de que Díaz, que se estaba nutriendo ya de muchos cuadros errejonistas, e Iglesias llegaran a un armisticio para una confluencia parecida a la del Frente Amplio chileno. «Ya no es tiempo de ocurrencias y tampoco de ‘alertas antifascistas’. Yolanda Díaz y Podemos deben recuperar el tiempo perdido, demostrando que la unidad no es circunstancial», defendió. Monedero insistió en esta vía cuando, en realidad, los puentes ya habían saltado por los aires. Y en un contexto de choque que pronto derivó en el diktat de Díaz para la exclusión de Montero de las listas electorales: una humillación para la exministra y todo su entorno.

Ese artículo removió ya muchas aguas en la formación (se destacó en la portada de la versión digital del rotativo más influyente de la izquierda española, hasta desaparecer de golpe). El malestar interno, sin embargo, se quedó. Ya en septiembre, Monedero sería alejado de la fundación del partido, un extremo que según algunas fuentes de la formación molestó al dirigente, puesto que ese cargo le permitía presentarse en círculos influyentes de América Latina como un referente directo del partido morado. Sea como fuere, las críticas de Monedero fueron a más.

Sanción o «expediente»

Dos meses después, y ya con la guerra entre Podemos y Sumar al rojo vivo, el fundador del partido morado llegó a escribir otra tribuna, este vez en el diario Público, donde señalaba directamente a Irene Montero como uno de los problemas de la formación. «Podemos va dando trompicones y acumulando errores», afirmó, para en seguida mencionar al papel de Montero: «Insistir machaconamente en el nombre de Irene Montero como si no hubiera más cargos con capacidad en Podemos», escribió el profesor universitario.

Esta frase no pasó desapercibida en el partido. Internamente se sigue hablando de un intento de Monedero de «jubilar a Montero». Algo inaudito si se piensa que, de allí a unos pocos días, ya en diciembre, Podemos rompería formalmente cualquier tipo de relación con los de Sumar, saldría del grupo parlamentario y anunciaría que su candidata para las europeas sería la misma Montero.

Monedero intervino en otro momento muy delicado de la historia más reciente del partido morado. Fue a raíz de la fuga en masa de los principales dirigentes y referentes del partido en Madrid. Roberto Sotomayor, Carolina Alonso, Jesús Santos y antes Alejandra Jacinto decidieron abandonar en bloque la formación morada. Y lo hicieron denunciando en las redes sociales la falta de pluralismo del partido y en ubicar a la televisión de Iglesias, el Canal Red, como el centro de mando encubierto de la formación.

«Jubilar a Irene Montero»

Lo hicieron a raíz de la salida de Podemos del grupo parlamentario de Sumar. Sotomayor así afirmó: «Es incomprensible que los miembros de un órgano de dirección se enteren antes por Canal Red de esta noticia y que no hayan sido consultados los inscritos previamente con una pregunta clara. Y es precisamente aquí donde mantengo la diferencia política más importante: la renuncia al Frente Amplio y la doble militancia». Monedero, además de agradecerle su esfuerzo por el partido, avisó del peligro de que la formación morada se convirtiera en una «secta». La última polémica: el consejo de no romper con Sumar en Galicia, en contra de la opinión de la dirección nacional e Iglesias.

Ya en aquel momento, tal y como desveló este diario, la sensación compartida en el partido era que algo se había roto entre el entorno de Iglesias y el inspirador de ese proyecto que nació en 2014 y estuvo a punto de dar el sorpasso al PSOE hasta llegar a cogobernar con él. A tal punto que ahora algunas fuentes hablan de una sanción que le afectará personalmente. Circulan diferentes tesis al respecto, algunas de cierta gravedad, que apuntan a la apertura de un «expediente». E incluso aquellos que niegan esa posibilidad, admiten que el cofundador camina sobre una cuerda floja, y que si todavía tiene un espacio en el Canal Red, es porque «Iglesias no lo controla aún todo».

Pero el «alejamiento» entre Monedero y la cúpula de Podemos es un hecho hoy en día incuestionable. La obsesión que Monedero dijo que su formación tenía con Irene Montero fue un punto de inflexión. Máxime porque el partido vivirá en los próximos meses su verdadera encrucijada. Quedará por ver si este alejamiento de la cúpula también afecta a Iglesias, según aseguran algunas fuentes, por la implicación de Irene Montero. Los dos siempre han mantenido una relación profesional y personal muy estrecha. Pero Podemos es también la historia de rupturas personales, por lo que no se puede descartar que en el último capítulo de esta crónica, ya en el décimo aniversario del partido, el afectado sea una de sus últimas figuras más relevante y conocida.