Armengol compró mascarillas «innecesarias» y pagó de más a las aerolíneas que las trajeron
Baleares compró 22 millones de unidades que no necesitaba por procedimiento de urgencia
Francina Armengol, expresidenta balear y presidenta del Congreso. | Alejandra Svriz
La gestión de la compra de material sanitario en pandemia por parte del Gobierno balear, que entonces lideraba Francina Armengol, está bajo lupa. La hoy presidenta del Congreso es uno de los responsables políticos que tendrá que comparecer en la comisión de investigación de la Cámara Baja. En esta comisión deberá dar explicaciones sobre determinados contratos adjudicados en 2020. En el punto de mira, el entregado a Soluciones de Gestión, la empresa de confianza de la trama Koldo.
Armengol ha insistido en que no va a dimitir, pese al acoso político que dice estar recibiendo. «No voy a consentir que mancillen mi nombre», ha señalado. La dirigente socialista ha soltado lastre y ha alegado que fueron los técnicos del Servicio de Salud del Gobierno balear quienes aceptaron, al inicio de la pandemia, la oferta de la empresa Soluciones de Gestión.
El Servicio de Salud balear fue fiscalizado el año de la pandemia por la Oficina de Prevención y Lucha contra la Corrupción autonómica. Posteriormente, el Gobierno de Armengol acusó al organismo independiente de haber abierto una indagación nula de pleno derecho basada en meras conjeturas. La Oficina detectó numerosas irregularidades que plasmó un informe al que no tuvieron acceso la Guardia Civil o la Oficina Antifraude del Parlamento balear, entre otras entidades que debieron conocerlo.
Las compras de Armengol
El informe de investigación que ha analizado THE OBJECTIVE muestra que, pese a que no se inflaron los costes de las mascarillas, sí se pagó por cerca de 22 millones de unidades que en ese momento no se necesitaban. Además, se utilizó el excepcional procedimiento de emergencia. Este instrumento también fue usado para anuncios en prensa relacionados con la covid –754.000 euros–, obras de reparación, servicios de asistencia a domicilio o a atención a víctimas de género –465.000 euros–. Estos asuntos, pese a que su urgencia no se cuestiona, no estaban incluidos en el Real Decreto 463/2020.
En el informe se destaca que se compraron 22 millones de mascarillas por el procedimiento de emergencia que en ese momento no eran necesarias. Se trataba de mascarillas quirúrgicas, cuyo uso no podía exceder de cuatro horas, para los primeros tres meses del estado de alarma. Las compras se hicieron pensando en 95.000 sanitarios, pero la red asistencial de las islas apenas superaba los 15.000 efectivos.
«Por tanto, aun suponiendo que todo el personal que forma parte del Ibsalut hubiera tenido que utilizar mascarillas quirúrgicas durante 12 horas y durante 99 días seguidos, se adquirieron seis veces más mascarillas quirúrgicas de las necesarias», señala. El coste del error alcanza los 8,8 millones. Destaca que no se puede criticar la excesiva previsión, pero sí utilizar la emergencia, haber acudido a proveedores desconocidos y pagar precios mucho más altos.
Traslado de las mascarillas
También incide el análisis del alto coste que supuso traer mascarillas de China a España mediante avión. Señala que el coste medio de cada vuelo de material sanitario de ida y vuelta entre Palma y Shanghái (20.000 kilómetros) debería haber ascendido a 146.394 euros. Mientras, en los Boeing 787 de Globalia los costes rondarían los 188.897 euros.
A partir de ahí, el organismo fiscalizador destaca que incluso tomando el dato de coste por vuelo más elevado –201.670 euros– para todos los trayectos y añadiendo un beneficio industria del 6%, «el sobrebeneficio obtenido por las compañías aéreas según el precio cobrado ascendería a casi 4,3 millones». «En particular, es destacable el traslado del material adquirido a AMS efectuado por Ethiopian Airlines Air Cargo, con el tipo de avión Boeing B777F», resalta el estudio. Esta compañía facturó por un solo vuelo más de un millón de euros.
La Oficina Anticorrupción describe el contexto que hace cuestionar los precios. Entre el 14 y el 18 de marzo se cancelaron innumerables vuelos con un total de 111 países que imponían restricciones. Mientras, la caída media de vuelos con respecto al mismo mes de 2019 superaba el 40%. «En estas circunstancias, es lógico pensar que hubiera sido posible conseguir precios más
asequibles para el transporte de las mercancías adquiridas. Hay que tener en cuenta la posición estratégica de Baleares en este ámbito y la multitud de compañías que operan en nuestros aeropuertos», destaca. Además, resalta que no debería haber sido contratar un intermediario para encontrar las compañías que pudieran hacer el transporte.
El papel de los intermediarios
Por último, incide en el papel de los intermediarios a la hora de traer mascarillas a España. Si bien señala que la falta de intermediarios suscitó problemas como calidad deficiente, falta de certificados e incumplimiento de suministros, la intermediación tampoco resulto perfecta. Destaca que llama la atención que dos de los tres intermediarios que utilizó Armengol sirvieron el material de forma «altruista». Mientras, el tercero facturó sus servicios no sólo sobre la compra del material sanitario adquirido, sino también sobre las gestiones con la compañía aérea.
