Vox asume que será «inviable» forzar unas nuevas elecciones en Extremadura
La formación de Santiago Abascal aspira a obtener 9 o 10 escaños para presionar al PP a apartar a María Guardiola

El presidente de VOX, Santiago Abascal, participa en un acto electoral en el parque de las Siete Sillas, a 16 de diciembre de 2025, en Mérida, Badajoz, Extremadura (España). | EP
Vox encara las elecciones extremeñas de este domingo con optimismo moderado. Las expectativas de la formación que preside Santiago Abascal oscilan en torno a los nueve o diez diputados, lo que supondría duplicar los cinco que obtuvieron en 2023. Casi todas las encuestas apuntan en esa dirección. Sin embargo, la incógnita es qué sucederá después del paso por las urnas. Fuentes del partido apuntan a THE OBJECTIVE que están en una encrucijada: es «inviable» alcanzar un acuerdo con María Guardiola, pero también es «inviable» forzar una repetición electoral, desde el punto de vista político y logístico.
Abascal se ha volcado en la campaña extremeña, en un mes en el que se ha convertido en cabeza de cartel, recorriendo decenas y decenas de municipios, algunos muy recónditos, y no tendría la capacidad de volver a hacerlo, máxime si unos futuribles comicios coinciden con otros autonómicos. Por eso la estrategia de Vox es forzar hasta donde puedan al PP, pero con el límite de la repetición electoral. «Si no se cumplen las expectativas y se sacan 6-7» escaños la capacidad negociadora de Vox será muy limitada, admiten fuentes del partido. Pero si se cumplen, «habrá que ir a por su cabeza», en referencia a que pedirían al PP apartar a Guardiola para alcanzar un acuerdo.
En términos generales, en Vox están satisfechos con la campaña, aunque admiten haber ido de más a menos. En un principio, llegaron a soñar con los 12 escaños, cuando vieron la respuesta del pueblo extremeño ante cada mitin electoral, aunque el soufflé fue bajando en la última semana, con el estallido del caso Revuelta, aunque en el partido lo atribuyen al mal tiempo. Vox considera que ha sabido dar en la clave, «campo, impuestos y autónomos», y que ofrece alternativas a estos tres problemas. Además, aspira a aglutinar a gran parte del electorado joven, que vuelve a casa por Navidad.
«Si hay poca participación será malo para el PP y bueno para nosotros», afirma una fuente de Vox: «Río revuelto, ganancia de pescadores». Revuelta, precisamente, ha estado la cosa en la última semana con el estallido de la guerra entre el partido y sus jóvenes. Abascal, al ser preguntado en campaña por las supuestas irregularidades en las cuentas de Revuelta, ha asegurado que «Vox actuó con toda claridad, exigiendo transparencia y, cuando no la obtuvimos, presentando denuncias».
Sin embargo, los audios desvelados por THE OBJECTIVE evidencian que el partido trató de controlar Revuelta, y que el caso estalló cuando Pablo González Gasca, el secretario general de la asociación, no cedió a las pretensiones del partido. Este último ha sido expedientado por filtrar conversaciones privadas y tiene ahora mismo un pie y medio fuera de Vox.
Pese a esto, Vox no cree que estas informaciones vayan a afectar al devenir electoral de este domingo. Las expectativas de Santiago Abascal son nueve escaños, frente a los 29 del PP. En esta tesitura, sueña con presionar a Génova 13 para que tumben a María Guardiola. «No descarto que el PP la deje morir», subraya una fuente de Vox, que se remite a que «sus medios le están dando duro por no haber ido al debate» electoral y que Alberto Núñez Feijóo «le pidió que fuese».
Pero fue en balde. En el debate electoral, el candidato de Vox, Óscar Fernández, se batió en duelo con el socialista Miguel Ángel Gallardo e Irene de Miguel, de Unidas por Extremadura. En Vox creen que esta va a dar la «sorpresa» con unos resultados mejores de los esperados, en detrimento del PSOE. Sea como fuere, dan por hecho que el PP sumará más que la izquierda. La clave está en cuántos escaños sacará Vox para presionar en las negociaciones; nunca, eso sí, hasta el punto de forzar una repetición electoral.
