Cargos del PP de Valencia piden retrasar el congreso hasta encontrar el relevo de Mazón
Tendría que celebrarse en julio, y esperan que el presidente de un paso atrás y pacte con Feijóo su salida
El presidente de la Generalitat de Valencia y del PP regional, Carlos Mazón | EP / Eduardo Manzana
Dirigentes del Partido Popular de Valencia no quieren poner fecha a la celebración del congreso regional, que toca convocar en julio de 2025, hasta que no se encuentre la persona que tendrá que relevar a Carlos Mazón, tanto al frente de la Generalitat como de los populares valencianos. Un cambio que dan por hecho, según las fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE. El congreso se tiene que convocar cuando «esté todo atado con él y acepte marcharse», insisten.
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, inicia el curso político con la gran asignatura pendiente del relevo de Carlos Mazón. Aunque desde la dirección nacional se ha insistido en que su futuro está vinculado a la reconstrucción de las zonas afectadas por la riada en Valencia, en el seno de esta formación política descartan la resurrección del presidente valenciano: «Es un lastre y está sentenciado por la ciudadanía».
Superado ya el debate sobre su permanencia, la preocupación es cómo y cuándo se va a hacer efectivo el cambio de liderazgo. A priori, un buen momento podría ser el congreso regional que debería celebrarse en julio de 2025, pero internamente se es consciente de que para entonces es posible que todavía no se haya encontrado la persona que va a suceder a Mazón. Además, no creen oportuno organizar un cónclave regional con la situación tan difícil que atraviesa la Comunidad Valenciana.
Las fuentes del Partido Popular de Valencia consultadas por este periódico apuestan por retrasar el congreso hasta que se den las condiciones favorables y abogan por no cerrar en falso la sucesión, ya que el candidato tendrá que enfrentarse a una situación electoral muy complicada: «Yo no haría ahora ningún congreso. A Madrid no le va a gustar nada que Mazón se presente, y tampoco lo van a condenar públicamente porque sería reconocer que ha sido un fracaso. El congreso tendría que convocarse cuando todo esté escrito, pactado y bien atado».
La duda principal es que Mazón acepte irse. Las mismas fuentes no creen «que tenga el valor de volver a presentarse, porque sería una desconexión absoluta con la realidad intentar mantenerse en el cargo en contra de lo que la dirección nacional pudiera plantear. Si lo hiciera, no lo apoyaría nadie dentro del partido». Y apuntan que Feijóo no quiere que se presente.
Un diputado autonómico refuerza la tesis de esta fuente popular al subrayar que «si está todo como está, no creo que vaya a haber congreso, me resultaría muy extraño. La única manera de que haya congreso es que Mazón dimita, que se vaya y que llegue otra persona. Entonces habría que normalizar la presencia de esa persona, pero ya sin Mazón. No habrá un congreso si este hombre no se ha ido».
Desde el PP de Valencia se señala que mientras no llega el momento de la sucesión «no queda más remedio que aguantar y que Mazón haga lo que pueda», ya que ahora mismo «no se puede ir a una batalla electoral, ni de congresos, ni nada de nada. Intentar hacerlo lo mejor que pueda; y la izquierda va a intentar tumbarlo».
Lo que sí entienden es que el futuro de Mazón lo va a resolver Génova. «Si tienen claro que este señor se va, nombrarán a alguien que lo intente convencer y sucederá como Francisco Camps, que duró tres semanas. Camps había ganado unas elecciones con el mejor resultado que había sacado nunca nadie, 55 escaños, cuando la mayoría absoluta es 50, y lo mandaron a casa», subraya un diputado autonómico. «El congreso será exclusivamente el instrumento para legitimar a uno que sea su sucesor, el definitivo o el de transición», apunta.
Otra batalla será la persona que encarne la sucesión. El nombre que siempre aparece en todas las quinielas es el de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que al ser diputada autonómica podría liderar la oposición en las Cortes Valencianas. Algunas fuentes apuntan con ironía el nombre del expresidente Francisco Camps, que después de ser absuelto de los casos judiciales en los que estaba implicado, ha reclamado su rehabilitación para la política. «A él le gustaría, pero no va a tener apoyos», sentencian.
