La UE desmiente el relato de Sumar: España deberá comprar armas de ataque
La formación intenta centrar el argumentario en la «seguridad», pero el ‘Libro blanco’ de la UE exige adquirir misiles y artillería

Avión de combate Eurofighter | Europa Press
Defensa área, misiles, artillería, drones y antidrones, estructuras e infraestructuras de combate… El Libro blanco sobre defensa que la Unión Europa ha elaborado para abordar el plan de rearme europeo es un detallado compendio de compra y producción de armas de defensa y ataque que la Comisión Europea obligará a los Estados miembros a adquirir a lo largo de los próximos meses. Ese Libro blanco dibuja diferentes vías de adquisición de las armas y desmonta el relato que los estrategas de Sumar están dibujando para dorar la píldora a su electorado, tratando de centrar el argumentario en cuestiones de «seguridad» más que de defensa.
El pasado lunes, Yolanda Díaz mantuvo una reunión de dos horas con el presidente Pedro Sánchez en la Moncloa. Sumar tardó un tiempo en transmitir a la opinión pública un comunicado sobre la posición de la formación, mientras que los partidos que conforman la coalición de Sumar se lanzaron en el Congreso a criticar cualquier tipo de rearme. Liderados por Izquierda Unida, los partidos de Sumar se reunieron de forma telemática para zanjar el asunto con una posición común en contra de la compra de armas. Pero desde el cuartel general de Díaz saben que el compromiso de Sánchez con la UE es firme, y que solo queda hacer «pedagogía» para que los votantes y los partidos de la alianza lo validen.
El comunicado de Sumar apuntaba, tal y como publicó este diario, a centrar el asunto en el gasto de «seguridad» más que en el de «defensa». «La seguridad europea se juega hoy en el terreno de la defensa, pero también en el terreno tecnológico, el de la ciberseguridad, la cohesión social y ante la amenaza del cambio climático», decía el documento. Como es obvio, se trata de una fórmula eufemística para desmontar la tesis de la militarización, que Podemos reprocha para atacar a sus adversarios.
Miedo a Podemos
Díaz y Sánchez quieren evitar que el rearme llegue al Congreso. En primer lugar, porque Sumar no quiere que Podemos se luzca en el debate parlamentario y que ellos tengan que retratarse con una votación en favor del gasto militar. Y en segundo lugar porque formaciones de la coalición como Compromís manifiestan su rechazo a que Sánchez llegue a un acuerdo con el PP. El Gobierno todavía desconoce la cuantía exacta de dinero que la UE impondrá a los Estados para rearmarse, aunque empiezan a conocerse algunas líneas generales del plan de la Comisión.
La presidenta Ursula von der Leyen ha dejado claro que el asunto es inaplazable. La contundencia de la Comisión es un dato relevante, y aunque se ha hablado hasta ahora de un paquete global de 800.000 euros, lo cierto es que Von der Leyen no es partidaria de otorgar subvenciones directas como se hizo con los fondos Next Generation contra la covid. Es decir, que los países miembros deberán costear su incremento militar.
Misiles y artillería
El Libro blanco de la UE que se dio a conocer el viernes, además, define los puntos esenciales del plan para fortalecer la defensa comunitaria. La UE dibuja siete áreas para su defensa, que atañen a cuestiones como la defensa aérea y antimisiles, sistema de artillería de largo alcance para objetivos terrestres, municiones, misiles y drones, además de infraestructuras para el transporte rápido de tropas, instrumentos para la ciberguerra y logística de combate.
De mantenerse este enfoque, para Sumar sería difícil argumentar que el aumento del gasto en defensa es, en realidad, un gasto en seguridad centrado en asuntos tan dispares como la «cohesión social y la amenaza del cambio climático» o «la lucha contra la precariedad y la pobreza endémica que existe en el continente».
La UE parece no estar dispuesta a permitir que los Estados vendan gatos por liebre, y pide incluso compras conjuntas de misiles, drones y defensas aéreas para impulsar la industria armamentística europea, reduciendo la dependencia estratégica de Estados Unidos. De confirmarse esa línea de acción, y de poner la UE en negro sobre blanco su plan, Sumar tendrá difícil sostener que existe una diferencia sustancial entre el gasto en defensa y el gasto en seguridad, y que en lugar de adquirir misiles y drones, España pagará por instrumentos no ofensivos.