Més per Mallorca acusa al Tribunal de Cuentas de haberle sancionado por apoyar al feminismo
La multa se impuso por haber aceptado donaciones finalistas prohibidas por la ley y el partido habría procedido al pago
El portavoz de Més per Mallorca. | Europa Press
El portavoz de Més per Mallorca (integrado en Sumar), Jaume Alzamora, ha asegurado que la sanción impuesta por el Tribunal de Cuentas por aceptar donaciones finalistas prohibidas por la ley y recogidas en sus informes de fiscalización, está motivada por «haber apoyado al movimiento feminista».
Alzamora ha hecho esta consideración después de que la formación haya sido sancionada por «la aceptación de donaciones finalistas, que están prohibidas por los artículos 4.2 y 5.1 de la Ley Orgánica de 2007 sobre financiación de los partidos políticos».
Según el Tribunal de Cuentas, Més ha reconocido los hechos y ha procedido al pago voluntario de la sanción, que asciende a 30.000 euros.
El portavoz ha destacado que la multa se debe a una donación que hicieron los cargos institucionales de Més por sumarse a la huelga feminista del 8 de marzo de 2019, pero como «no podían hacer huelga formalmente, hicieron una donación de su sueldo al partido para que éste hiciera una donación a una entidad feminista».
Asimismo, ha alegado que «en ningún momento se puede hablar de financiación irregular, como sí hizo el PP y por la cual está condenado».
Por la misma irregularidad se sanciona al Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT) por el ingreso de alrededor del cuarto de millón de euros (241.399,90 euros). No consta que la formación independentista se haya acogido al pronto pago que habría reducido la cuantía.
«Preocupado» por la crisis de Vox
Por otra parte, al ser preguntado por si la crisis interna de Vox podría influir en el resto de instituciones de Mallorca, Alzamora ha mostrado su «preocupación» por la situación, puesto que Vox «ha demostrado que utiliza las instituciones como un mercadeo y una herramienta de chantaje».
Ha subrayado que le «preocupa» que esta «inestabilidad» se traslade al Consell de Mallorca, donde el presidente, Llorenç Galmés, tiene un pacto de gobierno con Vox y hay consellers de esta formación.
