THE OBJECTIVE
Política

Mariló Montero: «RTVE está tomada por el PSOE»

La periodista navarra, muy crítica con el Gobierno de Sánchez, asegura que «Ayuso podría ser una buena presidenta»

Mariló Montero (Estella, Navarra, 1965) se santigua antes de comenzar la entrevista. No porque esto sea El purgatorio, para ella es costumbre el persignarse cuando entra a un plató. Católica, sí, pero crítica con muchos aspectos de la Iglesia, como el asunto de los abusos a menores. Crítica con Sánchez, asqueada por este Gobierno y, entre otros asuntos, por el control político que ejerce el PSOE sobre RTVE, la que fue una de sus casas periodísticas. Ha sabido cuidar su familia, su privacidad, nunca le ha enloquecido la fama, «no tiene nada bueno si te la crees». Educada, leal, habla con esa independencia que nace del carácter y del peso que dan los años de trabajo. Mariló, basta solo el nombre para saber que hablamos de ella.

PREGUNTA. – Me gusta mucho su conjunto blanco, muy elegante, aunque me consta que no sabe mucho de moda.  

RESPUESTA.- No tengo ni idea de la moda. Además es que detesto ir a comprar ropa porque lo paso muy mal. No me gusta meterme en una tienda, no me gusta meterme en el vestuario, hacerme 20.000 pruebas. O sea, es una de las cosas que más me disgustan. 

P.- Pero el hecho de que su hija Rocío se dedique al mundo de la moda, ¿no le ha acercado un poco?

R.- Sigo sin conocerlo. A veces pronunció más lo de shooting, lo del disparo de fotos por una campaña de publicidad o lo que sea.

P.- Repasando biografía, nombres y detalles, ¿su mejor obra vital han sido sus hijos?

R.- Sin ninguna duda, también he dedicado toda mi vida a ello. En mi caso estuve muy empeñada en atender la educación de mis hijos día a día, constantemente, y estar pendientes de incluso cuando no se comía la merienda y veía en la mochila que estaba dentro el examen que venía suspendido, arrugado, manchado de chorizo. Entonces he sido ese tipo de madre y supongo que habrá influido en algo también que sean ahora personas leales, trabajadoras y que apliquen mucho el sentido común a todos los vericuetos de la vida. 

P.- ¿Ser madre es lo mejor que ha hecho?

R.- Es lo que más me ha completado a mí, es mi sostén. Fíjate que ante la ausencia, ya por la edad de las personas mayores, padre, madre y luego tíos, donde solamente me queda mi tía Lola como referente mayúsculo. Entonces la presencia en mi existencia de mis hijos me da cierto cobijo. Es como esa copa del árbol bajo la que te sientas en el lomo de su tronco y puedas descansar con seguridad.

P.- Hablamos de Rocío y Alberto. Rocío, que se dedica con mucho éxito al mundo de la moda. Y Alberto, que ahora se dedica al mundo de la comunicación. Después de unos años en los que era el miembro de la familia que no aparecía en los medios y ahora de repente aparece, pero porque él hace programa de radio en la COPE.

R.- De eso tengo una anécdota buenísima, porque estábamos paseando por la calle hace muchísimos años. Entonces estaba Herrera, pues tenía algún libro, estaba otro mío y Rocío aparecía en una revista, y entonces se queda Alberto mirando el escaparate diciendo «Ahí falto yo» (ríe).

Mariló Montero durante la entrevista en THE OBJECTIVE – Víctor Ubiña

P.- La otra pata de la crianza era Carlos Herrera, y he decir que envidio mucho la forma en la que se terminó vuestra relación y habla bien de ambos, como personas y con una serie de detalles de cómo comportarse en la vida.

R.- Hay más cosas que nos unen que las que nos separan. Y lo digo siempre, es un acto de inteligencia, cuando ya se deciden tomar caminos independientes, saber que tienes una responsabilidad porque hay una familia que tiene que estar bien construida, estabilizada y bien enriquecida de amor y sobre todo de paz. Y no tenía por qué haber motivo para el conflicto, pero por si hubiera algún motivo o alguien quisiera interceder para que lo hubiera, pues desde luego no lo habrían conseguido, porque Carlos tiene también una cabeza muy bien puesta en este aspecto y yo también, claro está. Entonces es innecesario llevarse mal. Sobre todo también que es bonito enriquecer las cosas buenas que has vivido en común, que primar las pocas malas que hayas podido recordar.

P.- Mariló Montero entiende este oficio como un modo de vivir, aunque se va a tomar vacaciones, pero no yéndose de viaje a ningún lado.

R.- Ya solamente viajo fuera de verano. A los destinos que me comparto con mis amigos me gusta ir en temporadas bajas en las que realmente puedes disfrutar del país o de la ciudad en la que estás visitando. Y luego en el verano disfruto mucho en mi casa. Recibiendo a mi familia, a mis amigos y luego haciendo las cosas que realmente me apetecen.

P.- ¿España está necesitada de vacaciones?, ¿nos ve muy cabreados, muy cansados o muy hastiados de la realidad? 

R.- No por el hecho de que lleguen las vacaciones, como cuando llegan las fiestas de Estella o los Sanfermines, nosotros tenemos la costumbre decir «ya empieza a oler a Sanfermines». Como las madres cuando empiezan a mover las ropas de los altillos y sacan la ropa blanca, y cuando pasa por la lavadora, la plancha y los pañuelicos rojos empiezan a hacer una especie de perfume en casa y anuncian la llegada de las fiestas de Estella o de San Fermín.

Y cuando llega el verano también nos llega una especie de aroma en el que la gente lo conjuga con el cansancio físico y que ya justifica que se puede tomar su descanso. Pero efectivamente, el cansancio que tenemos en España es culpa de la tensión política y la crispación política a la que nos están sometiendo constantemente. Y está haciendo que lo que pasaba en Cataluña, la división de familias por el problema del conflicto catalán y del golpe de Estado que dieron, cuando se separaron familias y había discusiones en las mesas. Aquello se está trasladando ya claramente entre los amigos de toda España.

P.- ¿Le cansa la actualidad?

R.- No debe cansarme la actualidad y no debo cansarme yo. Si que es verdad que alguna vez me refugio en algún maestro o me quiero inspirar en algún maestro periodista para saber manejar la crítica política con serenidad. Porque hacer una crítica desde la irascibilidad hace que pierdas crédito. Entonces es una escuela en la que estoy emprendiendo y digo yo que estaré en el primer trimestre.

P.- O sea, que no le lleve la ira. 

R.- La ira hace perder mucho la razón. Tenemos un presidente que es tan mentiroso que ha hecho que el comportamiento de su entorno, de todos los ministerios, que tiene 22, más de 10.000 asesores, sean fábricas de mentiras constantes que están soltando bombas de humo para tapar sus casos de corrupción y todo lo que tenido que hacer con la malversación, la prevaricación, con la amnistía, con los indultos, ahora con los ERE. Es tal disparate lo que está haciendo y todas las cosas que está haciendo, que está llevando a que terminemos cabreándonos. Y decir, ¿por qué la sociedad no reacciona? Entonces esto te enfada porque ni es que no quiere que haya alternancia política, es que su objetivo es acabar con el PP.

Él empieza a adjetivar como «la derecha, la ultraderecha, la fachoesfera, el fango» y todo esto, entonces esto está provocando que por la otra parte haya una reacción también alterada. Contestar a todos esos gritos que ellos profieren, tipo María Jesús Montero o Yolanda Díaz, en la otra parte se responde con cierta serenidad y parece que esa serenidad no compensa al votante que lo que busca en ellos son respuestas un poquito más violentas. Entonces, claro, cuando haces una crítica también desde ese aspecto, pues a mí no me gusta tanto, pero bueno, es inevitable. También es un poco de perfil de mi carácter.

P.- Ya que estamos en esta España tan polarizada, ¿algunos amigos le han reprochado alguna opinión suya?

R.- Normalmente no tengo ningún conflicto con los amigos porque es verdad que también separamos bastante la política de nuestras diversiones y nuestras conversaciones. Pero cómo sí que en mi entorno hay de todo tipo de ideologías, recuerdo una vez donde después de comer, de hacer una comida larga y cuando llegó el segundo gin-tonic, empezó a relajarse la cosa y se estaba convirtiendo aquello en una discusión. Entonces yo apoyé mi espalda en el respaldo de la silla y con el gin-tonic en la mano le dije: «A ver, tú defiendes los derechos humanos, yo también defiendo los derechos humanos. Tú quieres que todo el mundo tenga trabajo, yo también quiero que todo el mundo tenga trabajo.

Tú quieres que todo el mundo cobre bien para que se compre un piso y que todo el mundo tenga un piso, yo también lo quiero. Quieres que las personas LGTBIQ, las lesbianas, los transexuales, los gays, todos tengan derechos, yo estoy deseando verlos trabajar y que tengan todos los derechos. Y así sucesivamente, todo eso pues lo quiero. Y tú eres de un partido y yo de otro, ahora dime tú qué pasa para que estéis insultando y odiando constantemente».

«Las mujeres estamos luchando para que eso se acabe y Yolanda Díaz está todo el rato tocando y besuqueando»

P.- Sobre mujeres en política, ¿cuáles te cabrean y cuáles te gustan?

R.- María Jesús Montero es una mujer que ha hecho siempre política desde que estaba en la Junta de Andalucía, desde el desconocimiento, porque ella era una mujer que no estaba en la política en absoluto y era una mujer que siempre se había demostrado que no estaba tan documentada como requería para los cargos, que luego fue asumiendo y adquiriendo en la Junta de Andalucía, rodeada siempre de una exposición pública bastante irascible.

Y lo ha llevado también a nivel nacional, ese tipo de perfil que es ella. Es una mujer que crispa mucho. Nadia Calviño me decepcionó porque era una mujer que me producía cierta admiración y traída de Europa y una mujer que era independiente, que no estaba afiliada al PSOE. Yo albergué muchas esperanzas en el perfil femenino de una mujer que en política y en economía podría hacer grandes cosas, pero no sé, parece que las inoculan con una pastilla por la mañana y por la tarde pierden la moral, la ética y la personalidad.

P.- Ya que mencionaba la exposición pública de Montero, de la vicepresidenta Yolanda Díaz, en su exposición, se dice que es muy cariñosa.

R.- Para mi gusto excesivamente tocona. En contextos políticos, públicos y empresariales, no pega eso. Si estamos luchando las mujeres para que se nos de la mano a la hora de saludarnos. Tú vas, por ejemplo, a una recepción oficial y los hombres os dais las manos, ¿a las mujeres por que nos tenéis que dar un beso? No es porque seamos desagradecidas, bordes o antipáticas, es una zona de trabajo, es un lugar oficial, y das la mano, es un saludo cordial. Estamos las mujeres luchando para que eso se acabe y ella está en el Gobierno, besuqueando, tocando, dejando carmín de labios en las mejillas de los políticos. Es muy tocona, toca los pelos de los empresarios, las caritas. Es excesivamente expresiva físicamente para el cargo que ostenta. 

P.- María Dolores Leonor Montero Abárzuza, o sea, Mariló Montero, ¿cuándo la empezaron a llamar Mariló?

R.- Me iban a llamar como mi abuela. Soy María Dolores Leonor, por mi abuela Leonor y mi tía Lola, hermana de mi madre, que vive todavía en París, apareció con una pulserita, una esclava de oro de las que se llevaban antes. Era una chapita rectangular, alargada, chiquitita, que ponía en la parte interna, en el revés ponía la fecha de nacimiento y la parte superior ponía Mariló. Y entonces se quedó Mariló por esa pulserita que trajo mi tía Lola. 

P.- Uno de esos elementos que define la fama es que no hace falta decir apellidos. Cuando se habla de Mariló, se entiende que siempre hablamos de usted.

R.- Eso está bien.

P.- ¿Le gusta la fama?

R.- Me gusta cómo manejo la fama. Es tu principal enemigo para perder la razón y el raciocinio.  También viene con progresión. Una cosa es que seas un famoso de Operación Triunfo y que de la noche a la mañana como Bustamante, pases de albañil a cantante y tengas a 3000 personas en un concierto y te vuelvas majareta. Es muy diferente a que esto sea progresivo. Porque yo empecé a trabajar en la radio con 17 años y ha pasado un poquito de tiempo y no he dejado de estar en la radio, en la tele, hasta el día de hoy. La fama no tiene nada bueno si te la crees, y el primer error de la fama es creerte más que el de al lado.

P.- Dijo José Ramón de la Morena cuando se fue de Onda Cero y se retiró de la radio: «Ya sé lo que es estar en la élite, pero cuesta más de lo que vale. Te quita cosas que no puedas recuperar y que a ti te sobran». ¿La élite cuesta más de lo que vale?»

R.- No considero que esté en la élite, pero es que yo he preservado mucho mi vida privada. Muchísimo. Y también es cierto que a lo largo de los años en los que yo estaba enfocada en la educación de mis hijos, he renunciado a muchísima televisión. Para empezar porque nos fuimos yo trabajaba en Telecinco con Luis Mariñas, y de ahí fue que nos trasladamos a vivir a Sevilla. Yo no tenía trabajo en Sevilla, me tenía que buscar las castañas y yo ya estaba en los informativos de Telecinco. Entonces he dejado pasar tantísimas oportunidades que a mí no me puede pesar en absoluto.

Ahora no puedo estar rebobinando de si hubiera cogido aquel programa que era súper estrella, que era un programa de éxito, que el proyecto estaba muy refrendado, muy apoyado. No hago ese tipo de revisionismo, estoy muy bien con mi presente y construyo además mentalmente mi presente, porque cuando ya estás con los hijos que están independizados y tú ya tienes una vida que está encauzada. Yo he formado un estilo de vida y me gusta mucho viajar y me gusta mucho trabajar, pero combinar ambas cosas y en eso estoy tratando de ser coherente y lo soy con mi presente y estoy muy bien como estoy.

Mira, recuerdo una escena en la que yo presentaba una gala, creo que estaba Rocío Jurado, era una cosa importante del cáncer. Les había bañado, les había dado la cena y teníamos una persona en casa, María José, que es maravillosa, que sin ella no hubiera podido hacer yo ni la mitad de la media. Y entonces empecé a maquillarme, a peinarme, a vestirme caían chuzos de punta y mi hija me vio vestida de noche y me dijo «Mamá, no te vayas». Aquella escena me pareció tan desgarradora que le dije: «no te preocupes, hija, es la última gala que voy a presentar».

Entonces yo no puedo decir lo de José Ramón de la Morena, esto de que la élite me ha hecho perder cosas, no me las he perdido. Ha habido puntuales sacrificios, claro. Cuando me vine, por ejemplo, después de mi divorcio a trabajar a Madrid, tuve que combinar que mis hijos estaban viviendo en Sevilla y yo estaba viviendo en Madrid, pero les llamaba todos los días, les escribía todos los días y los dos estaban al año siguiente conmigo aquí. No considero yo que haya renunciado, que haya perdido.

La periodista navarra posa en la sede de THE OBJECTIVE – Víctor Ubiña

P.- ¿Cómo ve el periodismo de hoy? Lleva 30 años de carrera, sino más, ha hecho periodismo en muchas modalidades y seguro que tiene una visión personal de cómo está la profesión.

R.- Veo el oficio muy expuesto. A ver, no es una novedad que el periodismo es una de las carreras más importantes que hay para que se fiscalice la verdad y al poderoso. Y ahora mismo yo creo que tienen bastante trabajo los investigadores, sobre todo porque tenemos enfrente un Gobierno que está haciendo muchas cosas y que luego las niega. Entonces, en general yo estoy viendo a nivel global que los periodistas están muy expuestos, y están dando cada uno mucho la cara, posicionándose políticamente. Y eso podríamos haberlo ahorrado porque llevamos muchos años sabiendo cada uno de donde es, pero por lo menos con cierta discreción y elegancia. Ahora se hace de una forma muy frontal, a pecho descubierto. 

P.- Vamos, que según usted se han perdido las formas.

R.- Yo creo que sí, un poquito, hay que estar más recogido. Pero la situación política que ha generado este hombre, Pedro Sánchez, ha llevado a este tipo de división. Tienes TVE totalmente colonizada, tienes a Cascajosa, presidenta de RTVE, que es militante del PSOE. No se cortan un pelo, tienen el consejo bloqueado, están haciendo contratos millonarios. Cuando yo he estado trabajando en Televisión Española, y siempre estaban los sindicatos diciendo que había que fomentar la producción propia, y estábamos haciendo proyectos para que fuera producción propia. Pero era imposible, porque los horarios, porque los permisos, porque el bocadillo, porque las cosas…

Y luego metes una productora que combina con la parte técnica de Televisión Española y ves dónde están los compañeros que trabajan de maravilla porque suelen estar ahí. Han estado los mejores profesionales en Televisión Española, entonces hacer esas coproducciones era maravilloso. El programa que hicimos nosotros en TVE, que duró ocho años porque yo me fui voluntariamente, era muy competitivo. Luego María Teresa Fernández de la Vega quitó, por orden de Zapatero, la publicidad y sabíamos que nos íbamos a ir al ocho, pero nosotros estábamos en el 14 de audiencia de media, o sea en unas cifras muy competitivas contra Susana y Ana Rosa.

Es que estábamos lidiando muy bien, pero bueno, aquello desbarató absolutamente toda la estrategia. Y cuando tienes a todo el mundo vigilándote, ahora de repente se hacen con Televisión Española y están haciendo con producción ajena todos los programas estrella de la casa. Entonces, ¿a qué lectura lleva esto? Esta casa es mía, los sindicatos o los trabajadores que son de ese tipo de reivindicación, esta casa es mía y voy a colonizar, voy a hacer una fábrica de ideologización pública. Entonces todos los programas que haga informativos, entretenimiento, todo tiene que estar ahí y hay un sufrimiento tremendo porque muchos compañeros dentro que no pueden trabajar con libertad, que es muy difícil esa convivencia.

P.- Cómo ha sido durante muchos años su hogar, ¿le duele ver cómo está RTVE?

R.- Claro que me duele. Es que tendría que ser una cadena ejemplar. Es tan bonito luchar por la ejemplaridad y están minando el prestigio de todos por un grupúsculo. No hay derecho. Y sobre todo, no puedes quedarte con una cosa que no es tuya. La Radiotelevisión Española es de toda España, de todos los españoles, pero claro, si un grupo de gente se sindica y se mete a hacer trabajos políticos por encargo políticos, estás acabando con todo un medio de comunicación. Entonces lo estás convirtiendo en una vergüenza. Eso es lo que está pasando, especialmente ahora.

P.- ¿Diría entonces que RTVE está tomada por el PSOE? 

R.- Ahora, totalmente, sin dudarlo. Es una casa que está tomada por encargo de Pedro Sánchez, que está poniendo a dedo a presentadores, pues qué pena que pierdan también su brillo y su nombre y su prestigio porque te señale un político concretamente para colocarte ahí. Y con tantos millones y la mañana y la tarde y la noche y el entretenimiento y que la audiencia luego sea tan frustrante porque no funciona. Y hay cientos de personas que han estudiado periodismo a lo largo de su vida y que no pueden ejercerlo como quisieran. Grandes reporteros.

Yo he tenido en la mañana de TVE una cantera, un equipo bueno que tenías que ver cómo hacían los directos, las investigaciones, los viajes para cubrir toda España desde un riachuelo, un incendio, un crimen, una situación política. Mañana, tarde, noche y madrugada no miraban la hora. O sea, era una maravilla cómo trabajaban y ¿dónde están ahora? No es que brille uno, es que brille el equipo entero. Que la gente sepa quién es el que hace ese directo. Nombre y apellido. La gente que ha estudiado la carrera tiene derecho a hacerse su propia identidad y no puede depender del brillo del nombre de la persona que lidera ese programa en detrimento de tu personalidad pública. Eso es lo que hay que fomentar, que cada redactor, redactora, periodista tenga su propia entidad y su propio nombre.

P.- Entiendo por sus palabras que no le gustó el fichaje de David Broncano para TVE.

R.- No me gustó la forma de Pedro Sánchez de encargar el fichaje de Broncano. Eso no se puede hacer así, no se debe hacer así. Tienes que elegir a las personas por lo menos de una forma más decorosa. Disimula un poco, pero es que eso fue una guerra. «Hay que acabar con El hormiguero, hay que hablar con Pablo Motos».

Chico, que insidia tienes con este pobre hombre. Motos es alguien que lleva trabajando toda la vida y que ha hecho la combinación perfecta durante al menos 18 años, que les va de maravilla con El Hormiguero y Pedro Sánchez se revuelca en el sofá, piensa que están todos los días criticándole.

Es un programa de entrevistas y de humor y hacen una tertulia que hablan un poquitico de política a la semana, porque lo demás es humor. Es enfermizo. No soporta que se le critique absolutamente nada. Entonces hacer de Kim Jong-un y coger una televisión, a mí lo que me sorprende es que haya gente que le sigue y que pierda su dignidad y su vocación.

P.- La persona que hoy copresenta el programa de las mañanas de TVE, Silvia Intxaurrondo, ¿le gusta su modo de ejercer el oficio?

R.- No la he visto tanto. Sí que sé que hay preguntas que son las que te salen luego en redes sociales, donde se le señala como una comisaría política de Pedro Sánchez. Pero bueno, de esos ha habido toda la vida. Iñaki Gabilondo también lo ha sido toda la vida y es un hombre que lleva el prestigio por antonomasia, el gran Gabilondo, el ejemplo periodístico, ha sido un hombre que siempre ha trabajado para el Partido Socialista, no es ninguna novedad y hay muchos otros.

Te puedo decir de derechas, de izquierdas y de centro y periodistas con ideologías marcadas. Ha habido toda la vida. También me parece injusto señalar a Silvia ahora, cuando lo ha habido de toda la vida. 

«Lo de Sánchez es enfermizo, no soporta la crítica»

P.- Pero una cosa es que sean de ideología distinta y otra diferente es que sean comisarios políticos.

R.- Pero comisario político es el diario El País, es comisario político toda la vida del señor. O sea, eso lo ha dicho José Bono, lo ha dicho todo el mundo. Felipe González decía el otro día que él nunca había llamado al periódico para pedir nada en concreto. Él no, vale, pero otros sí. José Bono escribió un libro y hubo una entrevista en el que decía que él llamaba El País para pedir que se hicieran ciertas cosas, y ahora Pepa Bueno está dirigiendo El País y está a la orden de Pedro Sánchez.

Y Àngels Barceló en la Cadena SER está con su ideología, pero lo ha tenido siempre. O sea que no es malo eso, cada uno tiene la suya, pero ahora cada uno tiene los encargos que tiene. Tú tienes que hacer programas de derechas, en cadenas de derechas, de izquierdas y cada uno sabe a quién contratar. A mí desde luego, ya sabes que Televisión Española no me va a contratar ahora. 

P.- En su etapa como rostro de las mañanas de la televisión pública, ¿intentaron meter la mano en su programa?

R.- A mí nadie me llamó. Sí que tuve una directora que era un desastre y rompió toda la magia del programa. Destrozó todo lo que habíamos hecho a lo largo de ocho años. Fíjate si yo entré y estaba Zapatero en el gobierno y me contrataron en TVE. Para que veas cómo se puede hacer el convivir sin ideología, sin fomentarla, sin mostrarla, sin entregarte a ella, hacer televisión y hacer una televisión muy bien equilibrada. O sea, había de todo. Tú no tenías el carné del partido en la boca. Entonces, teníamos un programa maravilloso. Y llegó esta mujer y empezó a hacer muchas tonterías. Y como no sabía de televisión, se cargó el programa. 

P.- ¿Tiene sentido que existan teles públicas? Es otra pregunta que a veces surge, ¿tiene sentido que Andalucía tenga su tele pública o que la Comunidad Valenciana tenga la suya?

R.- Sí tiene sentido que haya televisiones públicas, por una razón fundamental, porque a través de mi experiencia en Canal de Canal Sur, a lo largo de todos estos años, en una comunidad que tiene ocho provincias y que tiene una extensión de territorio tan grande y tan magnífico, los ciudadanos tienen derecho a que se les cuente periodísticamente las cosas que suceden en su localidad, en su provincia, en su región, en su comunidad y luego ya se atiende la información nacional.

Si no existieran las cadenas autonómicas, probablemente la información local regional no se atendería. Tú vas a Castilla-La Mancha y se dedican a las frutas, hortalizas, trabajos y contenidos de Castilla La Mancha. Vas a Galicia y tienes un programa presentado en gallego por una persona que conoce Galicia, que vive en Galicia y que habla de las cosas de Galicia. Eso no lo va a hacer Madrid. De hecho, en Madrid te sientas en un plato y es «aquí en Madrid», en la radio, «aquí en Madrid».

P.- ¿Cree que volverá a presentar un programa en una tele nacional?

R.- No tengo ni idea. Sí que es verdad que puede que haya un cambio generacional y que ahora, cuando no tienes un programa de televisión, pues estás de colaboradora de programas de televisiones, pero los chicos lo tienen más fácil para retomar, independientemente de la edad. El prime time son todos tíos, dime una tía que haga un late night.

P.- De hecho, esta temporada que empieza en septiembre, estará Carlos Latre en Telecinco, Pablo Motos en Antena 3, Broncano en TVE y Wyoming en La Sexta.

R.- Esto es el debate de siempre. Estadísticamente, y estos son los números, la mayoría de los medios de comunicación están dirigidos por hombres. Todos los staff son varoniles en las televisiones, en las emisoras de radio y en los periódicos también, no hay ningún periódico deportivo que esté dirigido por una mujer. De los periódicos nacionales creo que está Pepa Bueno. Es un problema.

Nos dejan todavía estar en lugares que parece que nos dejan estar de prestado. Como decir «es que hay que meter a una mujer porque es que no se les ocurre porque no hacen lobby». Parece que las tías que no están en ese lobby no caben en tu pandilla. Y es un defecto muy grave, sobre todo porque se sigue sin aceptar la aportación de la visión femenina, de la preparación femenina en la construcción política y social y económica. Se gobierna muy bien desde la política femenina. Se ahorra más, se es más sereno, se suelen tener mejores resultados.

Espero que se sigan abriendo caminos para que ellas, las jóvenes de hoy, puedan tener una presidenta de Gobierno. Sería estupendo que la hubiera. Ayuso podría ser una buena presidenta del Gobierno. Tiene mucho carácter y sabe enfrentarse muy bien a Pedro Sánchez, que le cabrea enormemente. 

P.- O sea, Feijóo le parece un poquito blando.

R.- No, Feijóo no es verdad que me parezca blando. Lo que pasa es que Feijóo tiene una educación exquisita y lo que hace es una política desde la experiencia, el conocimiento y desde la serenidad. Pero Isabel tiene la juventud y el punch de contestar rápido, contundente. Y le crispa a Pedro Sánchez.

P.- Mariló, me encantó conocerla, no sé si me dejo algo en el tintero.

R.- Hay una cosa que me preocupa enormemente, que es que estamos, como decía Walter Cronkite, «esto es lo ocurrido, así se lo hemos contado». Estamos viendo lo que está pasando, estamos contando lo que está pasando, pero no estamos evitando lo que está pasando. Y es muy grave realmente lo que está viviendo España por culpa de este Gobierno.

Me consuela que el Consejo General del Poder Judicial ha llegado a un acuerdo que está repartido, pero lo que está haciendo el Tribunal Constitucional es tremendamente grave y más grave todavía que de los siete votos a cuatro por de los ERE, por ejemplo, está el papel de los jueces.

Que los jueces que han votado después de toda su vida de carrera de prestigio no tengan dignidad de enfrentarse a Conde Pumpido o al fiscal también del Tribunal Constitucional y al otro de la Fiscalía de enfrentarse y votar independientemente de la ideología. No me puedo imaginar que esos jueces y magistrados les obedezcan a todos. 

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