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Koldo alardeó de enchufar en Venezuela al guardia civil que dio el chivatazo a la trama

El juez considera «básico» acceder a sus terminales para esclarecer los hechos y personas relacionadas con el caso

Koldo alardeó de enchufar en Venezuela al guardia civil que dio el chivatazo a la trama

Koldo García y el empresario Víctor de Aldama. | Ilustración de Alejandra Svriz

La trama Koldo se sabía vigilada. Los investigadores sospechan que un empresario murciano alertó al cerebro de la red a instancias de un guardia civil que trabajaba para ella desde Venezuela, Rubén Villalba. Su fichaje fue cosa del asesor del exministro José Luis Ábalos, que le conocía de su época en la unidad antiterrorista. El propio Koldo García alardeó de su captación ante Juan Carlos Cueto, uno de los empresarios investigados por las comisiones millonarias por la compra de mascarillas durante la pandemia, según las intervenciones telefónicas a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

La llamada se produjo a las 11.33 horas del pasado 19 de septiembre. Koldo comenta a Cueto que se había reunido con un empresario venezolano aunque no lo hizo solo. Acudió «con un amigo» suyo «de los verdes» que «se va ahora para allá [en alusión a Venezuela] cinco años y al que él le ha abierto un par de puertas». El antiguo asesor de Ábalos insiste en que le «resolvió los problemas que tenía para poder ejecutar y traer lo que necesitaba de fuera».

Los investigadores consideran que de la conversación se desprende que Villalba, comandante de la Guardia Civil detenido a principios de marzo, había sido captado por Koldo, que en otra conversación interceptada le califica como uno «de los nuestros». El agente habría realizado «distintas gestiones en beneficio» de uno de los conseguidores de la trama, el empresario Víctor de Aldama. Entre ellas, «una gestión en B de la hostia» que le llevó a afirmar que era «de lo mejor que tenemos».

El socio de Koldo

La relación de Villalba y Aldama queda acreditada, según los informes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), porque hay distintas conversaciones intervenidas entre ellos. Algunas tan íntimas como la felicitación por el nacimiento de uno de los hijos del comandante. Tras analizar sus conversaciones por WhatsApp, los agentes consideran que ambos usaban una «línea segura de comunicación», ya que se ha detectado cómo se refieren a la palabra «café» para pasar a una plataforma de comunicación encriptada.

Villalba fue detenido el pasado marzo, cuando se disponía a volver a su puesto de trabajo en Venezuela. Portaba 4.835 dólares en metálico repartidos en 1.724 billetes. Las autoridades del país sudamericano acudieron a su vivienda en Caracas y a su puesto de trabajo en la Embajada. Le incautaron tres teléfonos móviles, dos discos externos y un GPS durante los registros, en los que no dejaron intervenir a los agentes españoles.

El juez Ismael Moreno libró días más tarde una comisión rogatoria para reclamar «en sobre cerrado y sin manipulación» los dispositivos, aunque por el momento no ha recibido respuesta. El magistrado considera «que el acceso a los datos registrados en estos dispositivos de almacenamiento masivo puede ser básico para ayudar al esclarecimiento de los hechos, determinar el grado de implicación de los autores, y descubrir, en su caso, nuevos hechos delictivos y/o nuevas personas relacionadas con los mismos», según un auto al que ha tenido acceso este diario.

Las conversaciones de los miembros de la trama sobre alguien al que denominaban como «R» llevó a los investigadores hasta Villalba. El Ministerio del Interior lo destinó a la Embajada de España en Caracas como agregado el pasado 17 de octubre de 2023, pero el departamento que lidera Fernando Grande-Marlaska lo cesó días después de ser detenido, aunque el comandante ha recurrido la decisión. Sorprende la fecha de la decisión en la que se decide enviarle al país sudamericano, un mes después de que Koldo se lo revelara a sus socios. Uno de estos, el empresario Ignacio Tapia, habría viajado previamente, el 4 de octubre, a Caracas junto al guardia civil.

Encuentros en La Chalana

Los agentes de la UCO señalan que fue el propio Tapia quien le facilitó los billetes de avión por correo electrónico. Esa misma tarde, Villalba acudió a La Chalana, el restaurante que servía de cuartel general a la trama. No fue la única vez, ya que ambos se encontraron en ese local el 17 de octubre, el mismo día que el comandante fue destinado como agregado de Interior a Venezuela. Koldo habría comentado a sus colegas que se reuniría con «guardias civiles» para que le explicaran el motivo de haberle puesto seguimiento.

«Habida cuenta de que Koldo hubiera podido tener conocimiento de la existencia de una investigación sobre su persona, lo cual podría venir de algún tipo de filtración proveniente de la propia Guardia Civil, esta Unidad informaba de que se había procedido a auditar todas aquellas bases de datos a las que se tiene acceso y en las que se encuentra cualquier tipo de información relativa a la investigación», explica la UCO en un informe que remitió al juez.

El autor del chivatazo fue Rogelio Pujalte, dueño de un depósito judicial en Murcia al que Aldama había transferido 100.000 euros para, supuestamente, participar en un negocio conjunto. El empresario murciano advirtió a Koldo de que no utilizara Telegram porque le estarían espiando, por lo que entre las causas por las que se le detuvo se incluye un delito de revelación de secretos. «No te preocupes que lo sé todo», le contesta el asesor de Ábalos, que culpa a Aldama.

El juez cree que detrás de la filtración se encuentra Villalba. Los socios de trama habían anotado en un calendario que el 8 de abril de 2022 habían comido «con Rubén y Rogelio». La relación por WhatsApp entre Koldo y el comandante era continúa. El antiguo asesor de Ábalos le tenía registrado hasta en cuatro terminales con distintos nombres. Eran las únicas personas que aparecían en el apartado de gastos fijos de la trama siendo ajenas a Soluciones de Gestión, la empresa beneficiada por diversas administraciones socialistas con 53 millones de euros por los contratos a dedo de material sanitario durante la pandemia.

Las pesquisas apuntan a que Koldo recibía periódicamente 10.000 euros, mientras que el comandante de la Guardia Civil percibía unos 2.000 euros cada mes. El sumario del caso también revela dos transferencias realizadas por Patricia Uriz, pareja del antiguo asesor de Ábalos, en diciembre de 2022. Los pagos se efectuaron desde una cuenta del BBVA investigada y apenas suman 1.000 euros. Lo llamativo es que esos desembolsos se produjeron justo cuando su marido y el exministro socialista regresan de un viaje a Colombia.

El mando suspendido en funciones también estaría vinculado a una trama paralela de pruebas covid en la que, con el favor de Koldo, se habría encargado de conectar con un laboratorio a personas de su confianza a cambio de recibir comisiones de la empresa. Así fue al menos en el caso de un teniente coronel de la Guardia Civil, Roberto Esain López, «amigo de Rubén» y de la exdirectora del instituto armado, María Gámez, según señala uno de los informes de la UCO.

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