Robles enfada al CNI por el decreto que explica el cese del 'número dos' de los espías
Defensa justifica su relevo por pase a retiro como militar, cuando se trata de una jubilación forzosa por el estatuto interno
El contenido del real decreto firmado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, con el cese del secretario general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Arturo Relanzón, ha provocado malestar dentro de los servicios secretos al sugerirse que su relevo se debe a su pase a retiro como militar.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) de este miércoles dispuso el cese de Relanzón «con fecha de efectividad de 17 de diciembre de 2024, fecha de su pase a retiro, agradeciéndole los servicios prestados». Sin embargo, el número dos de los servicios secretos no fue relevado por su condición militar -es coronel del Ejército de Tierra-, sino por la jubilación forzosa por edad que establece el estatuto del CNI cuando uno de sus miembros llega a los 65 años.
«El real decreto justifica mal el cese. Puede parecer que se aprovecha la jubilación como militar para el cese», señalan fuentes militares a THE OBJECTIVE ante la situación interna creada con este relevo. Además, se da la circunstancia de que el Gobierno aprobó en diciembre de 2023 un real decreto sobre nuevas medidas para la plantilla de la Administración en el que se fijó que los directores generales, secretarios de estado o subsecretarios podrán seguir siendo nombrados con arreglo a criterios políticos y no técnicos.
Antes de ese real decreto de hace un año, Robles ya modificó a principios de 2023 el organigrama del ministerio para que el director general de Política de Defensa (Digenpol), el teniente general Fernando José López del Pozo, pudiera seguir en el cargo más allá de su edad de retiro con 65 años.
Por lo tanto, Relanzón podía haber seguido como secretario general del CNI aunque hubiera pasado a retiro o cumpliese la edad forzosa de jubilación que rige dentro de los servicios secretos, como era su caso. Sin embargo, Robles decidió que era el momento de su relevo en la cúpula de los espías tras casi cinco años junto a la directora, Esperanza Casteleiro.
Él mismo ya barruntaba que dejaría del CNI al llegar a los 65 años, pues en los últimos meses daba por sentado su salida, que se produjo el mismo día de la excarcelación del alto cargo de los servicios secretos captado por la CIA tras más de un año en prisión. Este hecho ha sido el principal problema interno del centro durante la etapa de Relanzón, si bien se trató de una simple coincidencia, subrayan las citadas fuentes.
Su sustituto es Luis Manuel García Terán, teniente coronel de Artillería y que ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza en 1981. En 1992 entró a formar parte del entonces Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), prestando sus servicios en diferentes puestos de la división de Inteligencia Exterior y en la de Contrainteligencia. En el año 2000 fue destinado a la embajada de España en Washington, un puesto como consejero por el que también pasó Relanzón.
Tras ello, ocupó diferentes responsabilidades como jefe de Departamento y jefe de División de Contraterrorismo Internacional dentro de los servicios secretos. En 2019 fue nombrado director de Inteligencia del CNI, lo que en la práctica equivale al número tres en el organigrama.
García Terán nació en Valladolid en 1962, por lo que si se le aplica la misma norma interna de pasar a jubilación forzosa con 65 años, le quedan menos de tres años como número dos del CNI salvo que se cambie el estatuto del personal de los servicios secretos, que data de 2013. Dentro del centro ya hay agentes que piden que se les equipare a otros colectivos de la Administración pública, como los diplomáticos o los jueces, para que la edad de retiro sea al cumplir 70 años.