El TC dirimirá si La Rioja vulneró los derechos de una consejera expulsada de Podemos

Después de la tempestad, llega la calma. El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite el recurso de amparo que presentó la consejera de Igualdad de La Rioja, Raquel Romero. En mayo, la Mesa del Parlamento autonómico la expulsó del Grupo Mixto y la calificó como diputada no adscrita. La afectada considera que esa degradación vulnera su derecho fundamental a la participación política. Ocurrió solo unos meses después de que fuese expulsada de Podemos por incumplir el código ético, aunque sus detractores sostienen que la salida se produjo tras un encontronazo con la dirección nacional, contraria a su inclusión en el Gobierno regional. La oposición acusa a la presidenta Concha Andreu de mantener a una tránsfuga.

La Mesa del Parlamento resolvió en mayo una petición de IU para expulsar a Romero del Grupo Mixto, que compartían. El órgano rector de la Cámara regional, conformado por dos miembros del PSOE, otros dos del PP y la diputada de IU Henar Moreno, decidió degradarla a la condición de diputada no adscrita, fórmula con la que perdía ciertos privilegios, entre ellos los asesores con los que contaba.

Días más tarde Romero fue reprobada por el Parlamento de La Rioja por su «falta de ejemplaridad y compromiso con la ética pública». La proposición, presentada por Ciudadanos, contó con el voto favorable de PP e IU, cuya diputada rompió relaciones con Romero a principios de legislatura por sus exigencias para formar parte del gobierno regional. Sin embargo, Moreno se abstuvo de reclamar la destitución inmediata como consejera de quien fuese cabeza de cartel de su formación.

Crisis política en La Rioja

Romero fue expulsada del Grupo Mixto que compartía con la diputada de IU el 17 de junio. Ese día se le comunicó su nuevo régimen de derechos. Sitiada por la oposición y sus antiguos compañeros, que la consideran una tránsfuga, presentó un recurso de amparo ante el Constitucional que será quien dirima si el Parlamento de La Rioja vulneró su derecho a la participación política en calidad de representante pública, como defiende la excandidata de Podemos.

La decisión supone todo un éxito, ya que en su memoria anual del año pasado el tribunal de garantías cifra en solo un 2,74% los recursos admitidos. El Gobierno regional se ha encargado de echar más leña al fuego, celebrando la decisión del Constitucional en una nota de prensa que la oposición considera «fuera de lugar». Henar Moreno, de IU, cree que el Ejecutivo se entromete en las funciones del legislativo al valorar una decisión tomada por la Mesa del Parlamento.

Esta guerra política puede afectar de lleno a los intereses de los riojanos. El presupuesto regional del próximo año corre serio peligro después de que la diputada de IU decidiera abstenerse en la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas que acompañan las cuentas públicas. El Gobierno regional ha tenido que salir al paso del comunicado de prensa. Su portavoz, Alejandro Dorado, ha pedido disculpas por el texto, pero rechaza que sea motivo suficiente «para bloquear los presupuestos».

El voto de Moreno resulta imprescindible para romper el empate en la Cámara regional, igual que lo fue durante la investidura el apoyo de la ahora consejera de Igualdad. El Ejecutivo cuenta con el voto de 16 diputados, los 15 del PSOE y el de dirigente expulsada de Podemos. PP (12 escaños) y Ciudadanos (4) cuentan con otros 16. Todo pasa ahora por las manos de la diputada de IU, que fue número dos de Romero, con la que rompió por sus desmesuradas exigencias para investir a Andreu.

Pacto Antitransfuguismo

PP y Ciudadanos solicitan el cese de Romero, a la que consideran «una tránsfuga de manual». La presidenta Andreu no está por la labor. Sostiene que con ella la estabilidad del gobierno regional está garantizada. No en vano, su continuidad depende en gran medida de la fidelidad de la exdirigente de Podemos. La oposición critica que los socialistas incumplen el Pacto Antitransfuguismo, al que se adhirieron todos los partidos con representación en la Cámara riojana a finales de 2020.

«El Gobierno de La Rioja muestra su más absoluto rechazo al transfuguismo como práctica de corrupción política», admitió en febrero de 2021 el consejero de Servicios Sociales y Gobernanza Pública, Pablo Rubio, tras una pregunta del entonces portavoz Ciudadanos, Pablo Baena.

Los quebraderos de cabeza de Romero comenzaron antes incluso de que se iniciara la legislatura. Tras una década viviendo en Berlín, la periodista, de 40 años, regresó a La Rioja en 2019 como candidata de consenso para enterrar la crisis que sacudía a la organización en esa comunidad. La formación se dejó 8.000 votos y dos escaños en los comicios autonómicos de ese año. Podemos solo obtuvo dos escaños, pero se antojaron imprescindibles para acabar con 24 años de gobiernos conservadores.

Uno de los escaños de Podemos quedó en manos de Henar Moreno, de IU, que decidió dar su apoyo al PSOE sin más contrapartidas que la de un acuerdo programático. Sin embargo, Romero impidió la investidura de Andreu en la sesión de julio al exigir la gestión de tres consejerías, algo que los socialistas consideraron desequilibrado. La entonces dirigente regional de Podemos no contaba con la autorización de la dirección nacional, con la que dinamitó todos los puentes.

Romero acabó votando a favor de Andreu un mes más tarde, tras asegurarse que ostentaría una consejería. Una decisión que hizo implosionar a la dirección regional de Podemos, partidario de que ese cargo lo ocupara otra compañera. La crisis en la formación morada se recrudeció con la dimisión de la gestora en La Rioja.

Podemos notificó la expulsión a Romero y otros cinco cargos regionales de La Rioja en marzo. Según adelantó este diario, la decisión de Irene Montero estaba vinculada a las denuncias que miembros de la formación habían realizado sobre el proceso de primarias en la región. Para entonces, los afines de la actual consejera riojana de Igualdad ya habían comenzado a dialogar con Yolanda Díaz para sumar fuerzas de cara al nuevo proyecto de «escucha» de la política gallega.