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Sánchez quiere hacer comisaria a Ribera pero aún «no ha decidido» si liderará la lista europea 

La vicepresidenta sustituiría al actual representante español en la Comisión Europea, Josep Borrell

Sánchez quiere hacer comisaria a Ribera pero aún «no ha decidido» si liderará la lista europea 

Pedro Sánchez saluda a Teresa Ribera en el Congreso. | Alejandro Martínez Vélez (EP)

Es la gran pregunta que ahora recorre el partido socialista: quién encabezará la lista del PSOE a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. El nombre que lidera todas las quinielas es el de la vicepresidenta tercera y ministra para Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, la miembro del Gobierno que más crédito suscita en las instancias comunitarias. Pero, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ni la conversación entre Pedro Sánchez y Teresa Ribera se ha producido ni el presidente ha tomado aún esa decisión. Según fuentes de Moncloa, lo que sí tiene decidido el presidente Sánchez es que Ribera sea su candidata a ocupar un puesto en el Ejecutivo comunitario que salga de las urnas europeas, pero eso «no tiene por qué ir ligado a encabezar la lista europea». 

Desde el Ejecutivo explican que desde hace unos años se ha ponderado que ir en las listas «es un elemento importante» en el proceso de evaluación de los candidatos a comisarios, aunque no determinante. Pero la negociación entre los países miembros y familias políticas para el reparto de las cuotas «pesa más» que haber concurrido en las listas europeas. Una afirmación con la que fuentes gubernamentales parecen alejar la candidatura de Teresa Ribera como cabeza de lista para los comicios europeos, pese a que el PSOE descuenta que así será porque se trata de «la mejor candidata». 

El riesgo de «descapitalización»

Se espera que la incógnita se resuelva a finales de abril, cuando comenzará la precampaña para las elecciones europeas, pero el presidente del Gobierno aún no ha movido ficha. Las fuentes socialistas y gubernamentales consultadas por este diario aseguran que Sánchez y Ribera no han tenido aún la conversación definitiva, si es que esa conversación llega a producirse. Porque los afines a la vicepresidenta tercera son reacios a su incorporación en las listas. La principal razón es que tras la salida de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones (BEI), se pueda producir una «descapitalización» en el Ejecutivo en muy poco tiempo. «No tiene sentido quemar a una vicepresidenta muy potente para unas europeas», explican.

Y más cuando se trata de una convocatoria que, en principio, no pinta bien para el PSOE. Fuentes socialistas vaticinan que «el resultado no será bueno», que el PP puede rentabilizar su ofensiva contra la amnistía, cuya proposición de Ley verá la luz justo cuando se formalicen las candidaturas en el mes de abril, y que ello puede motivar los cambios en el partido y en el Gobierno, con el adelanto del Congreso federal a octubre del 2024 y, «si vienen muy mal dadas, se hace una crisis de Gobierno». «¿Qué sentido tiene que Ribera asume el desgaste de un mal resultado colocándola en las listas si puede ser comisaria sin ir en ellas?». 

Comisarías de Energía o Clima

De hecho, ésa es la segunda derivada. El Gobierno descuenta la victoria del PP europeo en las elecciones de junio. Será la familia del PPE la que opte a los mejores puestos del ejecutivo comunitario y «está por ver si el Gobierno español se hace con un comisario de primera o de segunda» tras haber logrado la presidencia del BEI para Nadia Calviño. España perderá uno de los puestos más codiciados, el de Jefe de la Diplomacia Europea, tras la marcha de Josep Borrell, que no volverá a ir en las listas. Las dos comisarías en las que podrían encajar a Ribera sería la comisaría de Energía, que actualmente ostenta la estonia Kadri Simson; o del Clima, que ocupaba hasta agosto el holandés Frans Timmermans, antes de renunciar al cargo para concurrir a las elecciones en Holanda. 

La cartera del Clima, que ostenta Wopke Hoekstra desde entonces, es la que más encajaría en el perfil de Ribera, cuyo entorno es consciente del creciente y gran protagonismo que ha logrado Ribera en Europa. Fuentes gubernamentales recuerdan las palabras que le dedicó el presidente en la campaña de las generales, en uno de los encuentros con ministros que mantuvo en Ferraz el jefe del Ejecutivo. «Cuando fui por primera vez a una COP (cumbre del clima) con Teresa Ribera me sucedió una cosa bien interesante y es que todo el mundo preguntada quien es ése el que acompaña a Teresa Ribera», sonrió, provocando las risas de sus colegas de gabinete. «Realmente Ribera es una eminencia, es una persona de referencia a nivel global en todo lo que representa la transición ecológica. El que sea vicepresidenta del Gobierno de España, el que sea una compañera del partido socialstia es un auténtico orgullo y un auténtico honor», proclamó el presidente en ese importante acto de campaña ante todos los miembros relevantes del Gobierno y el partido. 

La anécdota con Antonio Guterres

La bola de nieve se ha ido agrandando para la vicepresidenta tercera. Meses atrás la revista Politico situó a Ribera como la líder «visionaria en la política verde en Europa», y el próximo 24 de enero la fundación Feps (Foundation for European Progresive Studies) le concederá en Bruselas el premio de ‘Progresista del Año’. Según relatan fuentes del Ejecutivo a este diario, la anécdota que mejor pone de relieve el crédito de Ribera en el ámbito internacional tuvo lugar el pasado mes de diciembre en la celebración de la cumbre del clima, la COP 28 en Dubai, cuando el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se reunió con Teresa Ribera, en representación a la presidencia española de la UE, y el comisario europeo del ramo. Guterres sorprendió a los presentes dirigiéndose directamente a Ribera: «Teresa Ribera: la mujer que salvó la COP de Madrid y está a punto de salvar otra». El responsable de Naciones Unidas se refería a la «gesta» de hace unos años cuando España organizó la COP25 en apenas dos meses, por la renuncia de Chile a celebrarla tras las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera.

Pero esa notoriedad en el plano internacional es un arma de doble filo. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, el presidente es «perfectamente consciente» del riesgo que supone poner a Ribera en el escaparate de las listas europeo, cuando se trata de un perfil «técnico y solvente, no de un cariz político ni mitinero». Son «dos categorías distintas», dos planos que no necesariamente tienen por qué ser compatibles. A sumar, el factor temporal. «Para ser cabeza de lista a las europeas, Ribera tendría que abandonar el Consejo de Ministros en el momento en que concurra en las listas, si bien para ser comisaria podría permanecer un año más», hasta que se conforme el ejecutivo comunitario, en torno a octubre del 2024. 

El entorno de Ribera insiste en que a la vicepresidenta no quiere irse a Europa porque tiene convicción de que «queda mucho por hacer» en España. Pero también es consciente de que no se puede rechazar una oferta del presidente del Gobierno y mucho menos, para ser comisaria europea. Todo dependerá del encaje de bolillos que haga el jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE, porque en el partido se ha instalado ya la convicción de que «Teresa es la elegida». Pero otras fuentes apuntan a otros perfiles de menor trayectoria como el de Hana Jalloul, persona de creciente peso en Ferraz, cercana a Pedro Sánchez, y, sobre todo, «la candidata de Zapatero» para encabezar la lista europea. Sin embargo, Jalloul estuvo entre las aspirantes a ministras y se desestimó en el ultimo minuto confirmándose una vez más como la «eterna aspirante». «Todo es posible», dicen en Ferraz. La palabra y la decisión la tendrá Pedro Sánchez y, de momento, ni ha hablado ni ha decidido. 

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