La derecha barre en Extremadura por la debacle del PSOE y el auge de Vox
El PP solo necesitará la abstención de Vox para los pactos ya que los 29 escaños suman más que toda la izquierda

María Guardiola en una imagen de archivo. | Foto: Jorge Armestar (Europa Press)
El Partido Popular venció este domingo con holgura en Extremadura: 29 escaños y el 43,2% de los votos en una región que ha sido un bastión histórico de los socialistas durante casi todo el período democrático. Es un resultado mejor que los 28 representantes cosechados hace dos años y medio, pero dejan a la presidenta María Guardiola a cuatro escaños de la mayoría absoluta y tendrá que pactar con Vox, el principal beneficiado por el adelanto electoral al subir de los cinco escaños que tenía hasta ahora a los 11 conseguidos (16,9%) en la noche electoral de este 21-D.
El PSOE sufrió una debacle histórica al caer hasta 18 escaños (25,7%) con su candidato, Miguel Ángel Gallardo —procesado en el caso David Sánchez—, y Pedro Sánchez en su peor momento por los escándalos de corrupción. Mientras, Unidas por Extremadura, la coalición de Podemos e IU, subió a los siete representantes (10,3%) pero sin lograr capitalizar toda la sangría de votos en las filas socialistas. Hay que recordar que los socialistas ganaron los comicios en 2023 en votos y porcentaje, con el 39,9% de apoyos y empatando a escaños con el PP con un total de 28 cada uno.
El PP de Alberto Núñez Feijóo sabía que era muy difícil llegar al escenario de la mayoría absoluta —que está en los 33 diputados—, así que afrontaba estos comicios con el objetivo de sacar diez puntos al PSOE y superar la barrera del 40%. Superó ambos listones con suficiencia. Además, el 43,2% de los sufragios es el segundo mejor resultado en porcentaje en su historia, solo por detrás del 46,2% de José Antonio Monago en 2011, cuando no existía Vox.
El dato más sorprendente de la noche electoral es la suma de PP y Vox, que llegó al 60% de las papeletas, una cifra que nunca se había visto en Extremadura, donde el PSOE siempre ha gobernado desde la Transición salvo en una legislatura y media: la de Monago —quien tuvo apoyos puntuales de IU— y la última de Guardiola, que anticipó comicios ante sus problemas para pactar con la formación de Santiago Abascal. Sin embargo, los populares tienen ahora más fácil la investidura.
Ello se debe a que Guardiola solo necesitará la abstención de Vox ya que los 29 escaños suman más que toda la izquierda –18 del PSOE y siete de Unidas por Extremadura—. Un nuevo escenario en la política extremeña, porque en la última legislatura la baronesa popular siempre necesitaba el sí del partido de Abascal para sacar adelante sus iniciativas en la Asamblea. Además, el reparto de escaños es un arma de doble filo para Vox porque si se enroca en su negativa a hacer presidenta a Guardiola, esta última podrá repetir elecciones y culpar a su rival en la derecha de tener que volver a abrir las urnas. Es la jugada, salvando las distancias, que sepultó a Ciudadanos en 2019 con la repetición electoral en las generales de aquel año.
El derrumbe del PSOE fue total y sin paliativos. Perdió diez escaños con respecto a 2023 y 15 puntos porcentuales en número de papeletas. Los socialistas extremeños nunca habían bajado de los 30 escaños hasta los últimos comicios en los que Guillermo Fernández Vara se quedó en 28 representantes. Ahora, con Gallardo de cabeza de cartel, caen por debajo del listón de la veintena por primera vez en su historia. Además, los 136.000 sufragios del 21-D son el peor resultado de todo el período democrático: muy lejos de los 245.000 de Vara hace dos años y medio.
La situación de los socialistas en Badajoz ciudad fue dramática. Cayó a la tercera posición por detrás de Vox. Mientras que los populares consolidaron la primera posición con el 46,3% de los sufragios en la ciudad pacense, el partido de Abascal dio la sorpresa con el 20,8% de apoyos para quedar por delante del PSOE —16,6%—. El resultado supone un cambio significativo en la mayor ciudad extremeña, donde el PSOE había mantenido históricamente una posición central en el voto urbano. El avance de Vox y la caída socialista alteran el equilibrio tradicional y sitúan al partido de Gallardo en un papel secundario en uno de los principales núcleos de población de la región.
Una situación muy parecida se dio en Mérida, la capital regional, donde los socialistas gobiernan la capital con mayoría absoluta desde las últimas municipales. Este 21-D se dio un vuelco a la tortilla: el PSOE se dejó más de 20 puntos para quedarse con menos de cuatro de ventaja con respecto a Vox. En Villanueva de la Serena, la localidad que Gallardo gobernó durante dos décadas, los habitantes dieron la espalda a su antiguo alcalde: el PP consiguió el 38% de los votos, por delante del 30% del PSOE. Más llamativo fue el resultado de los populares en Cáceres, el feudo de Guardiola. Allí el PP superó el listón del 50% de apoyos, muy por delante del resto de partidos que se quedaron en un solo dígito: PSOE (16%), Vox (14%) y Podemos (13%).
En Almaraz, la localidad de la comarca del Campo Arañuelo donde se ubica una de las principales centrales nucleares del país, el resultado electoral también supuso un vuelco. El PP obtuvo 381 votos (46,6%), pero la sorpresa vino con Vox, que superó al PSOE con 191 apoyos (23,4%) frente a los 140 votos de los socialistas (17,1%). Estos últimos se dejaron 18,5 puntos respecto a 2023 en un municipio cuyo alcalde es del PSOE en estos momentos.
El disputado escaño número 30
Los populares aguantaron toda la noche de recuento a la espera de que el escaño número 30 cayese en su zurrón, pero el representante de Cáceres en disputa con el PSOE no terminó de pasar a manos de Guardiola por apenas 240 papeletas. El escrutinio del voto CERA proveniente del extranjero se produce al quinto día de la votación, por parte de las Juntas Electorales Provinciales de Cáceres y Badajoz, por lo que el próximo viernes se conocerá el resultado final de los comicios.
Un total de 860.375 extremeños estaban llamados a votar en alguno de los 791 colegios electorales que abrieron sus puertas para los comicios autonómicos este domingo y en los que se han dispuesto 1.400 mesas electorales. Los ciudadanos de esta región acudieron a las urnas en las primeras elecciones anticipadas de su historia, y únicas en el país en esta jornada, en las que Guardiola no alcanzó su anhelada mayoría absoluta, por lo que serán necesarios los pactos. El 62,7% de participación supone el porcentaje más bajo de todos los comicios autonómicos que se han celebrado en Extremadura en todo el período democrático.
