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Defensa detecta la presencia de chinches en el hospital Gómez Ulla de Madrid

El departamento de Margarita Robles desinfecta la séptima planta tras la aparición de este ácaro en una habitación

Defensa detecta la presencia de chinches en el hospital Gómez Ulla de Madrid

Margarita Robles junto al informe del hospital Gómez Ulla sobre los chinches. | Ilustración: Alejandra Svriz

El Ministerio de Defensa tiene un nuevo enemigo: el cimex lectularius, más conocido como el chinche y que el pasado 26 de diciembre fue detectado en la habitación 704 del hospital militar Gómez Ulla, ubicado en el madrileño barrio de Carabanchel. Un hecho que ha llevado a la desinfección de toda la séptima planta, según desvelan fuentes militares a THE OBJECTIVE. Además, este 6 de enero por la noche se produjo la rotura de una tubería de agua caliente en la planta 14 que provocó la inundación del piso y el cierre de cinco habitaciones en los pisos 13 y 12 durante varios días por culpa de las filtraciones.

El «avistamiento de chinches» en el Hospital Central de La Defensa Gómez Ulla es un hecho inédito, según las citadas fuentes, y se produce en un momento de fuerte presión asistencial en los centros sanitarios de la región por culpa de infecciones respiratorias. Este hospital atiende a militares, pero también a más de 120.000 madrileños del suroeste de la capital fruto de un acuerdo entre Defensa y la Comunidad de Madrid que data de 2007. Cuenta con más de 300 habitaciones repartidas en 22 plantas.

El descubrimiento de este insecto en un punto muy concreto del hospital provocó la inmediata activación de un protocolo de «control de plagas» por parte de la dirección del centro hospitalario. Este diario ha tenido acceso al informe que el Servicio de Veterinaria del mismo redactó el 2 de enero tras la «abundante presencia de formas adultas y ninfas» en un sofá de la habitación 704 y las sospechas de que se hubiera extendido a las 709 y 711.

El hospital clausuró la habitación infectada de chinches, así como dos salas contiguas. La empresa externalizada para el control de plagas -CLECE- procedió a aplicar un «insecticida de descarga total» en el lugar y se inspeccionó las habitaciones 709 y 711. «La inspección ha revelado la inexistencia de signo alguno de infestación. Sin embargo, sí se han encontrado signos patentes de infestación en la habitación 704, ya tratada», se subraya en el citado informe.

Inicio del informe del Gómez Ulla sobre la presencia de chinches en el hospital.

La dirección ordenó la desinfección de toda la planta séptima con tratamientos químicos – mediante insecticida «ambiental y perimetral»- y «calor húmedo» a 180 grados de temperatura con una vaporeta. En la 704 se decidió retirar y destruir todo el mobiliario de la habitación, desde el mencionado sofá a las sillas, el sillón, la mesilla de cama y la mesa supletoria que había allí. «Antes de extraer de la habitación dicho mobiliario, será envuelto en plástico para evitar la dispersión de los insectos», se subraya en el informe. Y aunque no lo menciona expresamente, las citadas fuentes señalan que se han cambiado varios colchones del hospital por este motivo.

La combinación de este tratamiento será repetido a los 15 días, concretamente a partir del 18 de enero, ya que la eclosión de huevos del cimex lectularius se suele producir a las dos semanas. En el informe se dan unas «pautas de vigilancia» al personal sanitario ante la posible aparición de picaduras en pacientes, «avistamiento de manchas de sangre» y nuevos chinches. Además, los doctores, enfermeros y celadores que trabajan en dicha planta podrán acudir al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del hospital.

Entre tanto, los pacientes en la séptima planta han sido reubicados en otras estancias del ‘Gómez Ulla’ y se ha ordenado que los nuevos ingresos pasen directamente a la octava planta. «Se evitará, de momento, el desplazamiento de los pacientes del módulo B de la planta 7 para reducir el riesgo de dispersión del insecto a otra planta», se hace hincapié al personal sanitario.

La dirección del hospital, dirigida por el general Francisco Javier Areta, da por controlada la aparición de este ácaro en el centro, inciden las fuentes militares, si bien en el informe se ordena hacer un «seguimiento» de los últimos pacientes que pasaron por la habitación 704 que quedó infectada.

Este suceso precedió a otro que sucedió en la noche del 6 al 7 de enero: la rotura de una tubería de agua caliente en la planta 14, que obligó a cerrar cuatro habitaciones en la 13 y una en la 12 por culpa de las filtraciones. THE OBJECTIVE ha tenido acceso a varios videos en los que se puede ver cómo quedó encharcado el piso de la principal planta afectada y por dónde caía en una de ellas.

El hospital estaba haciendo una prueba de choque térmico en las instalaciones cuando una tubería de agua caliente reventó, lo que obligó a la intervención de los bomberos y a unas obras de reparación en la zona afectada. El desborde del agua afectó a tres de los ocho ascensores que el Gómez Ulla tiene en dos zonas del hospital, aunque este martes ya se había arreglado la avería.

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