Zarzuela desmiente a Albares: la invitación para Notre Dame pasó por la Embajada en París
«O Albares miente o le ha fallado alguien de su equipo», sugiere un embajador ante el fiasco de la diplomacia española
Las invitaciones de las autoridades francesas para que los Reyes y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, asistieran a la reapertura de la catedral de Notre Dame, así como las posteriores respuestas excusando las ausencias, se tramitaron a través de la Embajada española en París, según fuentes de la Casa Real, por lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel Albares sí que estuvo informado de las gestiones previas a la polémica.
Esta aclaración del Palacio de la Zarzuela desmonta la queja del jefe de la diplomacia de que supo de la ausencia española en Notre Dame por los medios de comunicación y que Exteriores no podía coordinar ninguna presencia institucional en París sin saber que se habían cursado invitaciones. Un relato que fue transmitido este martes por fuentes gubernamentales tras la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que participó el ministro.
Según dicho relato, Albares desconocía que Emmanuel Macron hubiese invitado a Felipe VI y doña Letizia y que la titular francesa de Cultura, Rachida Dati, hubiese hecho lo mismo con su homólogo español. Como las invitaciones a la ceremonia eran «nominales e intransferibles», en palabras de la portavoz Pilar Alegría, y nadie confirmó su asistencia, España se quedó sin una silla dentro de la catedral parisina y motivó el consiguiente enfado del ministro. «Albares está muy cabreado con la Casa Real», se llegó a decir en Moncloa.
Las fuentes gubernamentales hicieron hincapié en que esta omisión de Casa Real a Exteriores no fue puntual, sino que se estaba dando cada vez con mayor asiduidad para desesperación de Albares, quien en los últimos meses se ha quejado a Zarzuela por no informarle de algunas gestiones internacionales del Rey. Una situación que el ministro había intentado corregir con el equipo de Felipe VI y que volvió a poner encima de la mesa este martes en el avión oficial que le llevó junto a los monarcas a Roma para la visita de Estado de dos días a Italia.
Sin embargo, las fuentes de la Casa Real niegan que la invitación de Macron a Felipe VI -y la posterior respuesta del Rey al presidente galo- se canalizase únicamente entre los palacios de El Elíseo y La Zarzuela. En este caso, se siguió la práctica habitual entre países de enviar las invitaciones a través de la embajada. La legación española en París la dirige en la actualidad Victorio Redondo, un diplomático de la máxima confianza de Albares, ya que trabajó a su lado en Moncloa cuando le tocó dirigir el área de internacional en Presidencia del Gobierno entre 2018 y 2020.
Precisamente Albares tiene especial atención y predilección por esta legación, ya que fue embajador en París antes de ser nombrado ministro, por lo que fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE descartan de plano que Redondo no informase a Exteriores de todo lo concerniente a la reapertura de Notre Dame. Un evento en el que el Estado francés ha trabajado a fondo en las últimas semanas y que exigió reuniones informativas de protocolo con las embajadas a las que se cursaron las invitaciones.
Además, el acto internacional en la catedral parisina cobró inusitada importancia cuando Donald Trump anunció su presencia en el templo católico unos días antes de la reinauguración, por lo que con toda seguridad la Embajada española tuvo que informar de ello a Madrid por si se producía un cambio de planes. La Zarzuela había rechazado la invitación de Macron y decidió mantener la negativa, por lo que el viaje de los Reyes nunca estuvo en la agenda oficial.
«O Albares miente o le ha fallado alguien de su equipo», sugiere como hipótesis un embajador acreditado en una capital aliada, que solo se explica que el ministro estuviera in albis si alguien de su Gabinete no le dio importancia al evento y evitó despachar este asunto con él. Aún más grave sería que Redondo no hubiese informado al ministerio de los telegramas de ida y vuelta, con las invitaciones de Macron y Dati por un lado, y las negativas de los Reyes y Urtasun a ir a París por el otro. De ser así, el jefe de la diplomacia debería destituirle de manera fulminante «por falta de confianza», señala un compañero suyo de la carrera diplomática.
Por ello, en los pasillos del ministerio se apuesta más por la primera opción como hipótesis. Es decir, que Albares haya optado por abrir un frente contra la Casa Real y Urtasun, diciendo que no sabía nada de este evento por culpa de ellos, para así intentar tapar un error «monumental» como ha sido el hecho de que España no estuviera representada en Notre Dame. Este diario preguntó a la Oficina de Información Diplomática (OID) si la Embajada en París no informó a Exteriores de todas estas gestiones y las razones por las que Albares asegura que no estaba informado de ello, pero un portavoz declinó hacer comentarios al respecto.