Sumar reprocha a Sánchez responder a los mensajes de Ábalos: «Es un error»
La coalición es partidaria de no contestar al exministro, porque cree que sus acusaciones «carecen de pruebas»

Yolanda Díaz con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. | EP
Sumar considera un «error» las respuestas de Pedro Sánchez a las amenazas y mensajes que el exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos envía mientras está en la cárcel. El exministro y personas de su entorno han grabado entrevistas con varios medios en las que apuntan a presentar irregularidades en algunos asuntos más delicados de la pasada legislatura, desde el recibimiento de Delcy Rodríguez en el aeropuerto de Barajas hasta los rescates de Air Europa y Plus Ultra. Sánchez afirmó en una entrevista de esta semana que no cederá ante ningún «chantaje o amenaza». Pero Sumar considera que esa respuesta del presidente del Gobierno ha sido una equivocación, y que lo más oportuno hubiera sido ignorar la «provocación».
La cuestión para Sumar es de doble naturaleza. Los de Yolanda Díaz, en primer lugar, reprochan a Sánchez responder a Ábalos en calidad de presidente del Ejecutivo. La línea estratégica de Sumar es desligar todo lo que tenga que ver con las investigaciones sobre corrupción de la actividad gubernamental. Todo lo que se puede manchar tiene que ver con el partido socialista, no con el Gobierno. Ese es el mensaje que los portavoces de Sumar han transmitido a lo largo de los últimos meses. Este planteamiento estipula que, pase lo que pase con las investigaciones policiales, lo esencial es que el problema no se extienda al Ejecutivo. De ser así, los de Díaz creen que se instalaría a nivel de opinión pública una dinámica de sustancial deslegitimación del Ejecutivo que acabaría en el fin de la legislatura.
Para Sumar, la respuesta de Sánchez fue un desacierto de comunicación política. Y es porque, por un lado, Sánchez accedió a algo parecido a un diálogo directo con Ábalos, lo que reforzaría la credibilidad de sus acusaciones. Y, en segundo lugar, porque así dejaría entender que sí se le puede chantajear. «Nombró al elefante en la habitación, que es la posibilidad de un chantaje, por lo que dio por hecho que existen cosas con las que podría ser chantajeado», explican fuentes de Sumar. «Todo el mundo lo percibe como un error en su entrevista con Gemma Nierga».
«Ningún chantaje»
En esta entrevista, que se emitió el martes, el presidente dijo: «Todo lo que está diciendo Ábalos es mentira. No vamos a aceptar chantajes ni amenazas de personas ni de instituciones. Todas las personas tienen derecho a defenderse, pero no a esparcir este tipo de mentiras y de bulos». Y agregó: «No ha habido ni un ápice de connivencia, sino todo lo contrario, contundencia contra la corrupción y, por tanto, ni lecciones de partidos políticos que sí que tienen 30 causas abiertas por casos de corrupción extraordinariamente graves ni por supuesto vamos a aceptar ninguna amenaza, ningún chantaje ni de personas ni de organizaciones». Y reiteró: «Lo he dicho antes y lo vuelvo a repetir, no vamos a aceptar ni como partido ni como Gobierno ningún chantaje».
Esa referencia al «Gobierno» ha irritado a los miembros de Sumar, que llevan semanas y meses intentando explicar a sus votantes que todo lo que tiene que ver con el escándalo de presunta corrupción es un asunto del PSOE, no del Ejecutivo del que forman parte. De instalarse otra percepción, sería más difícil justificar la permanencia de Yolanda Díaz y de sus cuatro ministros en el Gobierno de Sánchez. Todo ello, además, porque en Sumar circula la tesis de que la Moncloa había acordado ningunear a Ábalos, haciéndolo pasar como un «resentido desquiciado». Es decir, como alguien que ya ha perdido el control de la realidad, y cuya palabra no tiene credibilidad alguna. Con su respuesta, Sánchez se habría puesto al mismo nivel de su exministro, otorgando veracidad a sus acusaciones.
Revelación de secretos
A lo largo de estos días, Ábalos ha transmitido a través de los medios de comunicación y las redes algunas acusaciones que pueden afectar al presidente del Gobierno. En primer lugar, la presunta revelación de finales de 2023 a Ábalos sobre una investigación de la Fiscalía Anticorrupción que afectaría a Koldo García, y que más adelante se conocería como el caso de la venta de mascarillas durante la pandemia, en el marco de la Operación Delorme de la Guardia Civil. Esa revelación podría implicar a Sánchez en un posible caso de revelación de secretos, que Manos Limpias ya ha trasladado al Tribunal Supremo para que abra una investigación.
Luego están las reflexiones de Ábalos, su hijo Víctor y Koldo sobre algunos rescates públicos durante la pandemia. Las más llamativas son los de las aerolíneas Air Europa y Plus Ultra, donde involucran a la mujer del presidente, Begoña Gómez, en los rescates millonarios del Estado. Sugieren que Gómez recibió dinero a cambio de sus gestiones, lo que podría tipificarse como un delito de cohecho. Sumar sostiene que las acusaciones de Ábalos carecen de «pruebas», y aconseja guardar silencio. Sin embargo, las palabras de Sánchez del pasado martes han sorprendido e irritado a los socios de Gobierno, que consideran que responder fue un «error».
