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Política

Desconcierto en el PP por los errores de Tellado en la tramitación de la ley de amnistía

Esta inquietud comenzó con la confusa propuesta de ilegalización de partidos políticos

Desconcierto en el PP por los errores de  Tellado en la tramitación de la ley de amnistía

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado | EUROPA PRESS

La llegada de Miguel Tellado a la portavocía del Grupo Parlamentario Popular fue acogida entre los parlamentarios con una gran expectación y optimismo por la firmeza de su discurso y el tono de sus intervenciones, el idóneo para hacer frente al «muro» que Sánchez y sus socios han levantado contra el PP. Sin embargo, y considerando, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, que es «un dirigente muy inteligente, leal, rápido y muy capaz, que lo hará muy bien», los «errores» que algunos entienden que ha cometido en su estrategia de la tramitación parlamentaria de la ley de amnistía, han terminado por desconcertar al PP. Además, le recriminan su temor a que se comuniquen con los medios de comunicación: «Lo que hay que controlar es qué se habla, y yo lo entiendo, no podemos decir cosas de unos y otros, chismes, y no con quién se habla».

Tres son las cuestiones que han provocado esta inquietud, y que algunas achacan a la «precipitación» con la que ha tomado sus decisiones, en algunos casos, comentan «con poco conocimiento todavía de cómo funcionan los procedimientos en el Congreso». Por un lado, esta inquietud comenzó con la confusa propuesta de ilegalización de los partidos políticos dentro de la enmienda a la totalidad a la proposición de ley de amnistía del PSOE, continuó con la precipitada denuncia del retraso en la entrega del informe de los letrados de la Comisión de Justicia contra la citada norma y, por último, causó cierto malestar su intervención en la reunión conjunta de diputados y senadores el pasado miércoles. En este cónclave, algunos diputados percibieron «un cierto reproche al trabajo que habíamos realizado, al pedirnos ser activos y trabajadores, como si no lo fuéramos, con un tono que no gustó», y el aspecto más polémico, «que no habláramos con la prensa».

En cuanto a la enmienda parcial del Grupo Popular a la ley de amnistía en la que pedían la ilegalización de los partidos políticos que promuevan consultas ilegales o declaren la independencia de una parte del territorio nacional, el primero en recoger la incomodidad del Partido Popular fue el propio presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, cuando afirmó que la propuesta se había presentado sin «un mínimo de pedagogía ni explicación».

Tellado no informó al grupo popular de la incorporación de esta enmienda, y los diputados se enteraron en la rueda de prensa del portavoz. «No se explicó», insisten, subrayando que hay que ser prudentes con estas cuestiones, ya que los dirigentes están «muy sobreexpuestos» y cualquier fallo se le vuelve en contra. Las críticas que suscitó esta propuesta ha coincidido con la decisión del PP de no incorporarla a las enmiendas parciales a la ley, actualmente en tramitación en la Comisión de Justicia, y en la que todas las enmiendas son derogatorias de los artículos del texto socialista.

La segunda causa de este desconcierto está relacionada con las declaraciones de Tellado en las que denunciaba que el informe de los letrados de la Comisión de Justicia contra la ley de amnistía, desmontando los argumentos del letrado mayor, Fernando Galindo, afín al PSOE, había llegado a los grupos el mismo día 16, a las siete de la tarde, una hora después del cierre del plazo para presentar las enmiendas. Igualmente, la firma del documento era del 10 de enero y no se remitió hasta el 16. Tellado acusó al Congreso de retener el informe. Los propios letrados desmintieron en la Comisión de Justicia que el informe estuviera retenido por Armengol y señalaron que se entrega en el momento de constituir la Ponencia, que fue el mismo martes. Internamente se fue consciente del error y se asumió.

La tercera cuestión fue el discurso de Tellado ante el plenario de diputados y senadores censurando la relación con los medios de comunicación y pidiendo ser activos y exigentes, que es la cuestión que ha provocado un malestar más profundo. No era la primera vez que lo trasladaba y quizás por ello ha despertado más suspicacias, como así lo trasladan a este periódico fuentes populares: «Me dejó sorprendido porque dijo lo mismo que hace un mes. Yo creía que había pensado algo nuevo, pues no. Literalmente lo mismo, que hay que ser muy activos y trabajadores, en un tono de cierto reproche, que hay que llevarse bien y trabajar en equipo, que no hay que hablar con la prensa. No sé si es que hay algo que no se ha hecho».

Estas fuentes admiten que «la prensa no es el amigo, y nadie puede pensar que se le puede contar todo a los periodistas, hay que saber con quién hablas y de qué hablas; pero si el enemigo es la prensa, se acabó. ¿Quién se entera de lo que se dice en una comisión? ¿Quién entra todos los días a seguir las comisiones? Nadie». Otra cosa, insisten, es «dar opiniones que vayan en contra de la línea oficial del partido» o «comentar cosas de unos y de otros, chismes».

A pesar de este desconcierto, en el PP entienden que «ya lo hemos superado» y que realmente «han sido unas semanas complicadas», señalando que también sirve de experiencia para «no introducir debates que quitan el foco de lo realmente importante».

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