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La amnistía y la corrupción del PSOE hunden a Sumar por debajo de la barrera del 10% de votos

El partido de Yolanda Díaz pierde una cuarta parte de sus apoyos tras el arranque de la legislatura

La amnistía y la corrupción del PSOE hunden a Sumar por debajo de la barrera del 10% de votos

La vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz | Europa Press

Los sondeos dibujan escenarios más que preocupantes para Yolanda Díaz y Sumar. El grueso de los estudios demoscópicos publicados tras el arranque de la legislatura revelan que Sumar ya ha perdido alrededor de una cuarta parte de los apoyos cosechados en las últimas generales. Del 12% de votos logrados en el pasado mes de julio, Sumar ya se halla por debajo de la barrera psicológica del 10% de estimación de votos. En los últimos sondeos, Sumar roza el 9%, en una caída compartida con el PSOE, salpicado por los escándalos de la corrupción y la impopularidad de la amnistía a Carles Puigdemont y los demás promotores del procés. La caída se detecta en un momento delicado para el nuevo partido, con una asamblea fundacional y las elecciones europeas por delante.

Las últimas encuestas de Gad3 y Sigma2, publicadas ambas el pasado 29 de febrero, vaticinan para Sumar una estimación electoral al 8,8% y 9,4%, respectivamente. Con estos datos, Díaz reduciría casi a la mitad su grupo parlamentario, que pasaría de 27 a unos 15 o menos. Otra encuesta de Hamalgama Métrica, publicada el 26 de febrero, también ubica a Sumar alrededor del 9,9% en estimación electoral. Solo Gesop, en su estudio publicado el pasado 25 de febrero, ubica a Sumar al 10,2%. En las elecciones de julio, Sumar logró un 12,3% de votos, por lo que su caída rozaría los tres puntos en tan solo siete meses, y después de solo tres meses de la formación del nuevo gobierno, donde los de Díaz controlan cinco ministerios.

La debacle gallega va analizada en el marco de esta caída paulatina y constante de Sumar. La ruptura con Podemos ha sustraído a los de Díaz al menos uno o dos puntos porcentuales. Los sondeos, de hecho, otorgan a los morados entre uno y dos puntos. Y a ello hay que sumar el desgaste por las primeras medidas del Gobierno, sobre todo la amnistía a los responsables del procés catalán, así como los escándalos de corrupción que afectan al PSOE y a exministros socialistas.

Barrera psicológica

A nivel electoral, además, fuentes de Sumar admiten que la imagen de Díaz experimenta cierto desgaste. Mientras que la relación con las marcas periféricas todavía tiene que consolidarse. La amnistía a los impulsores del procés amenaza con afectar la proyección de Sumar en Cataluña, un territorio estratégico donde el partido de la gallega obtuvo un buen resultado en las últimas generales, igualando en escaños el de 2019. Un núcleo importante de sus afines en Cataluña es contrario a las cesiones al independentismo, y según comentan fuentes del sector federalista integrado en los Comunes, podría derivar en una abstención de aquí a las próximas autonómicas.

La próxima prueba electoral para Sumar será el País Vasco. En este territorio el partido de Díaz ha insistido en la ruptura con Podemos. Los morados denuncian el doble juego de los responsables vascos de Sumar, que por un lado mantenían reuniones para tratar la creación de una lista unitaria, y después lo «reventaron» todo. El principal señalado por los morados es Lander Martínez, exbarón de Podemos en el País Vasco y ahora integrante de Sumar. Los morados creen que Sumar quiere aniquilarlos, aunque asumen que la cita electoral clave será la de las elecciones europeas.

La incógnita europea

Díaz no tiene todavía candidato para las europeas. La vicepresidenta está intentando resolver un embrollo complicado para que todas las formaciones aliadas de Sumar se sientan satisfechas en cómo se diseñen las listas. Este diario ya ha adelantado algunos datos a este respecto: la necesidad de Díaz de tener a una persona de confianza en Bruselas; las imposiciones de los valencianos; la petición a los madrileños de ceder puestos de salida a cambio de prebendas ministeriales; la búsqueda de un candidato que frene la sangría de votos hacía los nacionalistas, etc.

El problema, sin embargo, es que las encuestas «no pintan bien», admiten tanto dentro como fuera de Sumar. Rebajar el umbral psicológico del 10% de votos tiene un impacto indudable para los dirigentes de Sumar. Según fuentes internas del partido de Díaz, incluso sectores sindicales afines a la gallegas empiezan a torcer el gesto.

El auge de los nacionalistas asusta, después de la debacle gallega. Mientras que la esperanza de atraer votos socialistas se desinfla. «La marca no da para más», sostienen miembros de Izquierda Unida, formación aliada de Sumar. Y a todo ello hay que añadir el problema del desembarco territorial del nuevo partido, que está siendo frenado por sus propios socios: «Si no tiene partido, Sumar será más efímero de Podemos», avisan los afines a la ministra de Trabajo.

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