Los independentistas copan un documental de HBO sobre el espionaje con Pegasus
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la producción que narra el ‘Catalangate’ se estrena también en España
El caso Pegasus llega a las pantallas. La plataforma en streaming MAX, de HBO, estrena el próximo 21 de noviembre el documental Surveillance (Vigilancia) en la que los independentistas narran su versión sobre el espionaje a través de este software israelí que afirman haber sufrido por parte del Estado como parte de la «guerra sucia» contra el movimiento independentista.
El documental, original de HBO, y producido por Ronan Farrow, el periodista que publicó el llamado ‘Catalangate‘ en The New Yorker, cuenta con la presencia del informático Elies Campo, conocido independentista que trabajó para la Generalitat, el exeurodiputado de ERC Jordi Solé, la senadora de ERC Laura Castel y el activista Joan Matamala. También aparece Ron Deibert, el director de Citizen Lab, el laboratorio canadiense que investigó el Catalangate. Deibert estuvo en el centro de la polémica por pedir que se vetara en la Eurocámara a un experto crítico con su informe, y tuvo que reconocer errores en su investigación.
Estreno mundial de HBO
Según confirman desde HBO a THE OBJECTIVE, se trata de un «estreno mundial», algo que es más habitual que ocurra con las series que con los documentales: «Los documentales tienen otro tipo de acuerdos internacionales de distribución y no llegan necesariamente a España, pero en este caso sí». Debido a la diferencia horaria con Estados Unidos, en España llega el día 21 en lugar del 20 de noviembre.
El informático Elies Campo es uno de los testigos principales de esta nueva producción, y denuncia cómo sus «derechos civiles» y los de su madre fueron vulnerados. No figura nadie del Gobierno, ni del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ni de la oposición al independentismo entre los «protagonistas destacados». Pese a que la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el presidente Pedro Sánchez también denunciaron que sus terminales habían sido infectadas, el documental aborda el caso español desde la perspectiva de víctima de los independentistas.
«Las democracias espían»
La tesis principal del documental es que «las democracias espían» a sus ciudadanos. La eclosión de las nuevas tecnologías y la importancia que han adquirido los móviles permiten a los poderes democráticos acceder a mucha de nuestra información que compartimos por WhatsApp o por correo electrónico. O infectando directamente los terminales móviles. En este caso, apuntan a la empresa NSO Group, propietaria del software Pegasus.
El documental sigue al periodista ganador del premio Pulitzer Ronan Farrow mientras investiga «el creciente negocio del software espía comercial, siguiendo la historia desde la ciudad de Nueva York hasta Tel Aviv, Israel». Farrow explora esta industria multimillonaria, según explican en su promoción, «abordando los usos y las implicaciones contradictorias de la piratería telefónica: la capacidad de monitorear la actividad criminal y las amenazas que conlleva a las libertades civiles».
Critican el software porque si bien durante mucho tiempo se promocionó como una herramienta comprada por los gobiernos para «luchar contra el terrorismo, ahora está apareciendo en los teléfonos de activistas, periodistas, políticos y gente común». «Mientras Farrow sigue la pista de un reportaje que llega a Barcelona, España, y al mayor ataque masivo documentado con software espía comercial, la película reflexiona sobre las consecuencias humanas para las comunidades atrapadas en el fuego cruzado de la ciberguerra del siglo XXI», concluye la propaganda del documental.
Versión independentista
La investigación del ‘Catalangate’ realizada por Citizenlab sobre el presunto caso de espionaje a dirigentes y activistas independentistas a través del software Pegasus suscitó las críticas de académicos de reconocido prestigio, así como de los liberales europeos, por la metodología empleada y por condicionar el estudio académico a las demandas de empresas como Apple.
El hecho de que no se sometan estos trabajos a la evaluación externa -un proceso de peer review (verificación de pares)– ni se comparta la información en abierto impide que se puedan contrastar sus conclusiones por parte de otros centros y universidades. Además de las implicaciones éticas que podría tener que trabajen para aportar pruebas en procesos judiciales millonarias.