Valerio se despide del Consejo de Estado: «Respeto absoluto a las sentencias judiciales»
El Supremo anuló su nombramiento en noviembre al no cumplir el requisito de jurista de reconocido prestigio
Magdalena Valerio se despide del Consejo de Estado. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes su cese como presidenta del órgano consultivo, donde será relevada por Carmen Calvo, que fue vicepresidenta con Pedro Sánchez. El Gobierno ejecuta así la sentencia del Tribunal Supremo, que el pasado noviembre anuló el nombramiento de la dirigente socialista al no cumplir el requisito de ser una jurista de reconocido prestigio que marca la ley. La exministra de Trabajo insiste en su respeto «absoluto» a las sentencias judiciales y afirma que se marcha de la institución con «la conciencia tranquila por la labor desempeñada».
El Supremo anuló en noviembre el nombramiento de Valerio para dirigir este órgano consultivo. Los magistrados de la Sala de lo Contencioso-Administrativo consideraron que no reunía el requisito de «jurista de reconocido prestigio» que exige el artículo 6 de la Ley Orgánica del Consejo de Estado (LOCE). La sentencia estimaba un recurso de la Fundación Hay Derecho. El cese tiene lugar después de que el alto tribunal no admitiera los incidentes de nulidad presentados contra el fallo.
Valerio se ha despedido este martes a mediodía de todo el personal que conforma el Consejo de Estado, según un comunicado al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. En su adiós ha asegurado «tener la conciencia muy tranquila por la labor desempeñada» en este año y medio. La exministra accedió a la presidencia del órgano consultivo el 10 de noviembre de 2022.
La presidencia de Valerio
«Como dije en mi toma de posesión, espero haber estado a la altura que se merece este gran país y la ciudadanía a la que me debo. En ello he puesto todo mi empeño cada minuto que he tenido el honor de presidir el Consejo de Estado», ha insistido Valerio. La dirigente socialista ha dado las gracias a todo el personal que le ha acompañado, desde los servicios básicos a los consejeros pasando por el Cuerpo de letrados: «He podido desempeñar mi labor gracias a todo el equipo humano que conforma esta institución».
La exministra de Trabajo asegura que «presidir el Consejo de Estado ha supuesto un orgullo y creo que puedo afirmar, sin riesgo a equivocarme, que mi trabajo al frente de la institución no ha sido estéril». Durante la presidencia de Valerio se han elaborado, debatido y aprobado más de 1.900 dictámenes. Dos de sus líneas de trabajo han sido la apertura internacional del Consejo de Estado y «el constante intercambio de conocimientos y buenas prácticas» con el resto de instituciones y organismos a través de la organización conjunta de encuentros, jornadas y seminarios.
Bajo la presidencia de Valerio se ha potenciado la relación con los Consejos Consultivos de las Comunidades Autónomas y la presencia institucional del Consejo de Estado. Desde la institución insisten en los esfuerzos que se han realizado para aumentar la relación del Consejo con la sociedad civil. Otra de las tareas que se han realizado es una profundización en la transparencia y buen gobierno, el refuerzo del Cuerpo de letrado y el impulso a distintos departamentos como el de Ciberseguridad y Nuevas Tecnologías.
Valerio ha deseado «toda la suerte y aciertos» a la nueva presidenta, «ya que ello redundará en el prestigio y rigor de esta indispensable institución». Su sustituta será Carmen Calvo, que ha tenido que renunciar a su acta de diputada por Granada. Hasta que comparezca en la Comisión Constitucional del Congreso, consiga la idoneidad, sea nombrada por el Consejo de Ministros y tome posesión, su lugar lo ocupará de forma interina el consejero permanente Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.
Calvo da el salto
Calvo, natural de Cabra (Córdoba), presidía hasta ahora la Comisión de Igualdad del Congreso, tras haber sido la número dos del Gobierno de Sánchez en la pasada legislatura. Es catedrática de Derecho Constitucional y ha sido diputada del Congreso en tres etapas distintas. Su trayectoria política arranca en la Junta de Andalucía como consejera de Cultura de Manuel Chaves durante ocho años. José Luis Rodríguez Zapatero la llamó a Madrid en 2004 para que se hiciera cargo de la cartera de Cultura.
Como vicepresidenta del Gobierno primero y como presidenta de la Comisión de Igualdad después, Calvo no ocultó sus discrepancias con el feminismo morado liderado por Irene Montero. Criticó abiertamente la ley trans hasta el punto de romper la disciplina de voto y abstenerse cuando el PSOE votó a favor.