El Tribunal Supremo descarta que el CNI espiara a Quim Torra con Pegasus
Los magistrados reprochan que tanto el expresident y por Costa presentan acusaciones «huérfanas» de toda prueba
El Tribunal Supremo ha constatado que los datos aportados por la Audiencia Nacional ratifican que el expresident de la Generalitat Quim Torra y el exvicepresidente del Parlament Josep Costa no fueron espiados por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con la herramienta Pegasus.
Los datos a los que ha tenido acceso El Periódico de España muestran que la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo ha desestimado el recurso de casación que ambos líderes independentistas habían interpuesto al considerar que se habían vulnerado sus derechos fundamentales. Ambos afirmaban que habían sido víctimas de una «intervención, escucha, sustracción, recopilación, tratamiento, uso, difusión y/o almacenamiento de información y comunicaciones por parte del Gobierno de España y de la Administración General del Estado».
Sin embargo, ahora el Tribunal Supremo rechaza las acusaciones y argumentos esgrimidos por los dos exdirigentes catalanes y respalda a la Audiencia Nacional, cuya versión «no ha sido cuestionada en ningún momento» y a la que no se le puede achacar una «motivación arbitraria».
Acusaciones «huérfanas» de toda prueba
El citado medio recuerda que los hechos denunciados no fueron acreditados en la Audiencia Nacional y que ni el Ministerio de Defensa ni el CNI realizaron las actuaciones denunciadas por los dos dirigentes independentistas, «ni abrieron un expediente administrativo» en contra de los dos políticos. Ambos aseguraban que habían sido víctimas de un espionaje por el Estado español y rechazaban acudir a la Justicia por la vía penal al considerar que la contencioso-administrativa era la idónea, al ser capaz de «identificar a las personas responsables de los hechos».
Sin embargo, la decisión del Supremo señala que estas acusaciones lanzadas por Torra y Costa resultan «genéricas, sin concreción ni identificación de otros supuestos» y que sus sospechas de espionaje se encontraban «huérfanas de toda prueba, incluso indiciaria».