La ANC prepara una «defensa popular» para que Puigdemont cruce sin peligro la frontera
La entidad no ve capacidad de movilizar a los suyos en la Diada y lo fía todo a la vuelta del expresident
La cadena humana de la ANC en la Diada de 2013. | Wikipedia
La nueva dirección de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) baraja entre sus primeras acciones contribuir a la «integridad» de Carles Puigdemont si finalmente cumple su promesa electoral y se decide a volver a España. La entidad, que no vive su mejor momento y ha sufrido divisiones internas, busca la manera de respaldar al líder de Junts sin enfadar a otros sectores críticos con los posconvergentes y que piden actuar al margen de los partidos políticos. No obstante, respecto a la figura del «presidente legítimo», que fue cesado tras la intervención de la autonomía en virtud del artículo 155 de la Constitución, consideran que hay que movilizar a los ciudadanos si las autoridades españolas intentan detenerlo.
La nueva dirección, encabezada por el cantante Lluís Llach, a quien se considera afín a los intereses de Junts, está diseñando una estrategia de «defensa popular de su integridad si el poder judicial español intenta arrestarlo». Así lo han admitido desde la entidad en una declaración política en la que también han reclamado a Junts, ERC y la CUP no llegar a pactos con el PSC ni con ninguna otra formación no independentista.
Si en el pasado acompañaban a los sucesivos presidentes autonómicos ante los tribunales -desde a Artur Mas a Quim Torra-, ahora quieren que el grueso del movimiento independentista actúe como una suerte de escudo humano si Puigdemont cruza la frontera. El propio Puigdemont ha dejado claro en varias ocasiones que su retorno no será una «frivolidad» y que tendrá un contenido político, nunca personal. Y la entidad ha tomado nota de ello.
Acción más potente que la Diada
Siguiendo esta lógica política y no partidista, desde la entidad de referencia del independentismo quieren ofrecer a la comunidad internacional la imagen de miles de catalanes apoyando a Puigdemont al cruzar la frontera. Se trata, también, de denunciar los «abusos del poder judicial» sin importar si los ahí reunidos son votantes de Junts, ERC, la CUP o cualquier otro partido independentista.
Precisamente, la ANC ha estado debatiendo estos días cómo será la próxima Diada, el día 11 de septiembre. Sus manifestaciones han ido perdiendo afluencia año tras año, y ya no pueden proyectar esas imágenes de centenares de miles de independentistas en las calles de Barcelona, con coreografías e indumentaria de los mismos colores, que desde una vista área lograban cierto impacto mediático. En consecuencia, y con el fin de evitar que se hable de pinchazo, estudian descentralizar los actos de la Diada por toda la región.
En esta coyuntura desfavorable para la movilización durante la Diada, la ANC fía a la llegada de Puigdemont el revulsivo que necesita el movimiento. «Hay mucha gente que quizás no vote a Puigdemont, pero que iría a recibirle si llega», explica un miembro de la entidad a THE OBJECTIVE.
Contra la investidura de Illa
Por otro lado, la entidad también ha solicitado a Junts, ERC y la CUP no proporcionar «ningún apoyo activo o pasivo» a una eventual investidura del primer secretario del PSC, Salvador Illa, como presidente de la Generalitat. Acusan al líder socialista de presentar desde hace años el plan independentista «como la causa de la supuesta fractura de la convivencia en Cataluña y su decadencia».
«Los partidos independentistas no pueden votar a un candidato que en el conflicto con el Estado español apoyó la aplicación del artículo 155 y defiende las posiciones del Gobierno de España, los tribunales y el resto de instituciones españolas», añaden. En la misma línea, consideran que no deben apoyar «a un candidato que cambia de manera sistemática al castellano en sus actos públicos», actitud con la que opinan que degrada el prestigio y uso del catalán.
En caso de una eventual investidura de Illa, la ANC avisa de que intensificará el plan de movilizaciones, también si hay una repetición electoral. Además, defienden que el acuerdo entre Junts, ERC y la CUP para constituir una Mesa independentista muestra «el potencial de los acuerdos entre fuerzas independentistas y señala el camino para recuperar la mayoría electoral».
