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Nuevo caso de chinches en el hospital Gómez Ulla: ahora en la residencia de personal

Defensa activa de nuevo el protocolo contra plagas ante la segunda detección de este parásito en menos de un mes

Nuevo caso de chinches en el hospital Gómez Ulla: ahora en la residencia de personal

Margarita Robles y la subsecretaria de Defensa, Adoración Mateos, en su última visita al Gómez Ulla. | Foto: Flickr M.Defensa

El Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, dependiente del departamento que dirige Margarita Robles y ubicado en el madrileño barrio de Carabanchel, ha detectado el pasado viernes un nuevo caso de chinches, desvelan fuentes castrenses a THE OBJECTIVE. En este caso, en la residencia de personal del centro hospitalario, donde antiguamente estaba la casa de monjas.

La dirección del hospital ha activado el protocolo para este segundo caso de infestación. Las citadas fuentes subrayan que se ha precintado y desinfectado la habitación de la residencia en la que se ha localizado el parásito. Este edificio está separado del hospital varios centenares de metros -el complejo cuenta con 12 edificaciones repartidas en 20 hectáreas- y alberga a los recién destinados en la Academia Central de la Defensa. Uno de los alumnos, que había estado en el extranjero recientemente, se quejó de picaduras y en la revisión de su vivienda se detectó la presencia de chinches.

La aparición de un segundo caso de este ácaro, en menos de un mes, ha provocado preocupación entre el personal laboral del Gómez Ulla, al estar en un sitio diferente al localizado el pasado 26 de diciembre. Desde la dirección del hospital, sin embargo, estiman que la rápida activación del protocolo de actuación contra plagas ha evitado una propagación a otras estancias.

Desde el Ministerio de Defensa se incide en ello al subrayar, a preguntas de este periódico, que la última detección de chinches el pasado viernes se produjo «en una habitación de uno de esos edificios, que es una residencia logística donde no hay pacientes, sino solo personal destinado en el hospital».

«Al igual que en el caso anterior se ha procedido a iniciar un protocolo de desinsectación en la habitación donde se han encontrado. La inspección llevada a cabo por especialistas del resto de las 18 habitaciones de la planta de la residencia donde está la habitación del hallazgo del viernes ha sido negativa. En cualquier caso el protocolo de desinsectación se realizará en toda la planta», precisa una portavoz de Robles.

Este parásito fue detectado por primera vez a finales de diciembre en la habitación 704 del Gómez Ulla. Un hecho que llevó a la desinfección de toda la séptima planta del hospital. El «avistamiento de chinches», como se explicó en un documento interno al que tuvo acceso THE OBJECTIVE, es un hecho inédito. Las citadas fuentes no recuerdan precedentes en las últimas décadas de la presencia de este parásito en las instalaciones hospitalarias.

Inicio del informe del Gómez Ulla sobre la presencia de chinches en el hospital.

Además, se produce en un momento de fuerte presión asistencial en los centros sanitarios de la región por culpa de infecciones respiratorias. Este hospital atiende a militares, pero también a más de 120.000 madrileños del suroeste de la capital fruto de un acuerdo entre Defensa y la Comunidad de Madrid que data de 2007. Cuenta con más de 300 habitaciones repartidas en 22 plantas.

En el primer caso, la dirección ordenó la desinfección de la planta séptima con tratamientos químicos – mediante insecticida «ambiental y perimetral»- y «calor húmedo» a 180 grados de temperatura con una vaporeta. En la 704 se decidió retirar y destruir todo el mobiliario de la habitación, desde el mencionado sofá a las sillas, el sillón, la mesilla de cama y la mesa supletoria que había allí. «Antes de extraer de la habitación dicho mobiliario, será envuelto en plástico para evitar la dispersión de los insectos», se subrayó en el informe. Y aunque no lo mencionó expresamente, las citadas fuentes señalaron que se cambiaron varios colchones del hospital por este motivo.

La repetición de este tratamiento se repitió de nuevo a partir del 18 de enero ya que la eclosión de huevos del chinche se suele producir a las dos semanas. En el informe se dieron unas «pautas de vigilancia» al personal sanitario ante la posible aparición de picaduras en pacientes, «avistamiento de manchas de sangre» y nuevos chinches. Además, los doctores, enfermeros y celadores que trabajan en dicha planta podrían acudir al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del hospital.

La dirección del hospital, dirigida por el general Francisco Javier Areta, dio por controlada la aparición de este ácaro en el centro, incidieron las fuentes militares a principios de enero, si bien en el informe se ordenó hacer un «seguimiento» de los últimos pacientes que pasaron por la habitación 704 que quedó infectada. La presencia ahora de un segundo caso de chinches ha vuelto a reactivar el protocolo.

El suceso del 26 de diciembre precedió a otro incidente ocurrido en la noche del 6 al 7 de enero: la rotura de una tubería de agua caliente en la planta 14, que obligó a cerrar cuatro habitaciones en la 13 y una en la 12 por culpa de las filtraciones. THE OBJECTIVE tuvo acceso a varios videos en los que se podía ver cómo quedó encharcado el piso de la principal planta afectada y por dónde caía en una de ellas.

El hospital estaba haciendo una prueba de choque térmico en las instalaciones cuando una tubería de agua caliente reventó, lo que obligó a la intervención de los bomberos y a unas obras de reparación en la zona afectada. El desborde del agua afectó a tres de los ocho ascensores que el Gómez Ulla tiene en dos zonas del hospital, que estuvieron inutilizados varios días. Precisamente, el Ministerio de Defensa adjudicó el 17 de enero a la empresa Saneamientos Barrios el mantenimiento de instalaciones térmicas del Gómez Ulla durante este año por un montante de 43.560 euros (IVA incluido).

El departamento que dirige Robles publicó el pasado 4 de enero en un comunicado en el que destacó la «importante reducción de los plazos» de lista de espera quirúrgica -en el puesto 12 de los 30 que hay en la Comunidad de Madrid- y el hecho de que sea el único hospital de la región con capacidad para realizar intervenciones de medicina hiperbárica y el único, en todo el país, con capacidad de teleasistencia médica nacional e internacional.

El Gómez Ulla cuenta con un equipo sanitario formado por más de 2.000 profesionales y 42 servicios médicos, quirúrgicos y centrales que sirven para dar cobertura asistencial a 110.000 cartillas del Servicio Madrileño de Salud y a los pacientes del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS). Además, en el último año atendió a 75 pacientes evacuados de misiones internacionales y un total de 318 consultas de telemedicina. Su actividad asistencial se concretó en 2023 en más de 400.000 actos médicos anuales: 1.000 pacientes diarios en consultas externas, 270 pacientes ingresados de media, entre 250-300 urgencias diarias y entre 40 y 50 intervenciones quirúrgicas cada día.

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