Podemos cierra el año con la convicción de que la vuelta al «ruido» genera votos y visibilidad
Los morados quieren recuperar una estrategia belicista para reconquistar visibilidad y fuelle en las encuestas
Podemos reflexiona sobre uno de sus años más difíciles. En 2024 el partido morado afianzó su ruptura con Sumar en el Congreso de los Diputados y en las elecciones europeas permitió que Irene Montero presumiera de superviviente. La creación de Sumar, con la exclusión de las listas electorales del 23-J, podía convertirse en la muerte política de una formación que había nacido para «tomar el cielo por asalto». Después de alcanzar 71 diputados en sus primeras elecciones generales (2015), ahora Podemos tiene solo cuatro representantes en la Cámara Baja. En el cierre de ese annus horribilis, los morados reflexionan para sacar algunas conclusiones estratégicas que pueden decantar su planteamiento en el próximo año.
Una de las conclusiones a las que ha llegado la dirección de Ione Belarra e Irene Montero es que para su permanencia en la política nacional es esencial volver al «ruido». Con esa expresión, los de Podemos se refieren a escenificar choques permanentes con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz con el objetivo de obtener visibilidad pública y demostrar que pueden lograr avances en el Congreso mostrando un perfil duro.
En enero, los morados rechazaron un decreto que llevaba la firma de Yolanda Díaz para reducir las pensiones a los parados mayores de 52 años. Hablaron de inmediato de «recorte» de esa prestación, mientras que Sumar sostuvo que con el incremento del SMI no se podía hablar de reducción de la ayuda pública. Sin embargo, los morados lograron imponer su criterio. «Así no se puede gobernar», reprochó Díaz en enero. Pero en mayo el Gobierno modificó el texto y logró el respaldo de los morados.
Mejora en los sondeos
Después, Podemos fijó su prioridad en prorrogar la suspensión de los desahucios hipotecarios, la extensión del bono social eléctricos, la renovación del consejo directivo de RTVE y ahora en el impuesto extraordinario a la eléctricas. Este último punto todavía debe pasar por el Congreso después de la derrota del Gobierno la semana pasada. Y representa un verdadero Rubicón para el Ejecutivo. Podemos amenaza con no apoyar los presupuestos de Sánchez si antes no se certifica la recuperación de dicho gravamen, que el Gobierno ha prometido avalar pero que debe encontrar en el Congreso el apoyo de PNV y Junts per Catalunya.
Podemos, en definitiva, cree que con tan solo cuatro diputados está logrando importantes victorias parlamentarias, que se traducen en una visibilidad creciente y, sobre todo, en un incremento de los apoyos en las encuestas. La vuelta al «ruido», que Díaz había criticado tras ocupar la vicepresidencia segunda del Gobierno, demuestra ser rentable electoralmente. Esta es la conclusión de Podemos después de este año. Los sondeos, en efecto, recogen una paulatina mejora de sus expectativas electorales, que ahora rozarían el 5% de votos, un empate técnico con Sumar.
El Diario Red, adscrito al canal de televisión de Pablo Iglesias y considerado internamente como el periódico oficial del partido, recoge ese mismo planteamiento en un editorial publicado recientemente: «El supuesto ‘ruido’ —que, en realidad, no es otra cosa que firmeza en los principios y valentía a la hora de negociar— tiene un rendimiento muy superior a la hora de mejorar las condiciones materiales de vida de la gente que la estrategia de pedirle al PSOE las cosas por favor en privado».
La «tibieza» de Yolanda Díaz
El editorial representa una verdadera declaración de intenciones de Podemos para el próximo curso, y una critica explícita al método pactista de negociación de Yolanda Díaz y Sumar. El editorial insiste: «A la luz de la tendencia que revelan todas y cada una de las encuestas que se van publicando en los últimos meses y en las que la tendencia descendente de Sumar es tan persistente como el ascenso en las perspectivas de los morados, lo que parece causar ‘desafección’ en el electorado de izquierdas no es el ‘ruido’ sino la tibieza». En las redes sociales, los referentes de Podemos también han apelado a volver a la estrategia del ruido para levantar las expectativas de su partido.
La referencia al «ruido» es también un dardo contra Yolanda Díaz, que pidió bajar la intensidad de la crítica de los dirigentes de Podemos a nivel público nada más instalarse en la vicepresidencia segunda. Cuando Iglesias le entregó esa cartera, Díaz reunió al grupo parlamentario de Unidas Podemos y pidió mantener un perfil más conciliador. Según Podemos, aquello fue el pistoletazo de salida de una estrategia respaldada por Pedro Sánchez para afianzar a través de Sumar una operación para aniquilar a Iglesias y los suyos. Ahora «Podemos ha vuelto», avisan desde las filas moradas. Aunque quedará por ver si el ruido tendrá un límite, concretamente el debate presupuestario que deberá desarrollarse a partir del primer trimestre del próximo año.