THE OBJECTIVE
Entrevista

Alejandro Fernández: «Sánchez ha resucitado al separatismo moribundo»

Conversamos con Alejandro Fernández, el líder del PP catalán y candidato a la presidencia de la Generalitat

El nombre de Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) tardó en ser anunciado por la dirección nacional del PP como el elegido para ser su candidato, pero ahora son las elecciones catalanas las que centran todas las esperanzas del equipo de Alberto Núñez Feijóo en tanto que las consideran el principio del fin de Pedro Sánchez. Fernández aspira a aumentar notablemente la actual representación del PP en el Parlament de Cataluña (tres de los 135 escaños de la cámara catalana) y anuncia sus condiciones para plantearse siquiera hablar con el socialista Salvador Illa de pactos poselectorales: que rompa con el procés y que Sánchez rompa también con sus socios separatistas. Acusa al presidente del Gobierno, Sánchez, de haber resucitado al separatismo que estaba en descomposición, a Illa de no ser un tipo de fiar y de estar escondido tras el estallido del caso Koldo y a Puigdemont y Pere Aragonès de estar protagonizando un pulso por ver «quién la dice más gorda».

PREGUNTA.- ¿Cuáles son las expectativas electorales con las que acude el PP a estas elecciones?

RESPUESTA.-Tenemos dos objetivos. Todas las encuestas marcan que el PP está en disposición de liderar todo lo que es el ámbito constitucionalista catalán por primera vez en los últimos diez años. De ahí se deriva otro objetivo: queremos que los catalanes no nacionalistas sepan que no les vamos a fallar, que no nos hemos ido de Cataluña, nos hemos quedado para defender sus derechos y sus libertades. Una de las cosas que más lamentan los constitucionalistas catalanes es que, en algunas ocasiones, se han sentido abandonados. Y para nosotros era muy importante recibir el apoyo que estamos recibiendo y constatar que podemos recuperar ese liderazgo. Luego hay un objetivo que no dependerá exclusivamente de nosotros, porque en Cataluña hace muchísimo tiempo que no hay mayorías absolutas. Y es que nos gustaría abrir una nueva etapa en Cataluña que cerrara el procés y sacara a los separatistas de la ecuación del gobierno. Pero no está en nuestra mano, porque nada indica que Salvador Illa tenga ninguna intención ni Pedro Sánchez de romper con el separatismo.

«Si los socialistas quieren hablar conmigo, primero que acaben con el ‘procés’ y Sánchez rompa con los separatistas en Madrid»

P.- ¿El PP estaría dispuesto a poner sus votos a disposición de Illa para sacar de la ecuación a los independentistas, como hicieron en el Ayuntamiento de Barcelona?

R.- En el Ayuntamiento de Barcelona se dio una circunstancia que yo defendí. No era una decisión sencilla, pero cuando Xavier Trias fue a rendir pleitesía a Waterloo y a Puigdemont, ya estábamos en una categoría moral distinta. No se podía aceptar la idea de que Barcelona, una de las grandes ciudades del mundo y con unos recursos importantes se pusiera al servicio de Waterloo y de Puigdemont. Pero esa decisión se toma antes de la amnistía y antes de que Sánchez, aun perdiendo las elecciones, revalide el Gobierno. Después han pasado muchas cosas… No le daremos los votos a Illa para que rompa con el separatismo. Si quiere hablar con nosotros, primero que rompa con el separatismo, pero que rompa significa que acaben con el procés y rompan con los separatistas en Madrid –me refiero al Gobierno de España y Pedro Sánchez– y que rompan en todas las instituciones catalanas, los grandes ayuntamientos, diputaciones, etc. Porque no nos creemos las palabras. Y Salvador Illa demostró que no es de fiar.

«Sánchez ha blanqueado y amnistiado cualquier barbaridad de Puigdemont o Aragonès»

P.- Para usted ni Sánchez ni Illa son de fíar… ¿Lo es Pere Aragonès, cuando dice que va a por el referéndum y que ya están hablándolo con el Gobierno?

R.- Aragonés tiene un problema gordo. Su campaña es un pulso con Carles Puigdemont por ver quién la dice más gorda y está en una espiral en la que, a cada ocurrencia de Puigdemont, que se concentra en explicar su vida, sus cambios de domicilio, sus previsiones de jubilación y este tipo de cosas, Aragonès tiene que contestar con lo primero que se saque de la manga para contrarrestarlo mediáticamente. Pero no me preocupa Aragonés. Es mucho más peligroso para España, Pedro Sánchez y Salvador Illa que Pere Aragonès. Hasta ahora, cualquier barbaridad que hayan podido cometer Puigdemont o Aragonès, la ha blanqueado y amnistiado Pedro Sánchez. El peligro real de que cualquier amenaza que lancen Puigdemont o Aragonès, pueda convertirse realidad se llama Pedro Sánchez.

«Sería demasiado bonito que Puigdemont dejase al política… No sé si creérmelo»

P.- ¿Usted cree a Puigdemont cuando dice que dejará la primera línea política si no es presidente del Gobierno de Cataluña?

R.- Eso es una boutade, pero sería tan bonito… Demasiado bonito. No sé si creérmelo o no…

P.- ¿Y cree que, finalmente, será amnistiado?

R.- Creo es que el Estado de derecho en España funciona y que la respuesta que están dando los gobiernos autonómicos y municipales del PP en toda España, que somos la mayoría, el Poder Judicial, las instituciones europeas, la sociedad española en la calle y los grupos parlamentarios del PP en el Senado y el Congreso les está lanzando un mensaje: no lo van a tener tan fácil. La UE y el comisario Reynders ya les ha advertido que no se las prometan tan felices que habrá que dirimir primero algunas cuestiones legales antes de que puedan seguir con el proyecto, además la importantísima movilización social que se está produciendo… Que no se las prometan tan felices. En España el Estado de derecho funciona. No soy futurólogo, pero no van a tener tan sencillo aplicar una barbaridad inconstitucional así.

Alejandro Fernández. | Víctor Ubiña

«Puigdemont tendrá que responder por sus actos tarde o temprano»

P.- ¿Ve a corto medio o largo plazo a Puigdemont en prisión?

R.- Cuando el Estado de derecho funciona, las personas tienen que acabar respondiendo de sus actos y yo estoy convencido de que tarde o temprano, como cualquier otro ciudadano español que haya cometido graves delitos, Puigdemont tendrá que responder de ellos. ¿Cuándo? No lo sé.

P.- ¿Entonces todo el discurso de Aragonès en el Senado, anunciando la llegada del referéndum de autodeterminación en Cataluña, no es creíble?

R.- Eso será pasando por encima de la Constitución, del espíritu de la Transición y de todo lo que hemos sido capaces de construir los españoles en los últimos 40 años. El artículo 2 de la Constitución es inequívoco y señala que España es una nación indivisible, indisoluble. Por tanto, no hay autodeterminación que valga. Y si alguien quiere cambiar eso, tiene un sistema: conseguir una mayoría cualificada, no la que tiene la Sánchez del 51%, convocar nuevas elecciones y que una nueva mayoría cualificada ratifique esa decisión. No existen atajos. Por lo tanto, la autodeterminación no es inevitable, es ilegal y lo seguirá siendo.

Alejandro Fernández. | Víctor Ubiña

P.- Viendo las encuestas publicadas y atendiendo a los vetos cruzados anunciados por los partidos, ¿cree que es probable la repetición electoral en Cataluña?

R.- Me lo preguntan mucho y yo ahora mismo no analizo ese escenario, porque mi obligación es hacer propuestas a la ciudadanía catalana para resolver los problemas que le inquietan, no pensar si se va a bloquear o no la legislatura. Soy muy claro en mis propuestas en Cataluña, sobre cómo gestionar la sequía y voy a ser igual de claro con los temas de del mundo rural, la agricultura, la ganadería, con la cuestión de los impuestos y con todas las cuestiones. Un político que antes de empezar una campaña electoral está haciendo cálculos partidistas o de bloqueos, no estaría haciendo su trabajo.

«En Cataluña se ha impuesto el ‘no a todo’ desde el ‘procés’»

P.- Con respecto a la sequía, en el reciente debate en el Senado, el presidente de Aragón dijo que de hacer mini trasvase del Ebro para que haya agua de boca en Barcelona, ni hablar…

R.-Yo creo que estábamos diciendo cosas distintas. Tengo una interlocución con él muy frecuente y es muy buen amigo. En España hay agua para todos, si se gestiona con inteligencia, con generosidad y sin prejuicios ideológicos o territoriales. La segunda cuestión que hay que recordar es que Cataluña tiene un problema de urgencia. El gran pacto del agua nacional que sea capaz de garantizar que en Valencia, en Murcia y en otros lugares de España, incluida Cataluña, no haya problemas de abastecimiento de agua, es un proyecto que intentó el PP a través del Plan Hidrológico Nacional que derogó Zapatero y es algo que está, en fin, como un proyecto que no se puede aplazar muchos más años. Pero eso es una cosa y el problema que tiene Cataluña es un problema de resolución inmediata. Nosotros no proponemos el trasvase del Ebro, sino unas extracciones puntuales en caso de decreto de sequía extrema, que se hagan con los excedentes que gestiona el Consorcio de Aguas de Tarragona, que son excedentes, que están yendo al mar y no tiene ningún sentido. En el siglo XXI, Barcelona y su área metropolitana se puedan ver sin agua. Y lo que nosotros decimos es que las soluciones que está planteando el resto de formaciones políticas ya se ha visto, no sirven y son insuficientes. Las desaladoras son importantes, pero ¿suficientes? No. La reutilización es importante sí, pero suficiente, no. O sea, o hacemos algo que además es lo que han aconsejado, casi implorado los Colegios de Ingenieros de Cataluña: dar una solución a un problema puntual, insisto, a través de extracciones puntuales de agua para para una situación de emergencia.

«Los ecologistas de salón que nos gobiernan en Cataluña y España quieren que volvamos al taparrabos y las lanzas»

P.- ¿En eso sí estaría de acuerdo el presidente de Aragón?

R.- No, yo no he dicho que esté de acuerdo. Se lo tiene que preguntar él. Pero cuando él hablaba de que está en contra del trasvase del Ebro, me imagino que ha hecho ese mismo razonamiento que, con razón, muchas veces se ha hecho desde las tierras del Ebro. Yo recuerdo que tenemos ecologistas de salón que nos llevan gobernando en Cataluña y el resto de España, que hacen de perros del hortelano, ni comen ni dejan comer…no solo en este asunto… En Cataluña se ha impuesto el «no» a todo desde el procés: turismo, no porque no les gusta a los de Colau y compañía. Industria, tampoco, que dicen que contamina. Energía nuclear no, pero la solar y la eólica tampoco, que dicen que da contaminación paisajística… ¡No te lo pierdas! Ampliación del aeropuerto, tampoco. Carreteras, no… Al final, no a todo. Quieren que volvamos al paleolítico, con lanzas y taparrabos. Y yo me niego.

Alejandro Fernández. | Víctor Ubiña

P.- Volviendo al posible bloqueo electoral, le interesarán sus repercusiones tal vez, en la política nacional… la imposibilidad de aprobar Presupuestos, el posible fin de legislatura…

R.- Pero hay una fase previa que hay que respetar y es el voto emitido libremente por la ciudadanía catalana, y allí veremos qué es lo que ocurre. Lo digo porque si los catalanes quieren cambio real, no hay que seguir pactando con el separatismo, que es lo que hace Salvador Illa y el PSC. Hay otra opción, llamada PP, que está sólida, fuerte, que ha recuperado liderazgo y que nos puede ahorrar a todos esos escenarios casi apocalípticos a los que se refiere. Un gran resultado del PP que evite una mayoría independentista y que mande un mensaje de solidez y de cambio, ahorra cualquier escenario de bloqueo en Cataluña y abre la puerta a una nueva etapa en España.

P.- ¿Está hablando de un vuelco para convertir al PP en ganador?

R.- No, digo que dejemos a la gente votar, porque a veces hay sorpresas. No hablo de vuelcos. Creo que siempre hablamos de condicionales y de escenarios hipotéticos y nos olvidamos de la realidad, que es que en Cataluña la gente tiene miedo a abrir el grifo y que no salga agua. Los agricultores y ganaderos tienen en tela de juicio sus cosechas y su producción, y además con unas tasas y unas trabas burocráticas que ponen en peligro la sostenibilidad de su modo de vida. Esa es la realidad.  

«Con Feijóo estamos de acuerdo en que el resultado en Cataluña sea el primer paso para que Sánchez se vaya a casa»

P.- ¿Ha pasado usted página a la época del distanciamiento de Feijóo?

R.- Sí, sí, Ahora estamos muy bien. Hay una sintonía y una coincidencia absoluta sobre lo que hay que hacer en Cataluña: pasar página del procés y que ese cambio, además de acabar con la decadencia de Cataluña, sea también un primer paso para que Sánchez se vaya a su casa y Alberto Núñez Feijóo sea el presidente de España.

P.- En Cataluña comentan que Génova ha impuesto prácticamente todos los puestos de salida de la lista. ¿Se siente plenamente apoyado por Génova? ¿Vigilado?

R.- Los procesos de elaboración de candidaturas siempre son complicados en el PP y en cualquier otro partido, porque hay muchísima gente de gran calidad y algunos pueden entrar y otros no. Pero, sinceramente, desde el momento en que esta candidatura es aprobada por los órganos de mi partido, es mi candidatura y yo soy su candidato. Les voy a defender a ellos y ellos a mí. No tengo ninguna duda al respecto.

P.- Si, como marcan las encuestas, el PP mejora notablemente sus resultados, ¿será mérito de la dirección nacional del PP o del candidato del PP, Alejandro Fernández?

R.- Los éxitos y los fracasos en proyectos colectivos son siempre colectivos. Hombre… Mal asunto sería que dijera que soy yo, que gracias a mí, que soy un genio…etc. Pero hay que ser realista y generoso. Tanto en la derrota como la victoria.

P.- ¿Qué representación cree que va a sacar el PP en Cataluña?

R.- Venimos de un resultado muy malo. A nadie se le escapa y vamos a sacar un resultado magnífico. Estoy convencido de ello, pero creo que no lleva a ningún lado ponerle número a eso.

«Cuando les conviene los independentistas son los más españoles del mundo mundial»

P.- ¿Cree que ha llegado el momento de cambiar la ley electoral en Cataluña?

R.- Cataluña es una comunidad autónoma en la que sus nacionalistas, que se llenan la boca de ejercer competencias y de exigir las que no tienen, pero algunas que sí tienen, se niegan a ejercerlas, como es la posibilidad de tener una ley electoral propia. Y no lo hacen porque, cuando les conviene, son los más españoles del mundo mundial. Y la ley electoral española, tal y como funciona, les va bien, porque es verdad que hay una sobrerrepresentación proporcional de las provincias menos pobladas y de los lugares donde el nacionalismo tiene más fuerza. Nosotros siempre hemos dicho que cualquier modelo electoral que se aproxime a la filosofía de una persona, un voto y que tenga la mayor proporcionalidad posible, es el que defendemos en Cataluña y hemos presentado propuestas al respecto desde hace muchísimos años que han sido sistemáticamente rechazadas. Sería una buena noticia, porque se ha dado las circunstancias que el constitucionalismo ha sumado más porcentaje de voto en algunas de las elecciones recientes que el separatismo , pero el separatismo ha sacado uno o dos escaños más, al aplicar la ley… Por lo tanto, nosotros hace tiempo que pedimos un cambio de la ley electoral en Cataluña.

P.- Por esa misma ley y proporción en el Parlamento Nacional influyen y deciden cuestiones clave menos del 20% del hemiciclo, esas «minorías» que el legislador pretendía proteger, que están sobrerrepresentadas gracias a una Ley Electoral que nunca han cambiado PSOE y PP pudiendo hacerlo…

R.- Hay algunos mitos con respecto a eso. Se acusa al PP de no haber aprovechado sus mayorías absolutas para cambiar la ley electoral y el sistema. Pero hay algunos elementos del sistema electoral español, como son el hecho de sistema proporcional y la circunscripción provincial que están blindados constitucionalmente y que no se pueden cambiar simplemente con una ley orgánica. El PSOE nunca se va a sumar al PP en buscar un sistema como hay algunos países que dan un plus en algunos casos de 50 escaños a la primera fuerza, que garantizan efectivamente que haya mayorías más sólidas y que no se dependa de minorías. Pero es que a mí me gusta regirme por el principio de realidad. Es decir, yo tengo una misión ahora, que es defender los derechos y libertades de los catalanes no nacionalistas, revertir la decadencia de Cataluña, garantizar a los catalanes que abran el grifo y salga agua, promover unas medidas fiscales que faciliten el retorno de las empresas a Cataluña y garantizar que la gente se pueda comprar un piso sin miedo a que se lo ocupen ilegalmente. Creo que se me escapa ahora mismo de mis capacidades el poder cambiar una ley electoral en España.

Amnistía: «Es una humillación amnistiar a unos sujetos que delinquen y se chulean de que lo volverán a hacer»

P.- ¿Cree que las elecciones catalanas van a confirmar o a desmentir y provocar la salida del Gobierno de Pedro Sánchez?

R.- Son una gran oportunidad… El PSC es un partido de principios líquidos, por ser generosos. Más bien no los tienen o sus principios están siempre sometidos al poder y los cambian en función de cómo creen que sople el viento. El 8 de octubre de 2017. No acudieron a la manifestación masiva que organizó Sociedad Civil Catalana después del magnífico discurso del Rey y que supuso un antes y un después en la historia de Cataluña. Cuando el PSC vio que el éxito era masivo, se asustaron porque vieron que otras opciones políticas recogían ese sentimiento y acudieron a la del 29. ¿Por qué digo eso? Porque si el separatismo no suma mayoría y el PP obtiene un resultado formidable, quedará claro que la sociedad catalana está pidiendo algo nuevo y eso tiene consecuencias, también para el socialismo español. Siempre me he negado a idealizar a una especie de unicornio llamado socialismo, porque al final siempre te decepcionan. Pero es evidente que hay una gran parte del electorado socialista que está muy, muy cabreado con Pedro Sánchez y con Salvador Illa. Según el CIS catalán, la mitad de los electores socialistas están contra la amnistía. A ellos también nos dirigimos para decirles que vamos a respetar su manera de entender el mundo y que estamos con ellos en el rechazo a esa humillación que supone amnistiar a unos sujetos que cometen delitos graves y no solo no piden perdón, sino que se chulean de que lo van a volver a hacer.

P.- Precisamente, este CIS catalán que invoca, asegura que hay más catalanes en contra de la independencia ahora de los que había en 2017 y años sucesivos… El presidente del Gobierno asegura que es por la tarea que está llevando a cabo su Gobierno. ¿Se lo concede o se lo desmiente?

R.- Lo que ha hecho él es resucitar a alguien que estaba moribundo, políticamente hablando: unas formaciones políticas separatistas que, repito, son superadas por el PP en las elecciones generales y que Pedro Sánchez rescata y las sitúa de nuevo en el centro político y mediático español. Les da expectativas no solo de ser amnistiados, sino de completar su procés hacia la independencia, que es lo que ahora mismo están planteando. Esa es la realidad. Lo que provocó la drástica bajada que ya viene de lejos del independentismo en Cataluña fue que el Estado de Derecho se impusiera. Mire la secuencia de datos del CIS catalán. En el momento en el que mucha gente se da cuenta de que ese proyecto es inviable porque el Estado de Derecho no lo va a permitir, es cuando baja el porcentaje de independentistas. Y si sigue Sánchez en La Moncloa. No se preocupe, que seguro que al final acabará subiendo porque les está dando todos los instrumentos para volver a intentarlo.

«Hay un rechazo muy grande a la amnnistía en Cataluña»

P.- Pero otro de los datos que daba ese estudio demoscópico es que, preguntados por la amnistía, más del 61% están a favor y el 38-39%, en contra, a diferencia del sentir que recogen los sondeos en el resto de España…

R.- Pero hay un dato muy significativo: si miramos las encuestas privadas que han ido apareciendo sobre la cuestión, podemos decir que más del 70% están rotundamente contra la amnistía y un 20 y pico a favor. Y cuando vas a Cataluña, va una proporción 60 a favor y 40 en contra, expresado en el CIS catalán. Decir lo que piensa, nada más y nada menos que 40% de los catalanes, entre ellos la mitad de los electores socialistas dicen que ‘naranjas de la China’, que por ahí no pasa. Para mí es un porcentaje muy elevado. Y muestra que el apoyo a la amnistía en Cataluña no es tan transversal como Pedro Sánchez y Salvador Illa nos intentan vender. Hay un rechazo muy grande a la amnistía en Cataluña.

P.- No hemos hablado de corrupción y las comisiones de investigación en Congreso y Senado ¿Cree que van a tener alguna influencia en las elecciones en Cataluña?

R.- En la parte que corresponde al candidato del PSC, Salvador Illa, me corresponde exigirle que dé explicaciones, cosa que hace un mes y medio dijo que daría sin problema y en el momento en el que se han convocado elecciones se ha escondido y ya no ha querido volver a hablar del asunto. Él no ha sido de momento imputado y por lo tanto ahora mismo está en las cuestiones parlamentarias y políticas. Pero yo también digo que si se vierten sobre mí acusaciones y tengo claro que no tengo nada que ocultar, sería el que iría yo desde el minuto uno a dar explicaciones. Me preocupa qué se está escondiendo.

Volver a negociar el Estatuto catalán: «Me parece un auténtico disparate»

P.- ¿Qué opina de la propuesta de Illa de volver a una reforma del Estatuto catalán?

R.- Me parece un auténtico disparate. Conviene recordar que uno de los artículos que el Tribunal Constitucional ilegalizó era que la justicia española desapareciera de la jurisdicción catalana, es decir, que no pudiera actuar. Claro, eso estaba hecho a medida de los responsables de la antigua Convergència, acusados de gravísimos delitos de corrupción. Que el señor Salvador Illa quiera recuperar una idea así, es decir, un sistema judicial catalán al servicio de la corrupción de la antigua Convergència, pues ya te da una idea de a quién sirve Salvador Illa….

P.- Además de exigir a Illa y a Sánchez la ruptura con Junts y ERC, ¿qué medidas plantearía como necesarias para apoyar a un gobierno del PSC?

R.- Cualquiera que quiera hablar con nosotros tiene que saber que el hecho de que cuatro millones de catalanes tengan riesgo de abrir el grifo y que no salga agua, para nosotros es un problema gravísimo y, como es la primera preocupación que tienen los catalanes, pues sería una de las principales medidas. Después, el respeto a la propiedad privada, una reforma fiscal que acabe con el infierno fiscal que es Cataluña… Eso sería de lo que hablaríamos.

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