Yolanda Díaz pide un acuerdo en IU para el sustituto de Garzón que no haga «ruido»
Sira Rego se acerca la coordinación federal, pero el líder del PCE exige tener un cargo con poder en Sumar
Yolanda Díaz no quiere que en Izquierda Unida, el partido del que proviene y del que se alejó para entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez, haya conflicto y se genere «ruido» en la votación para el sustituto de Alberto Garzón. Hay dos facciones que luchan por el cargo de la coordinación federal. Por un lado, la capitaneada por la ministra de Juventud, Sira Rego. Y por el otro, el bloque formado por los andaluces y el PCE de Enrique Santiago. En términos numéricos de cargos y afiliados, los andaluces deberían gozar de cierta ventaja. Pero Rego tiene el respaldo de Díaz, quien por otro lado ha exigido a IU resolver su conflicto de forma pactada y sin estruendos: «A Yolanda todo le viene bien, con tal de que no hagan ruido», afirman desde el partido de Garzón.
IU celebrará su asamblea federal en mayo para nombrar a su nueva cúpula federal y al sustituto de Garzón. Pero según se comenta en el partido, después de un momento de cierta tensión interna, ahora parece que las partes en conflicto están intentando pactar una candidatura de unidad. Así lo ha indicado públicamente Ismael González, que dirige la organización de IU y que, por cierto, es pareja de Rego, una de las dirigentes que aspira a liderar el partido. Esta relación centra muchas de las críticas de los que prefieren que no sea Rego quien lidere el partido.
Según afirman en IU, las dos facciones «están pactando hacer una asamblea donde no haya ningún problema». De momento, es difícil saber cuál de las dos se puede imponer, aunque todo apunta a que, al menos de momento, se puede llegar a un reparto de cuotas de poder que contente a todos. Sobre todo a Yolanda Díaz, quien celebrará un mes antes de IU su asamblea fundacional y lo último que quiere es un incendio político en uno de sus partidos aliados un mes antes de las elecciones europeas.
Sira Rego, favorita
IU abordará en su próxima asamblea federal la votación para nombrar su nueva cúpula directiva, así como para fijar documentos estratégicos para el futuro del partido. Uno de los puntos clave será establecer qué tipo de relación mantener con Sumar. Según las fuentes consultadas, la vicepresidenta del Gobierno propondrá a todos sus socios un modelo de partido confederal, que permitirá a cada actor sentarse a su mesa para avanzar hacia la idea de «unidad de la izquierda». Una unidad que, por otro lado, no contempla encuentros con Podemos, y que dejaría vía libre a Díaz en todo lo que concierne la elección de las listas en los comicios nacionales (generales y europeas).
Los militantes de IU deberán abordar esta cuestión. Es decir, hasta dónde ceder en sus prerrogativas políticas y organizativas, y quien será el referente del diálogo con Díaz. Santiago pugnó con Íñigo Errejón para convertirse en portavoz de Sumar en el Congreso. Fracasó en el intento. También fracasó en la búsqueda de un ministerio, que finalmente cayó en manos de Sira Rego.
Enrique Santiago quiere poder en Sumar
Se espera, por lo tanto, que IU otorgue al líder del PCE una cuota de poder considerable para evitar un choque interno, desaconsejable por la cercanía de las elecciones europeas. Es más, las fuentes consultadas sostienen que Enrique Santiago estaría dispuesto a ceder a Rego la coordinación federal de IU, a cambio de que ganar enteros en Sumar. El dirigente forma parte de la ejecutiva provisional de Sumar (al igual que Rego), pero quiere que Díaz le asegure más poder de aquí a la definición de la cúpula oficial. «Quiere mando en plazo», explican desde IU.
Santiago cuenta con el apoyo de los andaluces, que según fuentes de IU tienen de su parte a más de la mitad del total de cargos públicos controlados por el partido. Aun así, debe su nombramiento como secretario general del PCE a ellos, que ponen sobre la mesa, como alternativa a Rego, el nombre de Toni Valero. Aun así, no se descarta un acuerdo entre las dos secciones. Todos aseguran que IU intentará buscar un acuerdo pactado y precocinado antes de tiempo, con un encaje que incluya también el reparto de cuotas de poder en Sumar, puesto que Díaz necesita que nadie embarre la precampaña de las europeas, donde se deberá medir con Irene Montero.
Lo que todos dan por descontado es que IU acabará votando por unanimidad (o casi) una valoración positiva del trabajo desempañado por Alberto Garzón. La entrada en el Gobierno es, sin duda, uno de los principales logros del exministro de Consumo, si bien muchos en el partido (y en Podemos) saben que curiosamente él presionó para que así no fuera. Ahora, después de una legislatura y con otra que arranca, IU ha reducido su deuda y busca mantener su poder en el marco de una nueva coalición de izquierdas que incluye a más actores, como Más Madrid, Compromís y los Comunes. La relación con Sumar será, sin duda, el principal banco de prueba de quien herede el partido de Alberto Garzón.