El 'plan B' de Sánchez: pide estimaciones electorales «a medio plazo» para 2026
El presidente ha encargado proyecciones de voto del PSOE para tres escenarios: a 12, 24 y 36 meses
La posibilidad de un adelanto electoral en esta legislatura no es ciencia ficción, sino realidad. Frente al discurso oficial de que a la legislatura le quedan tres años, el Gobierno admite en privado que Pedro Sánchez tiene en mente pulsar el botón electoral antes de agotar el mandato, y que éste podría no pasar del 2026. Según las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, el presidente del Gobierno ha encargado a su equipo electoral diferentes estimaciones de voto a 12, 24 y 36 meses para conocer la proyección de voto del PSOE a medio y largo plazo. Un encargo que Pedro Sánchez realizó a la vuelta de las vacaciones, tras las derrotas parlamentarias en el Congreso y ante el temor a una moción de censura de las derechas.
Pese a que la negociación ahora con Junts está encauzada tras la reunión de Santos Cerdán y Carles Puigdemont en Ginebra, la consiguiente cesión de la desclasificación de documentos del CNI y la reactivación de las comisiones de investigación, Pedro Sánchez no se fía y se mueve en una doble pista. De un lado, negocia una nueva senda de estabilidad con Miriam Nogueras; del otro, ha dado la orden de activar al partido y el Gobierno para «estar preparados» por si, ante un eventual fracaso de los presupuestos generales del Estado, se viera forzado a activar su ‘plan B’. En el PSOE existe además el temor a que Puigdemont pueda incumplir su promesa de no respaldar una moción de censura con el PP y pillar con el pie cambiado al partido. «Pedro llegó con una moción de censura y se irá con una moción de censura», vaticinan algunos de los sanchistas ‘pata negra’.
¿Cuándo serían las elecciones? Según las fuentes consultadas, el escenario que tiene en mente el jefe del Ejecutivo es el del «medio plazo», entre la primavera y el otoño de 2026, a medio camino entre los dos primeros escenarios (12 y 24 meses) de los que ha pedido conocer la estimación de voto del PSOE. Desde hace semanas, vienen mostrando en Moncloa una obsesión por alcanzar el 35% de voto. El eje de la estrategia socialista es «aniquilar a Sumar», aprovechando el hundimiento electoral de su socio minoritario, que ya se sitúa en el entorno del 6%. A diferencia de Podemos, el de Yolanda Díaz es un votante más propenso a aglutinarse en el voto útil del PSOE, lo cual permitiría a Pedro Sánchez arañar los tres-cuatro puntos que le faltan para ascender al codiciado 35% del electorado.
«Obsesión por el 35%»
Ahí es cuando, según Moncloa, se produciría el «vuelco» entre el PSOE y el PP en la primera fuerza electoral. Lo que los estrategas socialistas llaman «tijera», un sorpasso entre las dos principales opciones electorales. Una cuestión relevante para rentabilizar al máximo las opciones de la izquierda. Primero, porque la diferencia de tres puntos en la tercera o cuarta fuera (Sumar) o en la primera o segunda (PSOE) podría suponer una decena de diputados más, por el castigo que la Ley D’Hont aplica en las circunscripciones medianas y pequeñas a las terceras y cuartas fuerzas políticas. Y segundo, porque la posibilidad de escalar hasta la primera posición conllevaría una «prima de representación» para el PSOE que, en función de la distancia entre las dos primeras opciones electorales, podría rondar los 20 escaños.
De lograrlo, Pedro Sánchez podría obtener al menos la autoridad moral de haber ganado las elecciones a Alberto Núñez Feijóo, después de que el 23-J de 2023, el líder del PP se alzara con la victoria con 137 escaños frente a los 121 del PSOE. Y tampoco es ciencia ficción que pudiera lograrlo. Aunque se trata de elecciones de distinta naturaleza, el PSOE subió cinco puntos en apenas en un mes, desde las elecciones municipales del 28-M hasta las generales del 23-J. Alcanzó el 31,68% cuando la candidatura Sumar alcanzó la cota del 12,33%. Ahora no llega a la mitad de su representación hace un año. Según las estimaciones socialistas sobre la base de los microdatos del CIS, el PSOE estaría en estos momentos rondando el 32% de voto frente al 30% de voto del PP. Una distancia de dos puntos porcentuales que cuadra con el 2% de margen de error en una encuesta y que supondría un empate técnico de libro.
La economía, como reclamo electoral
Sin embargo, en la mesa demoscópica de Ferraz alegan que esta estimación se produce en el peor momento de la legislatura, tras varias derrotas en el Congreso y a la espera de certificar el desbloqueo de la negociación presupuestaria o, por el contrario, la definitiva defunción de las cuentas públicas. Sólo una mejora del clima político, la aprobación de los PGE y/o de otras iniciativas, permitirían un empujón a la intención de voto de Pedro Sánchez. Porque esta idea es fundamental: sin presupuestos, habría elecciones, pero con presupuestos, también. La obsesión por el 35%, el encargo del presidente de hacer proyecciones de voto a 1,2 y 3 años vista, y el fichaje de uno de los más experimentados demóscopos españoles, José Pablo Ferrándiz, como gurú electoral en Moncloa, convergen en el mismo punto.
Pedro Sánchez está en un momento parecido al que precedió al adelanto electoral del 23-J. Sabe que, a medio y largo plazo, la tendencia de voto del PSOE será descendente, y estima que el empeoramiento de los indicadores económicos se producirá en el segundo semestre del 2026. Por eso, en el PSOE esperan que las elecciones sean antes para poder seguir rentabilizando la cascada de buenos datos económicos. No en vano, una de las estrellas ascendentes del Consejo de Ministro es el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, quien se espera que ocupe un papel relevante en la remodelación del Ejecutivo que se producirá tras la salida de Teresa Ribera para ocupar la vicepresidencia de la Comisión Europea. El ministro Cuerpo, a quien el PP sigue vetando en la sesión de control del Congreso, ha iniciado una tournée mediática por los mismos programas que transitó Pedro Sánchez en la campaña del 23-J para atraer el voto joven. Una pista, a juicio del PSOE, de que la Economía será sin duda un reclamo electoral y la confirmación de que habrá adelanto antes del 2026.