Un juez desestima la denuncia de una activista 'trans' a una feminista por llamarle «varón»
El Juzgado de León archiva la denuncia de Kevin Monrroy contra una abogada que le recordó que tiene pene
La denuncia por injurias y acoso impuesta contra Yasmina Lozano Prieto, una abogada feminista, por una activista trans a la que llamó «varón» ha sido sobreseída y archivada provisionalmente por un Juzgado de León. El juez no ha percibido delito en los hechos, que consisten en que la denunciada recordó a Kevin Pablo Díaz Monrroy, ahora Kiara Monroy gracias a la ley trans, que no se ha hecho una vaginoplastia y todavía tiene pene. La letrada ha celebrado la decisión por cuanto apoya que «decir la verdad no implica nigún tipo de odio».
Los hechos que fundamentaban la denuncia se remontan a abril de 2023, cuando la Federación Plataforma Trans convocó un acto en el Centro de la Mujer de Getafe en el que participó Monrroy junto a Ángela Rodríguez Pam y Mar Cambrollé. Este fue boicoteado por feministas que querían hacerles saber su descontento con la reciente aprobación de la ley trans. En la denuncia se señalaba a Lozano Prieto como una de ellas, pese a que tenía pruebas de que se encontraba en su casa, en León.
Monrroy, que por aquel entonces todavía se llamaba Kevin, subió esa misma noche un vídeo a Instagram en el que aseguraba que las «terfachas» (término peyorativo para referirse a las feministas contrarias a la «autodeterminación de género») persiguen a las mujeres trans «como los nazis perseguían a los judíos», en base al «pensamiento ideológico de que una mujer tiene que tener vulva».
Esto provocó que sus redes sociales se llenaran de comentarios críticos de las aludidas como «terfachas». Entre ellas, Lozano Prieto, que se refirió a Kevin como un «varón», y le envió publicaciones por mensajes privados «dirigiéndose a ella como señor», según recogía la denuncia. La denunciante también aseguraba que la feminista hizo «un llamamiento a través de redes sociales para que personas afines al pensamiento transfóbico» para que le llamaran «misógino» o «abusador».
La denuncia argüía que «todas estas publicaciones le han afectado psicológicamente, ya que le están recordando continuamente que no está operada de vaginoplastia». Esto es, que la denunciante admitía que en ese momento tenía pene, se llamaba Kevin y figuraba como varón en el registro civil. En abril de 2024, un año después de los hechos denunciados, se cambió de sexo registral y de nombre gracias a la ley trans, y blasonó de ello en sus redes sociales: «Por fin».
Jurisprudencia
Yasmina Lozano ha celebrado el sobreseimiento del caso en sus redes sociales, señalando que «el juez entiende que decir la verdad no implica ningún tipo de odio». Lo cierto es que cada vez hay más jurisprudencia que ampara la libertad de expresión a la hora de referirse a una persona por su sexo biológico y no por su autodeterminación de género.
Está el caso de la demanda del activista LGTBI Marcos Ventura, que se autopercibe mujer, contra la escritora Lucía Etxebarria por llamarle «hombre». El juez la desestimó arguyendo que las manifestaciones de la demandada cumplían con «la necesaria constatación de una base fáctica suficiente sobre la que expresar la opinión pública», al gozar el demandante de estética y genitales masculinos.
La abogada de la demandada, Guadalupe Sánchez, celebró la sentencia por ser «un paso importante en la defensa y prevalencia de la libertad de expresión frente a quienes quieren imponer la censura fundamentada en cuestiones identitarias».