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Belarra deplora que Mónica García propugne la colaboración público-privada en sanidad

La secretaria general ‘morada’ asegura que con Podemos se hacían cosas en el Gobierno que no se hacen con Sumar

Belarra deplora que Mónica García propugne la colaboración público-privada en sanidad

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, junto a otros dirigentes y candidatos. | Servimedia

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, garantizó este viernes que nadie de su partido defenderá nunca la colaboración público-privada en la sanidad, como hizo la ministra del ramo, Mónica García, porque eso es «un eufemismo para defender la privatización». «Ésas no somos nosotras», se distanció expresamente de García y de Sumar.

En el mitin de cierre de la campaña de las elecciones vascas en Bilbao, Belarra abjuró rotundamente de la defensa que hizo García en una conferencia de la combinación del sector público y el privado, comparándola con la alternancia positiva de tomar ibuprofeno y paracetamol.

Así incidió en un reproche que la candidata de Podemos a la Lehendakaritza, Miren Gorrotxategi, le hizo en un debate a la de Sumar, Alba García, en su competencia por el electorado limítrofe. Belarra se declaró orgullosa de Gorrotxategi, por haber dicho «al resto de fuerzas políticas lo que nadie más se ha atrevido a decirles en los debates». También presumió del candidato por Álava, Juantxo López de Uralde, coordinador de Alianza Verde, partido con el que Podemos se presenta en coalición, por ser «la persona que ha hecho más para luchar contra la emergencia climática». El partido que éste fundó, Equo, se presenta dentro de Sumar.

Por lo demás, Belarra observó que el domingo, «cuando se abran las urnas, aquí no manda el PNV», sino que «manda la gente». Volvió a ese partido después de deplorar que el Consejo Europeo aprobara sanciones contra Irán después de que «nadie está siendo capaz de mover un solo dedo para pararle los pies a Netanyahu» y «los líderes europeos, incluido el señor Sánchez, están enterrando nuestro proyecto europeo bajo kilos y kilos de hipocresía».

En el contexto actual, dijo que hace falta «mantener las banderas de los derechos humanos y de la justicia social en pie» y que «eso significa no dejarse llevar por la corriente», lo que le sirvió de enlace para retomar su crítica a que «otras fuerzas políticas que dicen defender lo mismo que defendemos nosotras se dejan llevar por la corriente». En concreto, el PSE y EH Bildu, que a su juicio «se están peleando para ver quién gobierna antes con el Partido Nacionalista Vasco».

«Me lo esperaba del PSE pero no me lo esperaba de EH Bildu», aseguró, reprochando a este segundo partido que «cuando hay que elegir deja a un lado los derechos sociales y prioriza el eje de construcción nacional» junto al PNV. Así, postuló que sólo Elkarrekin Podemos «se presenta a estas elecciones con una prioridad absoluta, que son los derechos de los vascos» y «no se arrodilla» ante Repsol e Iberdrola.

«Es posible un Gobierno de izquierdas en Euskadi, pero sólo hay un voto en estas elecciones que garantiza ese Gobierno de izquierdas», repitió el estribillo recurrente de la candidatura. «Se puede ir más allá del Partido Nacionalista Vasco; no hay que resignarse a asumir que son ellos los que mandan y que no se puede hacer nada», sentenció.

Belarra rechazó que lo que hay que cambiar en Euskadi se pueda cambiar con el PNV, cuyo modus operandi describió como «clientelismo, que es corrupción», porque «si tenías el carné del Partido Nacionalista Vasco eso garantizaba que tenías la vida solucionada».

Podemos vs Sumar

Finalmente, la exministra de Derechos Sociales quiso marcar expresamente distancias con Sumar al rememorar que el paso Podemos por el Gobierno «no fue ningún camino de rosas», porque el PSOE y los medios decían que hacían ruido. «Bendito ruido», se congratuló, atribuyendo a él los avances del Ejecutivo, porque «hay que ir más allá de los límites del Partido Socialista, pero para eso hace falta ruido». Según ella, «cada vez más gente se está dando cuenta de que con Podemos en el Gobierno del Estado se hacían cosas y ahora no».

Aquí es donde, para cerrar su intervención, aseguró: «Nunca vais a escuchar a una ministra de Podemos defender el aumento del gasto militar». Y después: «Tampoco vais a ver nunca a una ministra de Podemos defender la colaboración público-privada, un eufemismo para defender la privatización de la sanidad. Ésas no somos nosotras».

El acto lo cerró la propia Gorrotxategi, en una intervención que dedicó casi en su integridad a los agradecimientos a sus colaboradores y que sólo al terminar animó a los progresistas a votar el domingo porque «la derecha siempre vota». «Y, si son de izquierdas, que voten de izquierdas. Y, para tener gobiernos de izquierda, que voten Elkarrekin Podemos», arengó, repitiendo el mensaje central de su campaña.

Antes que Belarra, el candidato por Guipúzcoa, David Soto, interpretó que las diferencias entre el Gobierno español anterior, con Podemos, y el actual, con Sumar, son «abismales». Al segundo le afeó políticas «regresivas» como el gasto militar, bajar el IVA a los marchantes de arte y entregar premios a toreros, de forma que «se acomoda a las lógicas del Partido Socialista» y acaba pareciéndose a él.

El coordinador de Alianza Verde y candidato de la coalición por Álava, Juantxo López de Uralde, aseguró que la campaña ha estado llena de «amor por la tierra», mientras el resto de partidos, incluidos los partidos que presumen de sentirlo, han «pasado de puntillas por la destrucción ambiental».

La coordinadora de Podemos Euskadi, Pilar Gallego, demandó «entrar en una nueva etapa» en el País Vasco y no en un «gatopardismo», el paradigma del cambio meramente cosmético. Reivindicó la palabra «seguridad» pero en su acepción, opuesta a la derecha, de que «los derechos básicos van a estar garantizados». Y, ante los votantes progresistas que dudan, se presentó como un partido «confiable que siempre ha cumplido lo prometido».

La portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Bilbao, Ana Viñals, fue la primera en intervenir, y desde el principio puso el foco en que nadie ha sabido contestar a Gorrotxategi en los debates por qué hay que gobernar con el PNV. También autodescribió a Podemos como «las que hemos condenado desde siempre todas las violencias», una alusión a la polémica de que el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, no lo hiciera con ETA, y terminó resaltando en clara oposición a Sumar: «Somos los auténticos, los originales, no la copia».

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