THE OBJECTIVE
El purgatorio

Javier Nart: «El PSOE tiene el pensamiento sodomizado»

El exeurodiputado por Ciudadanos analiza la actualidad española en ‘El purgatorio’ de THE OBJECTIVE

Los más talluditos del lugar recordarán aquel Tribunal popular de TVE, donde se recreaba un juicio más al estilo yankee que hispano. Allí, actuando como el Ministerio Fiscal, estaba Javier Nart (Laredo, 1947), con una barba frondosa que hoy ya ha desaparecido y unas gafas casi idénticas a las que porta sobre su rostro. Esa montura invisible para un fino observador de la realidad política de esta España siempre en perpetuo debate. Entre tantas cosas, el abogado catalán ha estado y mucho en política, aunque él nunca se defina como político. El ser y el estar, esa diferencia que realza lo sublime del castellano frente a otras lenguas. Él está en El purgatorio para no callarse tema alguno, incluso para enlazar una macedonia de asuntos en una única respuesta. La entrevista, si me permiten rememorar el show televisivo de finales de los 80, está lista para su sentencia.

PREGUNTA.- Mientras España está a medio hacer, como siempre, estuve leyendo a Carrère y su libro Limónov, una biografía espléndida, donde hay lugar para hablar de la URSS y su caída. Subrayé la frase del compañero de Lenin, Piatakov: «Un verdadero bolchevique, si el Partido lo exige, está dispuesto a creer que el negro es blanco y el blanco negro»

RESPUESTA.- Pero es que eso no es el partido bolchevique, es del Partido Popular, del PSOE y del sursum corda. Esto es lo que se llama la dictadura del Secretariado. Hay lamentablemente una partitocracia donde las ideas han dejado lugar a la gestión del poder, la gestión más cínica del poder. Y la prueba más evidente de todo ello es Pedro Sánchez. Eso del manual de resistencia lo que significa es: «A mí me da igual como vayan las cosas, porque aunque yo tenga incluso minoría en el Parlamento, sin Parlamento, seguiré yendo para adelante porque es imposible que me hagan una moción de censura».

En consecuencia, antes los partidos eran gestores de ideas. El PSOE en la República tenía unas ideas muy definidas: una infantiloide revolucionaria y al final nos llevó al desastre de Largo Caballero; otra de izquierdas retórica, pero con algún sentido común más, que era la de Prieto; y una ética profunda, que era la de Besteiro. Al final, Besteiro se quedó y terminó en la cárcel. Y los demás, como las ratas cuando se hunde el barco, los primeros que se fueron serían ellos, los líderes. 

P.- ¿Cómo vive el señor Nart, que nunca se ha definido como político, la política?

R.- El castellano es un idioma magnífico que, a diferencia del inglés, diferencia el ser y el estar. Es muy distinto el tránsito que es el estar. Y yo no he sido político en mi vida. He militado en el Partido Socialista Popular, incluso en el franquismo, después en el PSOE, hasta que me hartó la corrupción, me fui a mi puñetera casa y empecé apoyando a un partido en el que no creía nadie.

Un partido con gente extraordinariamente brillante, que era Ciudadanos. Después, Albert Rivera, en un alarde, yo te diría de más que de fe y esperanza, no sé si de caridad, me dijo que fuera a las elecciones europeas. Yo quería seguir siendo abogado, ya llevaba 48 años y medio de abogacía. Entonces me di de baja del colegio porque no era posible compatibilizar por una razón, y es que siempre he sido abogado llevando yo los casos, no delegaba en otra persona y recibía al cliente para aparentar que lo estaba llevando.

P.- ¿Qué hay que hacer para atajar esa partitocracia? ¿Hay que eliminar las juventudes de los partidos, hay que eliminar los mítines, las campañas electorales?

R.- No hay nada más triste que un mitin donde lo que tienes son unos cuestionarios o programas de lo que uno tiene que decir. No los seguí nunca, los leía por si había algo que era interesante. Hacía el discurso que creía que había que hacer y, sobre todo, esa cosa de subir el tono para que en ese momento te aplaudan. Porque la gente que está escuchándote es como en el teatro, hay una clac, unos que impulsan el aplauso. Recuerdo que en una ocasión, en uno de los mítines que yo di con el Partido Socialista Popular conseguí que me aplaudieran bastante con esos trucos. Y estaba Enrique Tierno Galván, al que le pregunté qué le había parecido el mitin, y el hombre me miró con tristeza y me dijo «No lo vuelva a hacer. Respete usted a la audiencia».

Hay otra cuestión que son los chistes estúpidos y la descalificación del otro. No hay que descalificar, hay que calificar las cosas. Tú no eres mejor por hablar de la extrema derecha reaccionaria del Partido Popular. Di cuáles son los errores y las contradicciones del PP o del PSOE. Pero vamos a la descalificación y no a la calificación. Por una razón: es mucho más fácil descalificar que dar argumentos cuando generalmente, en muchos de los casos, los argumentos además se te vuelven para atrás. Recuerda cuando al ínclito Pedro Sánchez se le ocurrió una cosa que es correcta, acabar con las puertas giratorias.

«La regeneración democrática sería que Sánchez sacará a todos sus lacayos de las instituciones»

Tengo una lista que parece la lista de los reyes godos de altos cargos del Gobierno, desde TVE a la agencia Efe, pasando por la Comisión Nacional de Mercado de Valores, por el Banco de España, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía, que está repleta de ministros y exministros, altos cargos y maridos o mujeres de diputadas y diputados socialistas. Cuando Pedro Sánchez dice eso de las puertas giratorias, es correcto. Pero cuando le llega el turno, lo que hace es invadir las instituciones y lo que tenemos es unas instituciones que no son instituciones al servicio del ciudadano, sino al servicio del poder. Y el poder es el PSOE. No, miento, en este momento el poder es Pedro Sánchez.

P.- Que a su vez es el PSOE. 

R.- Vamos a decir que es la estructura del PSOE, pero yo no me reconozco en ese PSOE, que es un partido carente de dignidad en sus miembros directivos que antes estaban completamente de acuerdo en que no habría amnistía, ni habría indultos, ni habría financiación especial o diferenciada. Y ahora entienden que todo es muy correcto, porque con la financiación singular para Cataluña estamos movilizando un debate sobre la federalización. Con la amnistía estamos propiciando la existencia de una convivencia en Cataluña. Entonces, todo lo que antes se justificaba y se argumentaba de una manera, ahora automáticamente lo justifican de la otra.

Tienen el pensamiento sodomizado por el interés de seguir en el poder y el poder es Pedro Sánchez. Es el pan nuestro de cada día. ¿Cómo vas a negarte a Dios padre si lo que necesitas es seguir viviendo? Porque la mayoría de ellos, cuando salgan de la política, entran en alguna de las instituciones, bien particulares, pocas, o bien conexas con el partido. Las diputaciones, por ejemplo, que es un pesebre espléndido, pues todo eso sirve para que los políticos se perpetúen en el pan nuestro de cada día, que depende de lo que yo digo, la dictadura del secretariado, no la del proletariado, la del que manda.

El que manda te pone en la lista electoral o te quita. Y si te quita por bueno que seas, te vas a tu casa. En el Parlamento Europeo he visto magníficos diputados del PSOE o del PP, que no sabes por qué han desaparecido, que son referentes por su calidad, por el respeto que generaban, por sus conocimientos. Pero claro, no eran especialmente dóciles porque tenían algo que es esto: algo así como una herejía arriana. Como la verdad oficial es lo que marca el Concilio de Nicea, pues todo lo que salga del Concilio de Nicea, o sea la verdad revelada a Pedro Sánchez o al señor Núñez Feijóo, significa que te vas a lo que la Biblia dice: el llanto y crujir de dientes y las tinieblas exteriores.

Javier Nart durante la entrevista en THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- ¿A Javier Nart le revienta el político profesional? ¿Aquel que empieza en una concejalía de un pueblecito y sigue medrando en el partido y no tiene otro oficio ni beneficio que el partido y después llega a mandamás o a intento quizá ayudante de mandamás?

R.- Acabas de definir a Rodríguez Zapatero, que en su puñetera vida ha trabajado fuera de la política, a pesar de que diga que fue profesor auxiliar en León. Como yo conozco catedráticos de la Universidad de León y me contaron lo que era aquello, pues para qué te voy a explicar. El camarada Rodríguez Zapatero pasa de las Juventudes Socialistas a presidente de Gobierno, sin más.

Cuando tú entras en un partido, evidentemente el líder no dura todo el tiempo. Hay periodos en el que el caballo ganador comienza a flojear y aparece un caballo que parece que está más lozano. Entonces hay que saltar de caballo, es una escalera en la que tienes que ir ubicándote en el mejor lugar. Porque como mantengas un criterio simplemente propio, independiente, equivocándote o no, en ese momento no vas a coincidir con cada uno de los líderes y por lo tanto no asciendes.

En consecuencia, lo que tienes en realidad no es un pensamiento independiente, sino un pensamiento dependiente de tu carrera política profesionalizada. Hay un problema enorme. Tú imagínate un buen abogado o un buen médico, no funcionario, que a los 30, 32, 35 años le dicen: «Oye, ¿por qué no eres diputado por Barcelona o por León?». Ah, muy bien. Está cuatro años, y decide que ya no, porque resulta que la línea ideológica del señor Pedro Sánchez que dijo A y después dijo Z, pues no. ¿Cómo rehacer la vida? ¿Cómo puedes volver a abrir tu despacho? Tu profesión, que has dejado. Excepto que te dediques a hacer un despacho de contactos, lo cual tiene un tufillo bastante de amiguetes, de contactos privilegiados y de agenda. Al final, lo que tienes son profesionales de la política.

Hay diferencias grandes. Por ejemplo, en Gran Bretaña tienes circunscripciones personales. Tú tienes tu propia oficina como diputado abierta y recibes a las personas de tu circunscripción. Y eres un buen diputado y la gente está contenta contigo. Pero resulta que tú te enfrentas a la dirección y la dirección puedes decir: «Este tipo fuera y ponemos otro candidato». No va a salir porque se presentará el otro, que es el que tiene los votos. Esto es magnífico, pero en España tiene un problema. ¿Cuántos diputados hay en el Congreso? 350, pues habría 350 partidos.

P.- Esto de no tener otra salida que la política, es la situación de José Luis Ábalos. Podemos pensar que no sale por la inmunidad parlamentaria, pero también, es que lo ha dicho él mismo, no se va por el tema económico. No tiene dónde volver y espera a la jubilación.

R.- No tiene dónde volver, a diferencia de otros diputados que pueden perder el acta, porque no salen en ese momento pero que van a tener un pesebre asegurado en una empresa pública, en una diputación de tal o cual cosa. El camarada Sánchez creo que tiene 800 consejeros o asesores que equivale, yo te diría, a un batallón reforzado en términos militares. Tienes mil cosas donde te van a ubicar si eres fiel al Señor. Pero si no eres fiel y te dedicas a pensar por libre y piensas que el dogma de la Santísima Trinidad no es verdad, pues entonces directamente el Vaticano y el Papa Pedro Sánchez o quien fuere, te manda directamente a hacer puñetas. 

P.- Nart, entre otras muchas cosas, ha sido eurodiputado por Ciudadanos desde 2014 a 2024. Por poco no ha coincidido con Irene Montero.

R.- No. En el Parlamento Europeo te encuentras cosas realmente curiosas. Gente extremadamente interesante y ejemplares particulares, desde Montero a Alvise. Hay una parte que es interesante de conocer.

P.- Hombre, de Montero a Alvise hay como dos mundos.

R.- No, no te lo creas. Recuerdo un libro que se llama Los extremeños se tocan. Un libro con bastante ironía donde te das cuenta que no hay nada más cercano a un fascista que un estalinista. Es exactamente lo mismo. Una verdad absoluta, una verdad única en poder del Secretario General, del Presidente o del Führer, una capacidad de exterminio de los opositores y una voluntad de prolongar de una manera, yo diría secular, ese poder. Y te das cuenta que no hay grandes diferencias entre Stalin y Hitler. Por lo tanto, esa historia de la izquierda y la derecha…

Mira, tras la Segunda Guerra Mundial hubo una comprensión social de que la derecha no podía ser reivindicatoria de privilegios inasumibles. Y la izquierda, una izquierda revolucionaria destructora. Eso llevó precisamente a la confrontación, a la emergencia, al nacimiento del fascismo y de los diferentes fascismos que hubo en toda Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, hubo la comprensión de que eso tenía que ordenarse. Teniendo en cuenta de que el espacio donde se iba a trabajar era el espacio socioeconómico del capitalismo. Que no es un capitalismo bestial que tiene a los niños trabajando en las minas del siglo XIX en Gran Bretaña o en Francia. Que tampoco es la revolución consistente en la barricada y en la ocupación del poder, no por los obreros, sino por esa minoría ilustrada que es la dictadura del Secretariado.

Lo que se conjuga es unos movimientos donde lo fundamental es la admisión del orden constituido en ese capitalismo inclusivo y que avanza hasta la gran crisis que se produce en los años 90. En ese momento, se produce una crisis de la que nadie habla, que es la progresiva destrucción de la clase media. Va progresivamente perdiendo sus referentes y lo que tiene es una enorme inseguridad de cuál va a ser su futuro. Cuando yo me casé en el remotísimo 1970, fui capaz de comprarme un pisito. Con cuatro pesetas y pudimos.

Ahora lo que tienes es un túnel con una luz intermitente que se enciende y se apaga al final y a la que no vas a llegar. ¿Cómo diablos puede establecerse una sociedad en España donde no puedes establecer una familia porque es imposible, excepto que te ayuden tu padre y tu madre, porque no puedes comprar ni alquilar? ¿Y nuestra cojonuda izquierda? ¿Y la derecha o llamada derecha? ¿En qué están pensando cuando se encuentran ante una sociedad donde la juventud no tiene esperanza de algo tan fundamental como es la independencia? Ni la izquierda, ni la derecha, ni el centro, ni la madre que los hizo. Y esa es la madre del cordero. 

El que fuera eurodiputado por Ciudadanos posa en la sede de THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- Por ello me provoca una risa, por no cabrearme demasiado, cuando el Gobierno habla de salvar la democracia. Pero si no podéis ni ayudar a la juventud para acceder a la vivienda.

R.- No hay nada mejor que cuando eres incapaz de gestionar lo evidente, te dedicas a gestionar la metafísica, el humo, y entonces vas lanzando campañas de humo. En este momento, la campaña de la regeneración democrática, como digo, la primera regeneración democrática, camarada Sánchez, es sacar todos sus lacayos, todos sus colocados de las instituciones del Estado donde usted las ha ido colocando.

Es indecente que un ministro de Justicia pase al Tribunal Constitucional, porque el Tribunal Constitucional, por definición, no es Poder Judicial, pero es interpretativo. O bien una alta funcionaria de la Moncloa, que también está en el Tribunal Constitucional. Ojo, eso también lo ha hecho el Partido Popular y también lo ha hecho Convergència Democrática, también lo ha hecho el PNV. Lo que estamos hablando es de la ocupación de los espacios públicos, que es la Administración, por parte de los partidos políticos que han ido infectando con sus personas esas instituciones.

P.- ¿Javier Nart sigue siendo rojo? ¿Sigue siendo de izquierdas?

R.- Sinceramente, me gustaría encontrar un partido que siguiera creyendo en lo que he creído toda mi vida, que es en la unidad, en la solidaridad e igualdad. Pero claro, cuando te encuentras al llamado Partido Socialista, llamado también Obrero y ciertamente español, que dice que Cataluña tiene que tener una financiación singular, no porque es algo que hayan elaborado, sino porque necesitan los siete votos de Junts, entonces directamente lo que hacen es de la enfermedad, virtud. En consecuencia, acaban de descubrir que lo que hace falta es una financiación singular. Una financiación singular que significa que todos los tributos son recaudados y utilizados por Cataluña y únicamente se transmite al Estado los gastos correspondientes a las instituciones del Estado en Cataluña y la solidaridad que establezcamos.

«González fue un presidente con valor y con valores, Sánchez un oportunista resistente»

Óigame, alguien ha discutido seriamente, profesionalmente, no políticamente, lo que se paga por el cupo vasco o por el cupo foral navarro. Conoces que se hayan reunido economistas del Gobierno vasco y economistas del Estado, que tienen unos economistas extraordinarios, y que establezcan en consecuencia cuáles son los parámetros. No, esto se discute entre políticos porque los votos del PNV los necesito, ahora necesito los de Bildu y necesito los votos de Convergencia; esto es, Junts y Esquerra.

Y por lo tanto, ¿dónde están la igualdad y la solidaridad y la unidad del PSOE histórico? Ahora lo que tenemos es sencillamente un partido que se mueve por las necesidades de sobrevivencia de su amado líder. Esto es el partido y los comités federales son los comités federales que dónde encuentras quizás a un héroe que es el señor Page y alguno más, pero todos los demás donde antes decían no, ahora dicen sí.

P.- Quería preguntarle sobre la relación entre el nacionalismo y la izquierda en España. 

R.- Eso es un oxímoron. O sea, el nacionalismo de izquierdas es algo así como el embarazo virginal. Si eres nacionalista significa que tienes una concepción de tu existencia fundamentada en unos valores diferenciados. Cuando mi padre nació en Sama de Langreo, Asturias, en 1905, la distancia que había entre mi padre y  un minero sueco de Kiruna, era sideral. No había nada entre uno y otro. Ahora lo que tenemos es un mercado que es el que crea los factores de desarrollo sociocultural. El mercado no significa simplemente comprar y vender. Es lo que es el tránsito de mercancías, entre ellas la cultural, por ejemplo, nos gusta el rock and roll a todos.

Mi padre no tenía la más remota idea, pero en cambio el rock and roll existe. Y tenemos cada vez unos gustos más parejos en todo. En factores sexuales, en factores culturales, en factores estéticos, incluso en factores morales. ¿Me quieres explicar cuál es la diferencia fundamental entre los textos de Josep Pla en castellano o en catalán? ¿Cuando cantan en catalán Joan Manuel Serrat hay otro Serrat que emerge cantando en castellano? Lo que tenemos es una cultura y, a Dios gracias, mestiza, que para mí es una cosa fundamental.

El determinar la multiculturalidad fundamentada en la diferenciación eterna de tus valores ancestrales culturales, eso es una contradicción fundamental con algo que es entender que los aportes culturales tienen que ser aportes de mestizaje. Si tú observas cómo se produce un catalán del Ampurdán y cómo se produce un vallisoletano en sus gustos, fuera de la lengua, ¿dónde están las diferencias?

La Unión Europea no ha creado un mercado único, ha creado un espacio único. Donde tú eres europeo en Finlandia o en España, donde tú puedes ejercer tu profesión, donde tú puedes vender. Por lo tanto, el decir nacionalismo e izquierda, eso es el embarazo virginal. Y yo no creo en la virginidad de la Virgen.

Nart en un momento de la entrevista en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

P.- He leído que define a Zapatero como el socialismo adolescente. Con Sánchez, ¿en qué tipo de socialismo estamos?

R.- Ahora estamos en el sanchismo pragmático y es donde sopla el viento, allí pongo las velas. Y si mi rumbo era a las Antillas, pero resulta que el viento me lleva a Islandia. Islandia es un lugar muy interesante porque es una zona de volcanes y además está la falla grande que separa el Occidente europeo del americano. Por lo tanto, la virtud no está en el rumbo, la virtud está en permanecer.

P.- ¿Qué es el centro en la política? ¿Existe?

R.- Ojalá. El centro es la contradicción absoluta al sectarismo. El centro no es ni reaccionario ni progresista, el centro es el pensar que la verdad no reside en uno, que hay verdad en todas partes, y que tú no eres adversario de uno o de otro. Porque en España la mitad del pueblo español no es fascista ni asumido por el fascismo, o por el parafascismo o por la extrema derecha, qué es lo que están diciendo. El Partido Popular no es mi partido, pero es un partido al que respeto. No milito ni voto, pero lo respeto. Y yo deseo que el PSOE vuelva a ser el PSOE de la igualdad, el de la solidaridad y el de la unidad. No el del oportunismo de resistir es vencer, resistir es sencillamente resistir. 

«El nacionalismo de izquierdas es como el embarazo virginal, un oxímoron»

P.- ¿Tiene a quién votar hoy en día en España?

R.- El problema es que si no votas, estás votando por el que gana. Y claro, si el que gana no te gusta absolutamente nada, pues no tienes más remedio que votar por algo en contradicción íntima con tu propio criterio. Y en consecuencia, siempre voto siempre. Recuerdo que voté muy a gusto al Partido Socialista Popular y tuvimos un éxito espectacular, creo que fueron seis o siete diputados. Voté con gran ilusión al PSOE y tengo el mayor de los respetos y también algunas decepciones profundas de Felipe González, que ha sido un presidente con valor y con valores. Hasta que pasó lo que pasó, y llegó la corrupción.

Y después no te puedes imaginar lo que me ha costado votar. En Cataluña tenías la esperanza de Ciudadanos a los que yo voté cuando no nos comíamos un rosco y a los que voté cuando ganaron las elecciones en Cataluña. Y dije en el partido: «No nos creamos que hemos ganado, esto es un éxito coyuntural. Ahora creo que hay que establecer unas ideas». Mis ideas tuvieron un éxito espectacular, no me hizo caso nadie. A lo mejor hicieron bien en no hacerme caso. Pero en fin, siempre he respetado, me han respetado. Y sinceramente te digo que el éxito de convencer a alguien no ha sido precisamente el eje de mi vida.

P.- Le quiero preguntar sobre un asunto que antes ha mencionado. Usted como catalán, porque ya lleva viviendo en Barcelona muchísimos años…

R.- No te creas, eso de ser catalán tienes que pasar primero por un examen de catalanidad que te lo dan Esquerra Republicana, Junts y también el PSC. 

P.- Como mal catalán, diríamos entonces.

R.- Vamos a decir que como una especie de catalán tolerable. Hay una profunda hipocresía. A Pepe Montilla, nacido en Iznájar, Córdoba, yo le he recibido en casa, hemos cenado juntos, tenía una cierta intimidad con él, siempre en castellano. Pero cuando él tenía que hacer un acto oficial era Josep Montilla. Esta transformación de tu nombre, por el cual tenías que pasar por el río Jordán de la catalanidad y te bautizaban en catalán. Ahora se llama otra vez Pepe.

El secretario general de la UGT vuelve a llamarse Pepe Álvarez, es amigo, yo he trabajado para la UGT, pues era Josep Álvarez, ahora otra vez es Pepe Álvarez. Cuando hace un discurso tiene que hacerlo en catalán, y yo digo: «¿Y los que hablamos en castellano?». Pero es que Montilla, que estaba en favor de la inmersión lingüística, como la mayoría de los políticos en el Parlamento catalán, enviaba a sus hijos a una escuela en el Colegio Alemán, donde las lenguas eran el castellano, el alemán y el catalán, pero no había inmersión. Eso era para la chusma. 

«Para ser buen catalán tienes que pasar el examen de catalanidad, que te lo dan ERC, Junts y el PSC»

P.- Montilla, por no olvidarlo, cuando se votó el 155 en el Senado, él se ausentó.

R.- Sí, pero él estaba completamente conforme con no votar. ¿Tú has visto en alguna ocasión que un gobierno haga una manifestación contra una sentencia de un tribunal? Cuando el Tribunal Constitucional, después de cogérsela con papel de fumar y hacer interpretaciones y exégesis y la madre que los hizo da esa sentencia que toca muy pocas cosas. Pues hay una manifestación y José Montilla se pone al frente de ella. Lo echaron a gorrazos, llamándole traidor. En Cataluña el nacionalismo es un negocio. Es un negocio descomunal.

Quiero decir, la cantidad de instituciones que están regadas con fondos de los que yo pago de mis impuestos. Te voy a decir algo, esto no lo va a tocar Illa. Esto no lo va a tocar. TV3 la tocará un poquito, pero no demasiado. Y hay una cuestión que es esencial, las elecciones nacionales. España tiene la selección nacional de fútbol. Bueno, entre los puntos que han firmado con Esquerra hay uno que es el respeto y apoyo a las federaciones catalanas.  Lo que significa es que por aplicación estricta del acuerdo, Cataluña tiene derecho a una selección nacional. Aplicando el ejemplo británico, inglés, escocés, etcétera. Oye, el fútbol es un valor simbólico muy importante. Cuando juega la selección española de fútbol, hay una audiencia máxima en Cataluña.

Nart, en un primer plano, ante las cámaras de THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- Sobre ese pacto fiscal o también llamado cupo catalán, tienes dicho: «Antes que catalán soy solidario»

R.- Antes que nada, creo que todos somos iguales. La solidaridad consiste en no ser un egoísta pensando que todo lo mío es mío. Tengo unos ingresos de un determinado volumen y de estos ingresos es absolutamente lógico que yo pague conforme a lo que estoy ganando. No pago por ser catalán, yo pago por lo que estoy ganando. Y mis ingresos dan una consecuencia que cuando llega el mes de junio te juro que no es divertida, pero esta es mi contribución. Pero eso no se paga por ser catalán, porque el que gane lo mismo que gane yo en Cáceres pagará lo mismo que pago yo. Perdón, pagará menos porque en Cataluña tenemos unos impuestos suplementarios de la Generalitat sobre el tema de la renta.

En consecuencia, creo en esta igualdad, en esta solidaridad y en esta unidad, porque esta unidad nos va a hacer más fuertes. En el momento en que comencemos a cortar y segmentar, lo que vamos a convertir es en los reinos de taifas, cada uno con su aristocracia, que es la burocracia, la partitocracia invadiendo los espacios. Creando lo que se ha creado en este momento en España, porque la cantidad que tenemos en los diferentes sistemas autonómicos de empresas públicas, semipúblicas, cargos, diputaciones. ¿Qué sentido tienen unas diputaciones cuando estamos en un sistema autonómico? No tiene absolutamente ningún sentido. Pero lo que tiene sentido es para la creación de entidades locales y poderes locales que son poderes taifas. 

«Estamos en la dictadura del Secretariado»

P.- La última, sobre Cataluña: ya que parecían improbables los indultos y se hicieron, parecía improbable la amnistía y se hizo, el pacto fiscal con Cataluña era una línea roja para el PSOE y se va a hacer…

R.- Ya veremos si se va a hacer. Lo que hace Pedro Sánchez es una cosa que Arturo Pérez-Reverte, en una entrevista feroz, magnífica, que tiene en El hormiguero, dice: «La virtud que tiene Pedro Sánchez es que dice que va a vender su madre, pero vende la tuya». Bueno, pues Pedro Sánchez firma lo que haga falta, después en el desarrollo, Dios proveerá.

Firma una amnistía, que para cualquier abogado medianamente avezado, yo no soy el mejor abogado del mundo, pero no el peor, y me di cuenta que aquello tenía más agujeros que un colador. Y en Bruselas era evidente que eso no iba a pasar, en el Tribunal Europeo eso no iba a pasar. Pedro Sánchez lo firma porque la ignominia máxima es que está redactado por el amnistiable. Es algo que no he visto en mi vida. 

P.- Visto lo visto, ¿cree que va a llegar a un referéndum de independencia en Cataluña?

R.- Sánchez dirá que lo que hay que hacer es una consulta no vinculante que está en la Constitución. Pero claro, el problema de una consulta no vinculante es que una vez que se produzca el resultado. ¿Y ahora, qué? Tú imagínate, creo que no va a ser así porque está cayendo progresivamente la movilización, que gana la independencia. Tienes un referéndum no vinculante, el conflicto político que surge es el pistoletazo de salida del País Vasco, de entrada. Esto es lo que significa es una puñalada a la unidad.

Y eso de la unidad no es un concepto reaccionario de la unidad de la patria franquista, no, es la unidad de la sociedad española. Una sociedad que ha compartido errores, aciertos, éxitos, fracasos, dolores y gozos. El espacio común de la Península Ibérica, incluso algo que es muy curioso, hay mayor cercanía en Portugal hacia España que desde España porque no la conocemos. El dinamitar algo tan fundamental. Es algo así como decir: «Oye, mira, voy a hacer una pregunto de si me separo o no de mi mujer o no me separo». Es extraordinariamente problemático. 

P.- No es tanto que haya un referéndum no vinculante sino el precedente que tú sientas al preguntar si España es, por así decirlo, rompible. Además de que los independentistas nunca pararan hasta que salga el ‘sí’.

R.- Pero imagínate que sale el ‘no’ por un 80%, acabas de crear el precedente de que eso es posible y dentro de un tiempo veremos. Y ahora, imagínate que sale el ‘sí’, es que sencillamente es dinamitar España. No porque haya una consideración de una confederación de los pueblos ibéricos donde vamos a unir a Andorra, a Gibraltar y a Portugal, y si me apuras, La Almunia de doña Godina como capital de España. No hay problema. ¿Pero cómo se puede configurar la destrucción del espacio sencillamente por las necesidades de supervivencia de Pedro Sánchez?

Pues te digo una cosa, si Pedro Sánchez, por necesidad, plantea eso, su partido les dirá que sí porque ya se está ocupando para el próximo Congreso de establecer la degollina generalizada de los que no son fieles a lo que dice el gran Señor. De vez en cuando, te encuentras con socialistas históricos que vale la pena escuchar. Josep Borrell, por ejemplo, es uno de ellos. Hay otros que te podría mencionar, pero a lo mejor los pongo en algún apuro. Y cuando hablas con ellos te das cuenta hasta qué punto tienen un problema: «¿Qué va a ser de mí?». Las personas no cambian de criterio en 180 grados por conversión, ni por convicción, sino por necesidad

P.- En esta tercera temporada de El purgatorio siempre cerramos con una pregunta: si tuviera que poner un epitafio en su lápida, ¿cuál sería?

R.- Creo que ninguno. Aunque el que se dice, que no es verdad, de Marx es muy bueno: «Perdonen que no me levante».

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